65 Fábulas cortas con valores para niños
Algunos de los escritores de fábulas más conocidos y respetados fueron Esopo, Samaniego, Tomás de Iriarte, Rafael Pombo o La Fontaine (encontrarás una pequeña biografía de todos ellos al final de esta página), si bien algunos escritores más modernos como Teresa Méndez o Dani Alcalà también se han dedicado a este noble género, pensado para niños y no tan niños, pues aborda conceptos atemporales y universales.
A continuación encontrarás algunas de las que a nosotros nos gustan. Puedes compartirlas y comentarlas, así que...¡A disfrutar!
Nota: Si quieres ver otro tipo de cuentos, puedes encontrarlos en el menú clasificados por categorías, como cuentos infantiles, fantásticos o de hadas, por ejemplo.
LA TELA DE ARAÑA
Sobre una frágil rosa
fabricaba una Araña cierto día
su tela portentosa,
y cuenta que decía,
con su trabajo ufana:
- Ya decidida estoy: desde mañana
me he de poner aquí de centinela,
y como tengo industria y maña y brío,
no pasará jamás junto a mi tela
ni un sólo moscardón que no haga mío.
Dando entonces rugidos llegó el Viento,
y arrebató violento
hojas, tela, proyectos y esperanzas.
Moraleja: Así también su dicha de repente
desvanecerse ve con honda pena
aquel que sobre arena
va a fabricar palacios imprudentemente.
fábula
: José Rosas MorenoLAS COTORRAS Y EL ZORRO
Más de cien cotorras
haciendo gran ruido,
a robar volaban
a cierto sembrío.
El que lo cuidaba
no estaba muy listo;
pero acudió luego,
porque oyó los gritos;
y ni un grano cogen
los animalitos.
Si son muy salvajes,
- impaciente dijo
un zorro que estaba
por allí escondido -:
Yo robo mis pollos
pero despacito;
los gritos despiertan
al fiero enemigo;
solo con silencio
se logra buen tiro.
Dijo bien el zorro,
y yo también lo digo.
fábula
: Mariano MelgarEL SEÑOR ARAÑA Y LA SEÑORA MOSCA
Cuenta una historia que una vez existió un señor Araña al que le gustaba una señora, la señora Mosca.
El señor Araña iba siempre detrás de la señora Mosca, intentando seducirla de mil maneras diferentes, pero a la señora Mosca no le gustaba el señor Araña.
En una ocasión, el señor Araña se acercó hasta la casa de la señora Mosca, y tocó la puerta. La señora Mosca, harta ya de aquella situación, preparó un cazo de agua hirviendo, abrió la puerta y se la tiró sin piedad al señor Araña.
El señor Araña, gritando de dolor, se marchó presa del pánico hacia su guarida, jurando que aquello no iba a quedar así, y que tanto él como sus descendientes iban a hacer pagar caro aquello a la Mosca y a todos sus descendientes.
Y así es como, aún a día de hoy, las arañas matan y se comen a las moscas en cuanto tienen ocasión.
Moraleja: No le hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.
fábula
: Cuento tradicionalLAS TRES PREGUNTAS
El rey Akbar tenía como primer ministro de su corte al ingenioso Birbal, el cual le caía muy bien pero a su vez le gustaba ponerle a prueba. En estas que un envidioso rival que también quería ser primer ministro le dijo al rey que Birbal no era muy inteligente, y para demostrarlo le dijo que no era capaz de responder a tres simples preguntas. El rey, deseoso de ver cómo reaccionaba Birbal ante el reto, dejó que se las plantease.
Las preguntas eran las siguientes: "¿Cuántas estrellas hay en el cielo?", "¿dónde está el centro de la Tierra?" y "¿cuántos hombres y mujeres hay en el planeta?".
Birbal aceptó el reto, como era de suponer.
Para contestar a la primera de las preguntas, hizo traer una oveja y dijo que había tantas estrellas en el cielo como pelos tenía esa oveja. Y desafió a su contrincante a contarlos si era capaz. Para responder a la segunda, dibujó dos líneas en el suelo y en el punto en el que se cruzaron dibujó una cruz, clavó un palo en ella y dijo: "Ahí está el centro de la Tierra". De nuevo, desafió a su contrincante a demostrar que no estaba en lo cierto. Por último, dijo que para contar a todos los seres humanos del planeta primero habría que eliminar a aquellos especímenes que no estaba claro si eran humanos o no, como por ejemplo su contrincante. Sólo entonces sería posible empezar a contar y llegar a una conclusión.
Moraleja: Siempre hay una forma de resolver un problema.
fábula
: Cuento tradicional de la IndiaEL BÚHO Y EL PALOMO
Érase un búho, dechado
de egoísmo el más perfecto,
de todo siempre esquivado,
cual si diera resfriado
su agrio, antipático aspecto.
"¿Por qué me aborrecerán?"
Dijo irritado y confuso
a un palomito galán.
-"Por culpa tuya", él repuso:
"Ama, oh, búho y te amarán".
fábula
: Rafael PomboDesde el 61 hasta el 65 de un total de 65 Fábulas cortas con valores para niños
Te recordamos que además de estas fábulas cortas, también tenemos otros tipos de cuentos:
Cuentos cortos: Clásicos, modernos, con moraleja, divertidos... Pero ante todo, cortos.
Infantiles: Para que se duerma tu pequeño escuchando tu voz.
A continuación puedes encontrar una breve biografía de los más famosos escritores de fábulas:
Esopo: Es probablemente el fabulista más conocido de todos los tiempos, aunque no el primero, ya que se considera que este género literario nació en Oriente, probablemente en la India. Vivió en la antigua Grecia, alrededor del siglo sexto antes de Cristo, y sus obras eran bien conocidas por los grandes filósofos de su tiempo, como Platón o Aristóteles, quienes le consideraban un maestro. Demetrio de Falero recopiló su obra, pero desgraciadamente se perdió, aunque gracias a la llamada "Augustana", que fue un libro escrito posteriormente por un autor anónimo, pudieron salvarse de la posible desaparición que implica una tradición oral más frágil que la escrita. Las enseñanzas morales de Esopo siguen de actualidad hoy en día, por tratarse de conceptos universales muchos de ellos, y por tanto no ligados a una cultura o forma de pensar pasajera. Su estudio no es obligatorio en las escuelas, por lo que su conservación pasa seguro por las manos de aquellos padres que les siguen contando cuentos a sus hijos antes de irse a dormir.
Jean de la Fontaine: Este francés del siglo XVII fue uno de los muchos escritores que se inspiraron leyendo a Esopo, hasta el punto que adaptó las fábulas de este a los tiempos modernos, manteniendo los mensajes morales pero dando su propia visión de la vida y la sociedad. Otros referentes para él fueron Babrio y Gayo Julio Fedro, fabulistas griego y romano respectivamente, aunque su obra no se limita a este género, y escribió además poesía y alguna novela. Falleció a los 73 años de edad dejando una extensa obra a sus espaldas; sobretodo sus famosos 12 libros de fábulas.
Félix María Samaniego: Se trata probablemente del más claro exponente del género nacido en España. Pertenece al siglo XVIII, y destaca especialmente por escribirlas en verso. Al igual que La Fontaine, fue autor de algunos cuentos eróticos, motivo por el que, junto a otros textos más o menos en contra de la Iglesia, fue perseguido por la Inquisición, aunque pudo salvar la vida gracias a que, al ser de buena familia, poseía buenos contactos. Su obra capital son las "Fábulas en verso castellano para el uso del Real Seminario Bascongado", que fueron repartidas en 9 libros. La principal diferencia con respecto a Esopo, es que deja de lado la inocencia de este para dotar a sus obras de un punto más mordaz, destinado a criticar sutilmente a la sociedad de su época, con la que no compartía muchas de sus actitudes, especialmente en lo que a religiosidad y política se refiere. "La paloma", "El perro y el cocodrilo", "La zorra y las uvas" o "La gallina de los huevos de oro" son algunas de sus obras más recordadas.
Tomás de Iriarte: También español y contemporáneo a Samaniego, publicó sus fábulas justamente un año después que este lo hiciese, y se originó entre ellos una cierta controversia porque Iriarte argumentaba que las suyas eran las únicas enteramente originales, dando a entender que tanto las de su compatriota como las de La Fontaine o incluso las de Esopo u otros incluían partes de cuentos tradicionales y leyendas heredadas y transmitidas durante siglos a través de la transmisión oral. Tomás de Iriarte practicó otro tipo de artes, incluida la música pero también la poesía, y de hecho la mayoría de sus fábulas están escritas precisamente en verso, como por ejemplo "El gusano de seda y la araña", "El oso, la mona y el cerdo" o "La abeja y los zánganos".