46 Cuentos de amor
Hilo Rojo
Enviado por arrigo
Hilo Rojo, decían que la persona correcta me uniría, a pesar de la distancia, el tiempo, aunque nuestros caminos fueran distintos, ese hilo volvería unirnos.
Nos dejamos de ver, fueron muchas lunas sin ti, te extraño, le hacías falta a mi vida, que puedo decir, no estaba el amor de mi vida, pero pasó el tiempo, transcurrió, siempre volvimos.
Solamente queda decir, que el amor verdadero existe, llega. Solamente debes esperar a la persona correcta.
Momento
Enviado por alheli
Se quedaron mirando un momento, removiendo él en sus manos. La cabellera, de aquella cabecita triste. Que, con el rostro siempre inclinadyo, las manos juntas al corazón. Daba la impresión de siempre estar al comienzo de un llorar.
En dos otoños la habría olvidado, y ella todavía le retenía y de sus manos todavía de niña. La bolsita de sus sentimientos escapaba envolviendolos olorosa. Llegaba a conmoverlo, a un punto lo hacia aorillar, que se quedaba esperándola y su ida le parecía mentira, al sonido crujiente del cartón impreso.
Tembló en sus pestañas de cáliz somnoliento y alzando levemente su barbilla, fue como si brillase ella toda. Parecía el bostezo de un angel en felicidad.
Diría la mentira correcta con tal de obtener.
Pensamiento
Enviado por alheli
Callaré, esperaré, oraré. Me haces falta.
Así pensaba, con la soledad agobiandola tanto. Que se le hacia, pasada la hora, que no podría ya amar. Cartas parecidas, cartas iguales. Un juego de pares ventado al ocio. Revueltas; con sus colores crema, apiñonadas las letras en la obscuridad, se rompían los sellos y parecía madejas revueltas. Rosas falsas ahogandose en alcohol perfumado. Ella miraba las pelusas en lo alto de su ventana... Pero enamorarse no tenía sentido, además, no se le antojaba un divorcio.
Cadenas en la plaza
Enviado por alheli
Las nubes se desdoblaban como cartas, formando distintas barajas entre las alturas del cielo. Puede que la oración tuviese más palabras pero "déjame" estaba entre ellas. Su cuello sobre la almohadilla, se sintió triste por su dolor, recordó las pequeñas gotas que el atardecer le había ocultado cuando no había llegado. Estaba en su pena y no pudo hablar. Un cumplido que se rasgo con la nota de cuerdas por la estática rojiza. Moneda de centavo que resonó en el fondo maderil de la pequeña inolvidable. No la abrazaba por temor a molestarla, y temiendo caer destrozada sobre él, ella tampoco se acerco.
Amistades que apretaban distancias, las piedras se unían formando un solo escalón. Más para la jovencita hubiese deseado estar atada a él, pues aún así estaría lejos. En el reloj falso de las noches, cada lámpara impera en su compás. Luz de corazones de gises sobre el verde y el gris.
El baile de las flores.
Enviado por poesia_impro
Hoy es la noche de las bellas rosas,
Empieza la música y todas salen a bailar con sus parejas,
Pero siempre hay una que resalta entre ellas,
Es una rosa no tan hermosa,
tiene un pétalo caído ¡Que deshonra!
Todas las demás alegres bailan,
Pero ella ha sido hechas para un lado triste y desolado,
Pero esto aquí no ha quedado,
Se da cuenta de que un hermoso tulipán de ella se ha fijado,
El se le acerca mientras ella oculta su lado marchitado,
La levanta y sin darse cuenta, a la pista la ha sacado,
Ella baila con delicadeza siguiendo los suaves pasos de su pareja,
Se deja llevar tanto por el momento que se había olvidado de su lado marchitado,
En un juego inesperado, todas las mirada estaban sobre ellos, el tulipán más hermosa del jardín bailando de forma conmovedora con la rosa que se ha marchitado,
al volver en si, oculta su lado malo con otros pétalos en buen estado y se aleja rápidamente a otro lado.
El tulipán desconcertado va tras ella y la encuentra triste sobre una piedra,
ella voltea y al verlo queda totalmente paralizada,
el ce le va acercando lentamente y le da un beso,
sorprendida por lo que acaba de pasar le pregunta:
¡Entre todas las rosas blancas, rojas, bellas y hermosas. Simplemente te has fijado en la más fea y espantosa, una que carga a su con un pétalo mal oliente y marchitado! ¿Por qué?
El con voz suave, delicada y con una expresión de amor en su rostro le contesta:
Tendrás tu lado feo, tendrás una lado malo pero entre todas las rosas bellas de ti me he enamorado,
no me importan tus defectos,
más bien tus sentimientos,
no quiero que seas hermosa o fea,
solo quiero que tú corazón mío sea,
me enamore desde el primer momento en que te vi, ya sabía tus defectos, y no me importa,
ahora te hago una pregunta a tí
¿Quieres vivír una vida feliz junto a mí?
¡Si!
Atte: Poesía Improvisada
abajo
Enviado por maralejo
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Las calles
Enviado por danteverne
Camino por las calles empedradas del barrio antiguo de mi ciudad. Es tarde. Ha llovido hace un rato y las luces se reflejan en los charcos con mil destellos nocturnos. Acabo de dejar a mi novia en su portal. Hemos discutido. Bueno, ni siquiera podría decir que hemos discutido, simplemente yo no he querido hablar, una vez más, de irme a vivir con ella.
— Estoy a gusto como estoy. No necesito vivir contigo para que sepas que te quiero.
Y zanjé la conversación de ese modo, como quien cierra una puerta de golpe. Y ella ya no me habló en el camino a su casa. Esa noche, como otras habíamos quedado con unos amigos en la típica zona de copas del centro. Lucía vive allí cerca, pero yo vivo al otro lado del puente que cruza el río Tormes, en Santa Marta. Así que habitualmente me hago el recorrido a pie de vuelta, a sabiendas de que tendré al menos una hora de caminata larga. Pero ese día me he llevado la moto.
Antes de quedar con los amigos tenía que ir con Lucía a ver a su tía Matilde, que vive en el norte de la ciudad. Así que la recogí cerca de su casa y fuimos antes de quedar con los amigos. Me cae bien su tía. Debe rondar los cincuenta y es viuda, y posiblemente vea en nosotros un posible reflejo de lo que pudo tener algún día, no hace tantos años. No tiene mucha vida social, así que cualquier visita de su sobrina favorita lo celebra como si fuera una de las cosas más importantes de su monótona vida. Es agradable, con una conversación culta y fluida. No rehúye ningún tema, si bien suele sacar temas conflictivos para tantearme y ver qué pienso de este o de aquel tema, esa tarde sacó el tema estrella que a la postre terminaría por echar al traste aquel día.
— Bueno, ¿y vosotros, no pensáis que ya va siendo hora de dar un paso más en vuestra relación? Lo digo porque os veo muy bien juntos y ¿cuánto lleváis ya? ¿dos años?
Lucía y yo nos miramos. Ella me sonrió pero yo me quedé petrificado en ese momento, incapaz de reaccionar ante unas palabras que dichas con absoluta naturalidad me parecieron como un cuchillo cortando mantequilla. Lucía, viendo mi estupor reaccionó en un par de segundos de incómodo silencio.
— Tía, nos tenemos que ir. Jorge y yo hemos quedado con unos amigos y no queremos llegar muy tarde. Hoy es el cumple de una amiga y quiero parar antes a comprarle alguna cosa.
Sigo recreando toda la tarde, las palabras, los gestos mientras bajo por la calle Toro. Dejé la moto aparcada cerca de la zona de copas pensando de antemano que el paseo me sentaría bien. Ni siquiera pensé en acercar a Lucía con la moto a casa. Ese día la conversación tomó un cariz ceniciento desde el momento en el que salimos de casa de su tía.
— Es que no te entiendo Jorge. Ya lo hemos comentado varias veces, y no sé tú, pero yo tengo la sensación de que no nos movemos. Y una relación que no va a más está condenada al fracaso.
— Pero, ¿qué más? Si estamos bien como estamos ¿para qué cambiar?
— Lo que pasa es que tienes miedo al compromiso. Eso es lo que te pasa. No lo niegues.
Y ahí hizo sangre. La conversación se enturbió lo suficiente como para ir retomándola a retazos a lo largo de toda la noche en cuanto nos quedábamos solos. Pero yo poco tenía que añadir al respecto en ese momento. Y sin embargo, ahora que bajo por estas calles y atravieso la Gran Vía, y veo a algunas parejas de la mano, que se buscan con la mirada, ávidas de la promesa del sexo, ávidas de un amor o de un momento de belleza, no puedo dejar de pensar en Lucía.
Hasta hoy no era consciente de cuánto la quiero. Cada vez me duele más separarme de ella, y salvo estas discusiones en las que queda de manifiesto mi posible falta de madurez para el compromiso, podría decir sin ningún género de dudas de que es la mujer de mi vida. Es una estupidez no pensar en irme a vivir con ella. Podríamos alquilar algo en común y ver si funciona la convivencia. Hasta ahora no habíamos pasado de algún fin de semana en común o algunas vacaciones de una semana y la verdad es que no habíamos tenido ningún problema, así que, ¿por qué las dudas? No tenía excusa. No tenía dudas. Era simple miedo a perder independencia.
Y en mi mente se fue formando una firme determinación. Con cada paso que daba en las húmedas calles iba llegando a una conclusión contundente que debía cambiar mi vida para siempre. Mañana mismo iría a buscarla. Compraría un ramo de esas flores blancas que no sé ni cómo se llaman, pero que le gustan tanto. La llevaría a comer a algún sitio y se lo diría a bocajarro, con esa impaciencia que me domina a veces cuando sé que tengo algo que hacer.
Tengo que secar un poco el asiento de la moto. No es que haya llovido mucho, pero lo suficiente para que la note fría y húmeda. Me coloco el casco y salgo. Las calles ahora me parece que brillan de otro modo, con una alegría manifiesta que me invita a sonreír. Atravieso el Puente Nuevo y el río parece saludarme con millones de alegres reflejos.
Llego a la glorieta y no lo veo venir. Un coche me golpea por el lateral izquierdo y salgo volando. Noto el golpe seco sobre el asfalto húmedo. Cómo se quiebran mis huesos en un instante. Cómo todo se va al traste. Y yo sólo puedo pensar en Lucía y que mañana tenía que comprarle flores.
Amor a primera vista
Enviado por j-dalvi
Era una bella tarde de invierno cuando por el río Magdalena pasaba un barco con un grupo de soldado que llegarían hasta la población de Heredia a pasar allí la noche de ese día. Todos aquellos uniformados bajaron de aquel barco excepto un joven que tocaba guitarra, el cual al llegar al puerto comenzó a observar cómo se ocultaba el sol y lleno de alegría comenzó a cantar; un grupo de pescadores que estaban cerca de aquel barco se acercaron y entre ellos una linda joven que al escuchar la voz de aquel muchacho quedo encantada.
─ Muchacho, que lindo cantas ─ dijeron aquellos pescadores ─ cierto, cantas muy lindo ─ repitió aquella hermosa joven.
─ gracias a todos y a ti hermosa joven ─ dijo aquel soldado muy sonriente
Aquel joven siguió cantando y esta vez una canción de amor se escuchaba en aquel puerto, como si aquel muchacho se hubiera enamorado a primera vista. Unos minutos después los pescadores siguieron con su labor de pescar y se fueron de aquel puerto, pero aquella joven siguió allí escuchando más canciones. Poco después el joven dejo de cantar y bajo del barco a hablar con aquella jovencita.
¬─ gusto en conocerte joven, ¿cómo te llamas? ─ me llamo Laura ─ respondió la joven
─ soy David y es un gusto conocerte Laura ─ dijo aquel muchacho
Aquellos jóvenes siguieron hablando por largas horas, luego de aquella charla Laura se fue hasta su casa muy feliz.
Horas después el comandante de aquel grupo de soldados recibió una llamada donde su capitán le decía que debía quedarse en Heredia por varios días, David al escuchar esto se emocionó porque así podía conocer más aquella joven que tanto llamo su atención.
Llego la mañana y David salió por el pueblo queriendo saber dónde vivía Laura, después de preguntar llego hasta su casa y allí estaba su Laura, ella muy contenta lo recibió y hablaron hasta muy tarde. Llego la noche y el joven soldado esperaba a Laura para salir a caminar por el pueblo como habían acordado y aquella noche fue una gran cita para ellos. Esa fue su rutina por varios días, pero llego la hora de partida, aquel soldado tenía que seguir con su viaje y fue muy dura aquella despedida.
─ volveré por ti Laura, ten paciencia y espérame─ dijo esto aquel joven ─ te esperaré mi poeta ─ respondió Laura.
Partió aquel barco y aquella joven lloro esa dura despedida. Pasaron varios meses y Laura no había sabido más de David, no habían tenido una llamada, ni una carta que le hiciera saber de él, sin embargo, ella seguía con la esperanza que él volvería.
Siguió pasando el tiempo y aquella joven pueblerina no paraba de extrañar a su poeta, no dejaba de pensar en aquellas promesas, ya su esperanza iba perdiéndose poco a poco.
Era ya septiembre mes de celebración de las fiestas patronales de Heredia y aquella tarde Laura salió para la plaza a escuchar el festival que se realizaba por tradición, para sorpresa de ella ahí estaba su amado en tarima interpretando una canción que le había hecho a su gran amor
─ hoy volví a tu pueblo, cumpliendo la promesa que un día te hice, hoy me siento contento porque sé que aún tenías la esperanza de verme ─ esto cantaba aquel muchacho en su canción.
Laura muy contenta y con lágrimas en sus ojos subió hasta la tarima y abrazo a su amado y juntos lloraron. Aquel día el joven soldado le pidió matrimonio a Laura y el último día de aquella fiesta se casaron y vivieron felices hasta el final de sus vidas.
Sábado Entero Dedicado a Ti
Enviado por beache
SÁBADO ENTERO DEDICADO A TI.-
XVIII
Caía la tarde de un viernes de verano. El sempiterno interactuar de luces y sombras se había iniciado ya.- Los claros indicios de un día de mucha lluvia se expresaban por doquier. Ya sea en el oscuro mojado del asfalto de la calle, o en el tupido existir de millares de gotas que colgaban de las hojas de las diferentes plantas de flores del jardín, que expulsaban un postrer destello amenguado por la ya escasa presencia de la luz, para luego resbalar y caer inevitablemente hacia el suelo elegantemente pavimentado de cerámicos diseñados con difusas formas en claro y café.-
Bart, sentado en el pequeño espacio que había transformado últimamente en habitáculo de referencia obligada para su cotidiano existir, miraba tranquilamente hacia el final de la calle, ahora vacía, buscando sin lograrlo, algún punto de referencia donde poder anclar su mirada. Había sido un mal día. ¡Si!.
Solo. Completamente solo en una casa vacía. Sin fuego, sin risas, sin la alegría que proporcionan o proyectan espontáneamente los momentos de las personas felices, repasaba los espacios del tiempo de las horas recientes. Sin embargo, todos los malos momentos se habían generado en su propio ser. Había usado el día en construir frases con el fin de herir o lastimar…. decir y escuchar, recibir y proferir
Entonces estimó que eso debía ya terminar. Chasqueó los dedos de ambas manos y tomó una decisión…. click, clik, clik … un, un dos, tres... un, dos, tres…. ¡Saldré!
Y tomó hacia el norte por la Ruta Sur… sin tener rumbo fijo, salir por salir. Llegar donde fuera…. llegar por llegar… llegar al final y seguir más allá, detenerse por fin.
Al encontrarse donde estaba la primera bifurcación dijo:
-Seguiré por la senda que dicta el corazón-
Y dobló hacia la izquierda para seguir rumbo al mar. Desgastando los latidos de los momentos de silencio. Musitando las letras ya olvidadas de hermosas canciones de recuerdo y romance. Observando las imágenes de las cosas que bordean el camino: presente y pasado… llegar y pasar… girando al mismo ritmo y a gran velocidad.
Entonces la vio.
Fue al girar una curva, se encontraba allí. Vestía un pullover rosa y blue jeans grises que se ajustaban dócilmente a su figura genial. Las radiantes luces del alba le llegaban de pleno a su cara y le otorgaban una doble dimensión de belleza, como un divagar de mujer a diosa, de ser angelical. He visto esa cara, aunque lo más probable que sólo haya sido que lo soñé.
Ni un solo gesto, ni una sola palabra, nada. Pero él dejó de acelerar. Detuvo su coche. Paró.
Y ella subió.
-¿A dónde vas?- Preguntó Bart.
-No voy…. ¡Quiero ir!... ¡Quiero ir al lugar donde me quieras llevar!
Su voz era muy agradable, hablaba despacio, con calma y acentuando adecuadamente para darle mayor sentido a lo quería decir.
Fueron por una larga vía de bellezas extrañas, derrotando la distancia y la sequedad del lugar, donde era predominante un color verde pálido, así como introducido. “verde eucalipto”, pensó Bart. “Eso es”.
Llagaron hasta un lugar del encuentro de muchos, así, de pura casualidad… La ciudad los recibió con alegría. Un lienzo con una inscripción en grandes letras rojas decía “Bienvenidos” ... “Aquí mil recetas y objetos que admirar”
Caminaron por las calles repletas de alegría, admiraron millares de objetos de índole diversa hábilmente exhibidos en diferentes escaparates instalados en ordenadas filas e hileras. Saludaron gente alegre que esgrimían la fuerza de sus sonrisas y palabras afectuosas. Se detuvieron largamente ante un stand donde la belleza del bordado se expresaba principalmente en la confección de rosas rojas y chilcas florecidas. Se empaparon del aroma de diversas recetas preparadas por manos prodigiosas en manjares exquisitos. Probaron las delicias de una fiesta de arraigo campestre. Bebieron el néctar dulcerino de las principales cepas y mostos del licor chileno. Escucharon los compases de diversas expresiones de la música actual y del pasado. Bailaron al compás de hermosos sones al ritmo de vals y rancheras. Describieron elegantes parábolas en su ir, venir, girar y desplazarse proyectándose en ser una sola entidad de movimientos rítmicos y cadenciosos. O, entregados a un estrecho abrazo, con movimientos mínimos proyectaron sus corazones más allá de sus propios pechos procurando hacer caricias de sus fuertes latidos. Se miraron profundamente a los ojos, escudriñando en sus pupilas tratando de ver el reflejo mismo de sus propias almas. Así fueron transcurriendo uno a uno todos los momentos de un sábado entre dos.
Los sones de la música habían cesado ya y el ruido de la gente se dejó de escuchar. Entonces ella dijo:
- Dame un beso… me tienes que besar.-
- ¿Y por qué debo hacerlo?- Preguntó Bart.
- Porque es así el final de un cuento feliz
Pero finalmente fue ella misma la que lo inició… Lo besó en los labios y él se
sorprendió. El gesto de amor lo pilló de sorpresa pero pronto reaccionó. Y se unió a la caricia con total intención…
FIN
El Embrujo ( primera parte )
Enviado por liliana007
Desesperada estabas por mí , no sabía cómo llegar así a donde estaba .Te arrancaba el miedo de que me suceda algo , me llamabas insistentemente tu corazón aceleraba impresionantemente mientras yo estaba en un lugar a oscuras en un ritual que desconocía de un familiar que agonizaba en vida no supe que hacer ,que decir , todos llorando era increíble ,era pena y dolor se podía sentir una energía ,nunca lo había vivido ;el tirado en el suelo suplicando queriendo vivir hombres y mujeres ,rodeándolo de rezos ,oraciones y alabanzas para que el mal ,deje en paz al pobre hombre la fe era poderosa entre ellos .
Yo continuaba ahí …tus mensajes llegaban ,diciéndome amor aléjate por favor ,tengo miedo que algo pueda pasarte derramando lagrimas como si sería el último día que fueras a verme , así te sentía de tanto que lloraste , dormida quedaste y entre sueños ;desprotegida de tu ángel te hallaste porque a mí lo enviaste para que pueda cuidarme ,por tu miedo de que podías perderme para siempre y llego ese mal en tu búsqueda para apoderarse de tu alma y su venganza era eliminarte ,porque de tu ángel desprotegida quedaste ;en su deseo de ahorcarte de cuello ,y de tu cuerpo apoderarse ,no tenías fuerzas para defenderte ,tus deseos de gritar era desesperante de imaginarte .
Y mirando al cielo fuerzas sacaste , por tu mente a tu padre llamaste , llegando al rescate ,tumbo la puerta ,ingresó y mirándote fijamente dijo :hija mía donde está tu ángel ,porque el mal de ti quiere apoderarse , entre cortada le respondías :padre una persona lo necesita ,está en problemas y es muy importante para mi .
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