Vuestros cuentos
Volver al pasado
Enviado por encantador
Capítulo 1
El reloj
En un rincón olvidado de la biblioteca de la Universidad de Trujillo, un joven arqueólogo llamado Martín tropezó con un antiguo manuscrito cubierto de polvo. Las páginas, amarillentas y frágiles por el paso del tiempo, revelaban la leyenda de un reloj extraordinario, uno que podía retroceder en el tiempo. La curiosidad y el anhelo de vivir una verdadera aventura lo impulsaron a seguir indagando.
Capítulo 2
La clave de los incas
El manuscrito llevó a Martín a las majestuosas ruinas de Chan Chan, donde descubrió una cueva y dentro un mural unos extraños íconos de oro. Al activarlos, un compartimento secreto se abrió, revelando un mapa y una serie de símbolos que parecían ser la clave para utilizar el reloj del tiempo.
Capítulo 3
La Sociedad Secreta
Mientras Martín se sumergía en el estudio de los manuscritos, comenzó a sentir que lo estaban observando. Desde la distancia, un miembro de la sociedad secreta lo vigilaba; también ellos estaban tras el reloj. Esta sociedad estaba convencida de que el reloj debía ser protegido y que el pasado no debería ser alterado.
Capítulo 4
Carrera contra el reloj
Así, Martín se vio envuelto en una intensa carrera contra el tiempo para encontrar el reloj. Sus pistas lo llevaron hacia Cusco, donde cada paso lo acercaba más a su objetivo.
Capítulo 5
El enigma en Machu Picchu
Al llegar a Machu Picchu, Martín comenzó a descifrar las antiguas inscripciones y descubrió que el reloj estaba relacionado con los ciclos astronómicos que los incas veneraban. Cada capítulo del manuscrito representaba un paso crucial en su búsqueda.
Capítulo 6
El encierro
Tras un tiempo de reflexión, Martín se sintió seguro de tener todas las respuestas. Sin embargo, un miembro de la sociedad secreta apareció, y en un giro inesperado, más miembros de la sociedad lo rodearon, capturándolo y dejándolo atrapado en una cueva oscura.
Capítulo 7
Una luz de esperanza
Con una determinación renovada, Martín logró escapar de la cueva y decidió recuperar los manuscritos. Comprendió que el reloj podría transportarlo al pasado, y su corazón latía con fuerza ante la posibilidad.
Capítulo 8
Del regreso al pasado
Antes de salir, se topó con un objeto brilloso. Intrigado, se acercó y comenzó a excavar; era el reloj, escondido en una antigua tumba bajo la ciudad de Cuzco. Al activarlo, una luz cegadora lo envolvió, y cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que había viajado al año 1990. Martín observó a su alrededor, consciente de que cada acción podría tener profundas consecuencias.
Capítulo 9
El destino
En el año 1990, Martín se encuentra ante una oportunidad única: la capacidad de corregir errores y, al mismo tiempo, cuidar de la línea temporal.
Capítulo 10
El ayer
Durante su travesía por este mundo antiguo, Martín se topa con personajes que hasta ahora solo habían sido nombres en los libros de historia.
Capítulo 11
Decisiones
Consciente de que un terremoto de 8,5 sacudirá la tierra ese día, Martín se debate entre intervenir para salvar vidas o dejar que el evento se desarrolle, temiendo las consecuencias imprevisibles de su intervención.
Capítulo 12
El retorno
Decidido a no asumir un papel divino, Martín opta por no alterar los eventos cruciales de la historia. Sin embargo, lleva a cabo pequeñas acciones anónimas que mejoran la vida de algunas personas, con la esperanza de no perturbar demasiado el futuro.
Capítulo 13
La paradoja
Al regresar a su época, Martín se da cuenta de que sus acciones han tenido un impacto mínimo. Al salir de la cueva, una sociedad secreta lo confronta, pero al notar que la historia sigue su curso habitual, uno de sus miembros decide que el reloj debe ser protegido por él.
Capítulo 14
El Tiempo
Martín asume el papel de guardián del reloj, comprometido a asegurarse de que nadie más pueda usarlo para modificar el pasado. Opta por enterrar el reloj en un lugar solo accesible para él.
Capítulo 15
El fin
Con el reloj fuera de su alcance, Martín se sumerge en el estudio de manuscritos y del conocimiento del pasado; aunque imperfecto, es lo que define nuestro presente.
Capítulo 16
Capítulo final
Años más tarde, encontramos a Martín ya anciano, contemplando la idea de revelar la existencia del reloj a una persona de confianza. Con nostalgia, pasa la responsabilidad y cierra el último capítulo de su aventura, seguro de que el reloj del tiempo está en buenas manos.
El efecto mariposa
Enviado por piojodelrojo
1789, Francia.
Entre los ecos de la revolución, Éloise y Julien se prometen amor eterno. Una tarde, mientras las campanas de París anuncian un ajusticiamiento, Julien cae herido mortalmente en la plaza. Éloise, rota, deja caer una lágrima sobre el empedrado. Esa lágrima, mezclada con polvo y sangre, será la primera onda del efecto.
Su tristeza la lleva a un pequeño puerto del norte, donde un joven pescador la ve llorar mirando el horizonte. Sin entender por qué, cree que debe consolarla. Ella apenas lo mira, pero su dolor deja en él una huella. Esa noche, el pescador sueña con un rostro que no conoce y con un amor que nunca vivió. Al día siguiente, decide navegar más lejos de lo habitual… y en una de esas travesías, rescata de un naufragio a una mujer inglesa.
1810, costas del Atlántico.
La mujer, Margaret, sobrevive gracias a él. De vuelta en Inglaterra, abre un pequeño asilo para marineros perdidos. Allí conoce a Thomas, un soldado que no puede dormir desde que volvió de la guerra. Ella le enseña a rezar, él le enseña a reír de nuevo. Se casan.
Su hijo, William, será poeta.
En 1845 escribe sobre un amor imposible entre dos almas que nunca se encuentran. Uno de sus poemas viaja hasta Argentina en manos de un inmigrante italiano, que lo recita en un puerto de Buenos Aires mientras espera que llegue su prometida.
Pero ella nunca llega.
En cambio, una costurera llamada Ana, que escucha el poema desde la distancia, siente que esas palabras fueron escritas para ella. Se acerca, le ofrece un mate, y sin saberlo, reencuentra en él la chispa de Éloise, el eco de Julien, el reflejo de aquel pescador.
El amor, una vez más, encuentra su cauce.
Y así, de lágrima en lágrima, de mirada en mirada, la historia sigue viajando, una emoción que atraviesa siglos, cambiando de rostro, de idioma y de destino.
Dicen que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán del otro lado del mundo.
Quizás el amor funcione igual, una lágrima derramada en 1789 puede encender un corazón en esta primavera.
Porque, al final, todos llevamos en el ADN la memoria del primer amor.
No somos más que repeticiones del mismo latido, ecos de una historia que empezó mucho antes de que naciéramos.
Y que, de una forma u otra, todavía sigue escribiéndose en nosotros.
Don Sapo.
Enviado por meniii
Don sapo.
En una apartada laguna rodeada por grandes árboles. Don sapo conversaba con sus numerosos hijos y nietos, cuando de pronto uno de ellos preguntó:
? ¿Abuelo cuál es el secreto para que hayas sobrevivido más de cincuenta años en esta laguna?
Soltando un largo suspiro el anciano sapo respondió:
-Escuchen con atención, si quieren seguir mi ejemplo y vivir tantos años como yo. Deben aprender a dominar el arte de las palabras, la persuasión y controlar el miedo. Un día estaba roncando en esta laguna, me quede dormido y de pronto el rey caimán me atrapó entre sus dientes, convencido de que yo era su cena...
Un murmullo de sorpresa y horror broto de las bocas de los sapitos:
-ohoooooo, ohooooo, ohoooo-.
Don sapo continuo su relato:
-Bueno les cuento que muerto de miedo logre decirle que, si me perdonaba la vida, le conseguiría una comida más grande y gustosa que un pobre y flaco sapo. Don caimán algo receloso me soltó con la condición de que, sino regresaba en unos minutos con la comida prometida, entonces acabaría con toda mi familia de sapitos que Vivian en la laguna. Inmediatamente salte hacia el bosque y llegue hasta la cueva de doña culebra, quien sin pensarlo dos veces y muerta de hambre me atrapo con su lengua, estaba a punto de clavarme todo su veneno cuando superando el miedo le dije que, si me perdonaba la vida, la llevaría hasta una cueva en la laguna, donde habían muchos peces y cangrejos. No muy convencida la culebra me obligó a que la llevara hasta la laguna en busca de la cueva. Pasados los minutos ya dentro del agua, comencé a cantar muy fuerte para que don caimán me escuchara, en cuestión de segundos el gran caimán atrapó entre sus feroces dientes a la enorme culebra. Dando saltos escape de la laguna hacia el bosque mis queridos hijos y nietos. Con esta larga historia quiero decirles que para lograr vivir tantos años como yo, deben aprender a dominar el miedo, actuar con inteligencia ante el peligro, mantener la calma, dormir con un ojo abierto y otro cerrado, ser prudentes en todo momento y sobre todo dominar el arte de la palabra-.
Cuando por fin don sapo terminó su relato, toda su familia se acercó y saltando de emoción el sapito más pequeño lo abrazó muy fuerte y le dijo las siguientes palabras:
-Eres mi héroe, te quiero por ser el sapo más inteligente, astuto y divertido de toda la laguna, estamos muy orgullosos de que seas nuestro padre y abuelo-.
Fin.
Entre gota y gato.
Enviado por meniii
Le dijo una gota de agua, a un gato que se encontró sobre el tejado:
-Oye gato tú y yo, somos iguales, nuestros nombres tienen las mismas letras, lo único diferente es, que las vocales [o] y [a], les gusta jugar al escondite y siempre se cambian de lugar-.
La fiesta de las vocales.
Enviado por meniii
En una fiesta de presentación, la [a], exclamo:
¡ah, ya están llegando todas mis amigas!.
Luciendo un hermoso vestido, la [e] hizo su entrada:
¡Eh ya llegue!.
Seguidamente se presento la [i]: ¡Aquí estoy yo, lista para bailar con todas ustedes!.
Pasados unos minutos llego la [o] y dijo:
¡Oh, que cantidad de gente!.
La fiesta tomo calor y las vocales se dispersaron por el salón. Entonces llego la [u] y exclamo:
¡Disculpen amigas, aquí llegue yo, para unirlas nuevamente!.
Inmediatamente las vocales formaron una fila y todas pronunciaron sus nombres en alta y sonora voz:
¡a , e, i, o, u!.
Viendo que ya estaban todas las amigas presentes, las vocales se dedicaron a bailar alegremente toda la noche.
Fin.
El señor Mota.
Enviado por meniii
El señor Mota se compró una moto, pero sentía miedo de manejarla, porque no tenía licencia y le impondrían una multa.
La avaricia del discípulo.
Enviado por meniii
La avaricia del discípulo
Había una vez un joven que deseaba aprender la magia y secretos de un anciano y respetado mago, el cual vivía en un apartado castillo en las montañas. Luego de ser aceptado, el discípulo se dedicó por varios años, a estudiar con ahínco las clases que daba aquel anciano mago. Una noche el anciano tuvo un extraño sueño, donde el Creador del Universo le pedía que llevara a su aprendiz, a una lejana cueva en la montaña, porque había llegado la hora de someterlo a una prueba muy especial. Para determinar los valores que guardaba en su corazón y conciencia, los cuales no había logrado cambiar durante su tiempo de permanencia en el castillo de magias.
Al día siguiente y después del desayuno, el anciano mago llamo a su discípulo y le pidió que preparara una mochila con agua y comida, porque debían partir en una hora, hacia una cueva en la montaña, donde recibiría una clase muy especial. Algo sorprendido, pero sin replicar el discípulo se dedicó a preparar el ligero equipaje tal y como se le indicara el anciano, durante varias horas caminaron por la montaña hasta que al final de la tarde, lograron dar con la extraña cueva. Cansados y sedientos decidieron sentarse sobre unas rocas para beber agua y comer algo de pan, pasados unos minutos observaron que, desde las profundidades de la cueva, resplandecía una extraña luz, incorporándose y con antorchas en sus manos caminaron hacia el lugar, acercándose con precaución vieron una fogata, alrededor de la cual había un anciano de espesa barba y túnica blanca, parecía conversar con dos jóvenes. Al llegar al lugar y después de las presentaciones respectivas, el anciano de la cueva pidió al anciano mago del castillo, que le platicara sobre las enseñanzas impartidas a su joven discípulo. Luego a sus dos jóvenes acompañantes cuyos llamativos nombres eran [Perdón y Arrepentimiento].
Pasados los minutos el anciano de la cueva, le indico en alta y sonora voz que seleccionara con cual de sus dos discípulos deseaba marcharse de la cueva y dejarlo con su joven aprendiz. Inmediatamente el anciano del castillo con lágrimas en los ojos rogo que le permitiera marcharse en compañía de [Perdón], Pasados unos minutos el anciano de la cueva se acercó y abrazándolo con profundo cariño le dio un beso en la frente, señalándole el camino para que se marchara de la cueva, mientras el aprendiz de mago no lograba salir de su asombro ante lo que presenciaban sus ojos. A continuación, el anciano de la cueva que estaba acompañado por su discípulo [Arrepentimiento], se acercó y colocándole una mano sobre su hombro, pidió que lo acompañara hacia un apartado rincón donde le dijo las siguientes palabras:
- Mi querido aprendiz a discípulo, tengo varios años observado tu aprendizaje en el castillo de magias. Hoy he comprobado que tu maestro se ha esforzado en enseñarte lo mejor de su magia, pero al pedirme que le permitiera marcharse en compañía de mi discípulo [Perdón], me ha demostrado su fracaso. De tal manera que te voy a dar una última oportunidad, presta atención porque espero que seas muy honesto y sincero con tu respuesta. Mira tengo el poder de otorgarte lo que quieras, siempre y cuando me lo pidas de corazón y como testigo de esta conversación, tenemos a mi fiel discípulo [Arrepentimiento], porque como ya observaste he perdido a mi discípulo [Perdón]. Bueno deberás seleccionar con cual magia te quieres quedar para vivir los años que te he dado de vida, debes escoger solo una magia entre [Fortuna, amor y felicidad].
Un profundo silencio invadió el lugar mientras aquel aprendiz a discípulo, abría sus ojos desmesuradamente al tiempo que frotaba nervioso sus manos, había entendido que estaba en presencia del verdadero Creador del Universo y algo muy importante, tenía la oportunidad de su vida para ser rico, triunfar en el amor y lograr la felicidad, por cual debía decidir, pasados unos veinte minutos de sus labios brotaron las siguientes palabras:
-Anciano me decido por la [fortuna], porque con ella poder comprar todo el amor que necesite y ser plenamente feliz en la vida-.
Seguidamente el anciano de la cueva pidió a su discípulo [Arrepentimiento], que se acercara y arrodillados sobre la arena de la cueva, en medio de la luz de la fogata, juntaron sus manos y escribiendo sus nombres sellaron aquel pacto. Luego el anciano se dirigió hacia el aprendiz del castillo de magias y le dijo lo siguientes:
-Hijo mío te di la oportunidad de escoger el camino de tu vida, pudiste pedirme que te permitiera marchar con [Arrepentimiento], pero no lo hiciste y ni siquiera lo pensaste. Veo que decidiste con avaricia y no con tu corazón, al pedirme que te otorgara la magia de la [Fortuna], para vivir con ella el resto de tu vida. Sin darte cuenta de que por más fortuna que tengas, nunca lograras ser feliz plenamente, porque, aunque logres comprar el amor de muchas mujeres siempre te acompañara la duda, de que estarán contigo por interés y no por verdadero amor. No entiendes que el amor es ciego, el verdadero amor no se compra con dinero y mucho menos la felicidad, pero respeto tu decisión ahora yo marcho en compañía de [Arrepentimiento], nos encontraremos nuevamente cuando se acabe tu luz-.
Fin.
El más grande mes del año.
Enviado por meniii
El más grade mes del año
En el mágico mundo de los cuentos, se presentó un día una discusión, cuando septiembre afirmaba ser el mes más grande del año mientras que el pequeño abril sostenía en voz alta y sonora, que ese honor le correspondía. Por su parte diciembre sostenía, que por ser el último mes del año y el más festivo, deberían todos aceptar, que era el mes más grande del año. En cambio, febrero argumentaba que por ser el más corto del año, debería ser aceptado como el más grande.
La discusión continuaba tomando fuerza, cuando de pronto paso por el lugar, un anciano y reconocido mago. Inmediatamente lo llamaron para que diera su punto de vista, a lo que este acercándose al grupo pregunto:
-Muy bien, tratare de resolver esta situación-.
¿Por favor explique abril, porque se considera usted, el mes más grande del año?
-Escuche señor mago, yo estoy afirmando que soy el mes más largo y grande del año, según las letras del abecedario, escuchen para que aprendan y presten atención, es verdad que septiembre es un mes largo pues comienza con la letra [s] y termina con la letra [e], en total son diez [10] letras. Por ejemplo, enero tiene cinco [5] letras y diciembre tiene nueve [9] letras, pero en cambio mi nombre abril comienza por la letra [a] y termina con la letra [l] del abecedario, en total son de manera secuencial doce [12], desde este punto de vista, es que yo afirmo, que soy el mes más grande y largo del año-.
Después de escuchar en silencio aquella larga y lógica explicación, el anciano mago y los restantes meses del año, aceptaron que abril tiene el privilegio, según el orden de las letras del abecedario, de ser el mes más largo y grande del año.
Fin.
Las reina de todas las virtudes.
Enviado por meniii
La reina de todas las virtudes.
Se encontraban un día discutiendo en una habitación, todas las virtudes porque querían determinar cuál, de ellas era la más importante, para que el hombre reinara y dominara el mundo, a la naturaleza. En ese momento intervino la fuerza y dijo:
-Yo soy la más importante virtud, para que el hombre sea feliz y pueda dominar el mundo-.
Soltando una larga carcajada la felicidad argumento:
-Disculpe amiga, pero ya que me ha mencionado le diré que, sin mí, el hombre será infeliz toda su vida y no podrá dominar el mundo que usted señala-.
Dando un salto el amor intervino:
-Sin lugar a dudas que yo debería ser la virtud más importante para el hombre, porque sin amor no tendrá felicidad y por más fuerza y poder que tenga, será un pobre desdichado-.
Pasados unos minutos el poder alzo la mano para decir:
-Disculpen amigas, pero considero que, sin mí, él hombre no logrará reinar en este mundo, eso lo aseguro-.
Desde un rincón la astucia aprovecho la ocasión para afirmar:
-Recuerden una cosa, el hombre que no actúe con astucia no será nadie en la vida-.
La discusión continuaba tomando fuerza, cuando de pronto se escuchó la voz de la inteligencia:
-Escuchen amigas, las he escuchado con paciencia, ahora espero que ustedes me presten atención para que entiendan y puedan comprender que, sin mí, el hombre podrá tener todas las demás virtudes, pero no logrará dominar la naturaleza y menos el mundo. Por ejemplo, solo con inteligencia el hombre transformará la fuerza del agua y convertirla en electricidad para iluminar su vivienda, calles, pueblos y ciudades.
De igual manera solo yo le permitiría transformar la fuerza del viento y crear las velas de los barcos para navegar por mares y ríos. Por otra parte, tengan en cuenta, que el hombre inteligente es feliz y logra vencer las dificultades y obstáculos en la vida. Así como con inteligencia se logra conquistar el amor de las mujeres y no por medio de la fuerza, sino con halagos, flores, regalos y frases hermosas entre otras cosas.
Con respecto al poder les diré que es un medio de dominio, pero solo a través de la inteligencia se podrá administrar de manera prudente porque de no hacerlo, está demostrado que el poder corrompe, genera avaricia, maldad, rencor lo cual puede dañar a otras personas, sino se controla con sabiduría, e inteligencia por supuesto-.
Después de escuchar con atención las palabras de la inteligencia, las demás virtudes presentes, reconocieron que para reinar y dominar el mundo. El hombre debe ser ante todo muy inteligente para poder convertir la fuerza en poder y lograr a través del amor, ser feliz, aunque un poco de paciencia, astucia, prudencia, fortaleza y malicia, nunca estarán demás.
Fin.
Guerra en silencio
Enviado por besonegrojohns
Recorriendo la ciudad destrozada, el silencio era un recordatorio constante de los peligros que acechaban. Ni un alma se asomaba, el aire estaba sumido en el polvo de los escombros y en el olor a hormigón y madera quemada, y no podías caminar una sola cuadra sin ver los cuerpos de las personas desvividas por la guerra. Las calles, antes bulliciosas y llenas de vida, ahora yacían silenciosas. Sus edificios, ahora marcados por las cicatrices de los bombardeos, eran testigos mudos de la tragedia que había consumido a la ciudad.
Casa por casa, tienda por tienda, el superviviente buscaba alimentos y un refugio en el que pasar la noche. En su camino se encontraba con recuerdos de tiempos pasados: fotografías enmarcadas de familias sonrientes, juguetes abandonados y escombros que supieron ser hogares, objetos que eran un recordatorio de la vida que alguna vez floreció en aquel lugar, ahora reducido a cenizas.
Cada paso debía ser medido con sumo cuidado, cada sombra inspeccionada y cada ventana vigilada con precaución en busca de tiradores. Se sentía como una presa constantemente acechada en medio de un bosque desconocido que cada día parecía ser más interminable. Aunque el fuego había cesado, el eco de las explosiones distantes aún atormentaba al superviviente. Con cada detonación este recordaba con horror lo ocurrido en el primer ataque y a todos a los que había dejado atrás, víctimas del conflicto que había transformado la ciudad en un infierno.
Sus ojos reflejaban su temor, la tristeza por tantas pérdidas y el cansancio después de vagar por la ciudad por tantos días con el estómago retorciéndose. A pesar de todos sus pesares, seguía adelante, impulsado por su voluntad de sobrevivir. Fue entonces que en medio de todo ese caos, una estructura surgió en la lejanía. Un supermercado.
Esperanzado por la posibilidad de encontrar algo de comer, se dirigió decidido hacia la estructura, o lo que quedaba de ella. Con cautela, se adentró en su interior. Las puertas corredizas estaban baleadas, los cajeros saqueados y lo que antes era un techo ahora era un agujero gigante producto de las bombas. Avanzó entre pasillos llenos de fragmentos de cristales rotos, carteles caídos y casquillos de balas. Las estanterías, aunque en desorden, aún guardaban pequeños tesoros: latas de comida vencida, botellas de agua y otros productos inútiles.
Mientras buscaba y seleccionaba cuidadosamente los productos más duraderos y livianos, unos individuos irrumpieron en el supermercado haciéndolo sobresaltar. Un soldado había entrado, trayendo consigo a una mujer. El superviviente se apresuró a esconderse detrás de un estante caído. El soldado la arrastraba por la fuerza mientras la insultaba y la golpeaba. Joven, rubia y muy hermosa, la mujer no paraba de llorar y gritar por ayuda. Desesperada, trataba de zafarse pateando y golpeando al soldado con las fuerzas que le quedaban porque era obvio lo que él quería hacerle, pero no sirvió de nada.
El superviviente entró en crisis. No sabía qué hacer. Si intervenía, el soldado posiblemente le dispararía y lo mataría. Pero si no hacía nada, la mujer seguiría sufriendo. Debía hacer algo. Su corazón latía con fuerza, una mezcla de adrenalina y miedo recorría cada fibra de su ser. Sus manos temblaban, indecisas entre la acción y la inacción. Las voces en su cabeza le imploraban que actuara, pero sus piernas, como si tuvieran vida propia, no le permitían moverse. Los gritos desgarradores de la mujer no paraban de resonar en sus oídos.
Tras una nueva bofetada, la cabeza de la mujer giró en sentido al superviviente. Ambas miradas se cruzaron. En sus ojos se reflejaban el miedo y el dolor por el que estaba pasando y el superviviente se quedó petrificado, observando con horror cómo el soldado envolvía su cuerpo alrededor de la mujer saciando sus más repugnantes y retorcidos deseos. Poco a poco, los gritos desesperantes de la mujer pasaron a ser pequeñas súplicas envueltas en pena y dolor hacia el superviviente. No lo soportaba más.
Pronto, los ojos de ella se iluminaron de esperanza tras ver cómo la figura del desconocido detrás del estante se levantaba, a punto de intervenir. Pero no pudo ser mayor su desilusión. El superviviente no dijo ni hizo nada, tomó sus cosas y con lágrimas en los ojos se alejó, dejando atrás el sonido de los gemidos quebrados por el llanto de la mujer. No había nada que pudiera hacer.
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