EL SEÑOR DE LOS CORDEROS 

Una vez un lobo pidió al león que se le nombrara señor de los corderos. El león, como rey de la selva, tenía esa potestad, pero argumentó que los lobos tenían mala reputación. "Aún y así - dijo - reuniré a los animales, y que digan qué piensan de ti".
En la asamblea no se habló muy mal de él, y todos aprobaron el nombramiento.

Tan sólo hubo un pequeño descuido, nadie se acordó de convocar a los corderos, y por lo tanto estos no pudieron dar su opinión.

Moraleja: Antes de tomar una decisión, lo correcto es consultar al afectado.

Autor de la fábula: León Tolstói

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