48 Cuentos con valores 

LA CORNEJA FUGITIVA

Un hombre cazó a una corneja, le ató un hilo a una pata y se la entregó a su hijo. Mas la corneja, no pudiendo resignarse a vivir prisionera en aquel hogar, aprovechó un instante de libertad en un descuido para huir y tratar de volver a su nido.
Pero el hilo se le enredó en las ramas de un árbol y el ave no pudo volar más, quedando apresada. Viendo cercana su muerte, se dijo:
-¡Hecho está! Por no haber sabido soportar la esclavitud entre los hombres, ahora me veo privada de la vida.

Moraleja: En cuanto mayor son los valores que se buscan, mayores son los riesgos.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL RUISEÑOR Y EL GAVILÁN

Subido en un alto roble, un ruiseñor cantaba como de costumbre. Lo vio un gavilán hambriento, y lanzándose inmediatamente sobre él, lo apresó en sus garras.
Seguro de su próxima muerte, el ruiseñor le rogó que le soltara, diciéndole que con sólo él no bastaría para llenar su vientre, y que si en verdad tenía hambre, debería de apresar a otros más grandes. El gavilán le repuso:
- Necio sería si te oyera y dejara escapar la presa que tengo, por ir a buscar a la que ni siquiera he visto.

Moraleja: No dejemos los bienes que ya tenemos, por ilusiones que ni siquiera divisamos.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL CABALLO Y EL PALAFRENERO

Había un palafrenero que robaba y llevaba a vender la cebada de su caballo; pero en cambio, se pasaba el día entero limpiándole y peinándole para lucirlo de lo mejor.
Un día el caballo le dijo:
- Si realmente quieres que me vea hermoso, no robes la cebada que es para mi alimento.

Moraleja: Ten cuidado de quien mucho te adule o alabe, pues algo busca quitarte a cambio.

Autor del

cuento

: Esopo

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LOS PESCADORES Y LAS PIEDRAS

Tiraban unos pescadores de una red y como la sentían muy cargada, bailaban y gritaban de contento, creyendo que habían hecho una buena pesca. Arrastrada la red a la playa, en lugar de peces sólo encontraron piedras y otros objetos, con lo que fue muy grande su contrariedad, no tanto por la rabia de su chasco, como por haber esperado otra cosa.
Uno de los pescadores, el más viejo, dijo a sus compañeros:
- Basta de afligirse, muchachos, puesto que según parece la alegría tiene por hermana la tristeza; después de habernos alegrado tanto antes de tiempo, era natural que tropezásemos con alguna contrariedad.

Moraleja: Es rutina de la vida que a buenos tiempos siguen unos malos y a los malos tiempos le suceden otros buenos. Estemos siempre preparados a estos inesperados cambios.

Autor del

cuento

: Esopo

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LOS JÓVENES Y LAS RANAS

Varios jóvenes, jugando cerca de un estanque, vieron un grupo de ranas en el agua y comenzaron a apedrearlas.
Habían matado a varias, cuando una de las ranas, sacando su cabeza gritó:
- Por favor, paren muchachos, que lo que es diversión para ustedes, es muerte y tristeza para nosotras.

Moraleja: Antes de tomar una acción que creas te beneficia, ve primero que no perjudique a otros.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL LADRÓN Y SU MADRE

Un joven adolescente robó un libro a uno de sus compañeros de escuela y se lo mostró a su madre. Ella no solamente se abstuvo de castigarlo, sino más bien lo estimuló. A la siguiente oportunidad se robó una capa y se la llevó a su madre quien de nuevo lo alabó.
El joven creció y ya adulto fue robando cada vez cosas de más valor hasta que un día fue capturado en el acto, y con las manos atadas fue conducido al cadalso para su ejecución pública.
Su madre lo siguió entre la multitud y se golpeaba violentamente su pecho de tristeza. Al verla el ladrón dijo:
- Deseo decirle algo a mi madre en su oído.
Ella acercó su oído a él, y éste rápidamente mordió su oreja cortándosela. Su madre le reclamó que era un hijo desnaturalizado, a lo que él replicó:
- ¡Ah! Si me hubieras reprendido en mi primer robo del libro aquel, nunca hubiera llegado a esto y ser condenado a una ingrata muerte.

Moraleja: Al nuevo árbol se le endereza tierno para que crezca derecho.

Autor del

cuento

: Esopo

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DELIRIO DE GRANDEZA

Un yesero carga un Cristo para llevarlo a una iglesia. Ve que a su paso por la calle los ciudadanos se prosternan. Cree que es un homenaje dedicado a su persona. Se siente divino. Quiebra la escultura y abre los brazos. No comprende por qué lo apedrean.

Autor del

cuento

: Alejandro Jodorowsky

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EL PAN AJENO

Aquel era un pan ajeno, el pan de mi compañero. Éste confiaba sólo en mí. Al compañero lo pasaron a trabajar al turno de día y el pan se quedó conmigo en un pequeño cofre ruso de madera. Ahora ya no se hacen cofres así, en cambio en los años veinte las muchachas presumían con ellos, con aquellos maletines deportivos, de piel de “cocodrilo” artificial. En el cofre guardaba el pan, una ración de pan. Si sacudía la caja, el pan se removía en el interior. El baulillo se encontraba bajo mi cabeza. No pude dormir mucho. El hombre hambriento duerme mal. Pero yo no dormía justamente porque tenía el pan en mi cabeza, un pan ajeno, el pan de mi compañero.

Me senté sobre la litera… Tuve la impresión de que todos me miraban, que todos sabían lo que me proponía hacer. Pero el encargado de Día se afanaba junto a la ventana poniendo un parche sobre algo. Otro hombre, de cuyo apellido no me acordaba y que trabajaba como yo en el turno de noche, en aquel momento se acostaba en una litera que no era la suya, en el centro del barracón, con los pies dirigidos hacia la cálida estufa de hierro. Aquel calor no llegaba hasta mí. El hombre se acostaba de espaldas, cara arriba. Me acerqué a él, tenía los ojos cerrados. Miré hacia las literas superiores; allí en un rincón del barracón, alguien dormía o permanecía acostado cubierto por un montón de harapos. Me acosté de nuevo en mi lugar con la firme decisión de dormirme.
Conté hasta mil y me levanté de nuevo. Abrí el baúl y extraje el pan. Era una ración, una barra de trescientos gramos, fría como un pedazo de madera. Me lo acerqué en secreto a la nariz y mi olfato percibió casi imperceptible olor a pan. Di vuelta a la caja y dejé caer sobre mi palma unas cuantas migas. Lamí la mano con la lengua, y la boca se me llenó al instante de saliva, las migas se fundieron. Dejé de dudar. Pellizqué tres trocitos de pan, pequeños como la uña del meñique, coloqué el pan en el baúl y me acosté. Deshacía y chupaba aquellas migas de pan.

Y me dormí, orgulloso de no haberle robado el pan a mi compañero.

Autor del

cuento

: Varlam Tijonovich Shalámov

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Carta a una amiga poeta

Enviado por penelopo2  

carta a una amiga poeta.
Estimada amiga
Una vez te dije"(no creo que te acuerdes) "La poesia es una forma de vivir"Por aquel tiempo ya amabas lo que sería luego tu gran pasión.Leí tu libro apenas lo tuve en mis manos.Cuando terminé sentí unos deseos enormes de escribirte aunque soy muy torpe para ello, hice lo que mi pobre musa distraída me susurró..

La vida es una poesia aunque a veces sus versos no rimen o tengan estrofas locas o la letania de algunos de sus cantos enriquezcan una parte de ella.La vida es una poesia,tragica,paranoica,descabellada.maravillosa,pero digna.elevada,divina..Y los poetas ! Ah los poetas! Duendes perdidos de vaya a saber que paraiso virtual.Edipos locos.huerfanos de lógica.descolgados(no del todo)de una nube rosa con lunares azules.Criptografos obsesivos de sensibilidades ocultas.Solitarios entre multitudes..Caminantes incansables hacia lo profundo.
La poesia es una forma de vivir;vivir flotando entre los sentimientos y escudrinando el alma de lo creado.Todo sufre,todo ama:el árbol,la casa,un pájaro,una flor.Al poeta todo lo atraviesa,todo lo lastima,todo lo acaricia.Sabe ver mas allá,porque mas allá,todas las circunstancias se subliman,se acercan a Dios.
Te imagino sentada a la sombra de una galeria,observando el alma de las pequeñas cosas,siendo efecto en las causas segundas,sintiendo lo que siente la tarde cuando llega y se adueña de todo.Te imagino visitando momentos lejanos ,rescatando esencias y volcando en un papel pinceladas de rimas,!Que dicha la tuya! Convertir lo gris en colores,lo vulgar en trascendente,lo cotidiano,en eterno.
Como olas quue llegan a la playa,llegan tus versoa al corazón..ora bravias indomables..ora serenas,sumisas;ora voluptuosas,obsecuentes.Querida amiga descansa tu alma sobre la arena,Que el camino es largo, pero las olas siempre llegan
Esperando tu próximo libro te saludo con cariño.J.R

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De la Vida Real

Enviado por gabl  

!Tal vez él pensaba como yo!.
Era mucho pesar que agobiaba los corazones y almas de todas esas personas que la vida y las circunstancias les arrebató un ser querido. Jóvenes en su mayoría, estudiantes, profesionales recién graduados y varias féminas que dejaron su vida en el pavimento cuando se atravesaron en la trayectoria de la bala disparada al grupo desde el punto de concentración de los soldados y policías que cumplían órdenes del superior al mando del pelotón de uniformados, cuando disparaban sin esperar orden. Lo hacían a los que creían su enemigo con el propósito de disuadirlos con el fin de que se detengan, que la marcha se disperse. Pero la realidad es otra, se dispara en línea recta, perdigones, bombas lacrimógenas y balas. Lo hacen con saña, con ira, con el odio que nos sembraron en contra de los que no estaban a favor del régimen de facto, previa elección del blanco.
Cayeron muchos, era una emboscada. Me remordía la conciencia, hasta que grité a los uniformados: ¡alto el fuego!
Acto seguido ordené replegarse.
En pocos minutos, mi superior me ordenó entregar el mando a un Sargento segundo y fui conminado a dirigirme al comando. Fui arrestado con el cargo de conspiración y traición a la patria.
Pasaron casi siete horas cuando me sacaron de la celda y escoltado por dos civiles de la policía política fui llevado ante el Coronel Macías Camargo, un tachirense que apenas había llegado a la capital 15 días antes que las marchas opositoras se recrudecieran y tomaran otro cariz. Allí estaba mi Comandante, cómodamente sentado en un sofá libando una bebida con hielo y abundante licor.
Ambos oficiales cruzaron sus miradas y fue el Coronel quien me increpó, ¿usted sabe en el peo en que está metido?
Demostró ser una mamita, ser un cobarde. ¿O es un escuálido infiltrado en esta vaina?
¿O su familia está conspirando?
No contesté, permanecí de pie, en posición firme con la vista fija al frente.
El Coronel Macías Camargo, de contextura fuerte, pesada, a simple vista me parecía que media como 1:70 a 1:75 de estatura, se levantó de su asiento y mirando a mi Comandante le dijo “bueno vea que hace con su alzao”.
Acto seguido salió de la oficina.
Mi Comandante me señaló una silla, entendí su invitación a sentarme. Me ofreció un vaso, “sírvase Capitán”, no niego que me sentí aliviado y pensé; ahora vendrá el chaparrón y el castigo.
-Mire Capitán, voy a ser sincero con usted.
-Quiero que solicite la baja alegando motivos de salud debido a los gases, y a las pocas horas de descanso, no le voy a levantar expediente alguno. Yo sé quién es usted, sé lo dedicado que es con la institución castrense. Y por ser un oficial ejemplar nos olvidaremos de lo que pasó hoy.
-Tiene dos días para presentar la baja, la tramitaremos ante la superioridad a la brevedad posible. Y le aconsejo que se aleje de esas amistades que no le conviene, váyase para el llano, ayude a su papá y a sus hermanos con las labores de la finca.
- ¡Puede retirarse Capitán!
Salí cabizbajo, reprimiendo en mi pecho una especie de rabia, de rencor. En mi mente los pensamientos bullían, Iban y venían las imágenes de las concentraciones, de las protestas en las que me tocó reprimir. Ver los heridos, la violación de los derechos humanos de los ciudadanos, las atrocidades que cometían los subalternos.
Me preguntaba; ¿hasta cuándo duraría esta barbaridad?, que pensará mi familia de mí, a sabiendas que tenía que cumplir la órdenes de mis superiores. Y finalmente llegó el día que no aguanté más.
Acuartelado espero que me den de baja, los compañeros me miran de reojo, la tropa busca no toparse conmigo en los pasillos, en las áreas comunes. Soy un no deseado, sé que me vigilan, me llaman al celular, envían mensajes, no contesto. Y opto por no usar el teléfono.
Sexto día, un Sargento me entrega una citación para que acuda a las trece horas al Comando Regional. Me quedan cuatro horas para arreglar las pocas pertenencias personales de las que dispongo.
Ya en el Comando, solo esperé media hora para ser llamado por un Coronel, quién gentilmente me estrechó la mano y en pocas palabras me extendió un sobre y me dijo; “Capitán le deseo mucha suerte en su nueva condición civil”
-Aproximadamente en un mes le depositan lo que el Ministerio de la Defensa le adeuda por los sus años de servicio.
Me acompañó hasta el estacionamiento y me preguntó; ¿y ahora a que se dedicará? “usted es Ingeniero de sistemas, es una profesión muy bien remunerada”. Coronel voy a tomarme unos días para pensar y descansar.
Ya en la autopista diviso una camioneta negra y otra blanca que me siguen a corta distancia, reduzco la velocidad y en la primera salida tomo la rampa, Las camionetas siguen detrás. Maniobro y estaciono en un Centro Comercial. Salgo de mi vehículo y me confundo entre los transeúntes y gano la calle tomo un taxi y le ordeno al conductor que me lleve al otro extremo de la ciudad.
No diviso vehículos sospechosos, le digo al conductor que me deje en la esquina. Bajo del taxi, atravieso la calle camino una cuadra y esta vez solicito los servicios de un moto taxista.
Finalmente llegó a la Residencia donde me alojaré por unos meses.
Recostado en el sofá, veo imágenes por televisión por cable, varios canales de noticias internacionales informan acerca de la protesta y la represión de por parte de la Policía y La Guardia Nacional.
Siento vergüenza. Me remuerde la conciencia de haber comandado acciones, si se quiere, bélicas en contra de jóvenes estudiantes y adultos mayores indefensos, con las únicas armas un escudo, letreros en contra del gobierno y la bandera de Venezuela.
La cantidad de heridos, de asfixiados por los gases y muertos me estremecen el alma. Y cito: “él piensa como yo”
Gbl
12/06/2017
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