47 Cuentos para reflexionar 

La esfera

Enviado por nica22  

Lo que conocemos se puede comparar al volumen de una esfera, y lo que desconocemos a la superficie, de forma que cuanto más sabemos ( aumenta el volumen ) también aumenta lo que desconocemos ( aumenta la superficie ).

La fórmula para calcular el volumen de una esfera es: V = (4/3) (π) (r³)

La fórmula para calcular la superficie de una esfera es: S = 4πr2

En estas fórmulas 'r'no es una constante, aumenta conforme aumenta nuestro

conocimiento.

Pero π si es constante...

Porque π es...

Dios.

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"Ojalá fuera maestro"

Enviado por scorpium  

"Ojalá fuera maestro"

Está aburrido de ser profesor. ¡Ojalá fuera maestro! Todos los días es la misma rutina. Llega a una institución burlada por un gobierno de turno. Recuerda con tristeza y dolor, la imagen y posicionamiento histórico, emblemático y glorioso que, la vestía con sus múltiples triunfos; tenía todo, no le faltaba nada, ahora en cambio, estaba abandonada a la suerte de un presupuesto que cada vez agonizaba, mientras el agua gemía, los servicios dormían en compañía de virus y epidemias, ahora nos faltaba todo. Los estudiantes llegan vestidos como ellos quieren y piensan, convirtiendo sus uniformes en minifaldas para que el viento no se olvide de ellas. La pintura cansada y harta de su maquillaje empieza a desnudarse, mientras un fétido olor empieza a cubrirnos. Los pasillos se inundan con los grupos de estudiantes que esperan afuera del salón, odian estar presos en las aulas…
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Autor: Andrés Rivadeneira Toledo/Scorpium
Ecuador “En la mitad y para todo el mundo”
Copyright® Todos los derechos reservados.

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"Quisiera ser siempre niño".

Enviado por scorpium  

"Quisiera ser siempre niño".

El mejor cuento para un niño es observar a las personas adultas y ver su comportamiento. Este cuento no necesita de título ni de portadas, ni de cantidad de páginas. Puede ser un cuento contado como una realidad o una realidad contada como un cuento…
¿Por qué los adultos crecen, son tan “adultos” y terminan peleando, haciendo guerras? Ahora están con la tercera guerra mundial con el virus de la Corona. Lo toman a broma y no obedecen las disposiciones para evitar su contagio. No quieren estar en casa, se escapan con sus amigos y amigas a tomar, se emborrachan y llegan al siguiente día. No me gustaría ser así, dependiendo de los vicios, quisiera ser siempre niño para seguir en mi mundo creativo, de color y amor; donde jugamos entre nubes, valorándonos y respetándonos para que nos respeten y valoren, para poder triunfar y ser feliz. Poder ayudar a los demás y nunca competir, quiero compartir nuestras experiencias y aprender mutuamente. No quiero casarme ni tener hijos, primero debo triunfar, viajar a muchos países, conocer las maravillas de nuestra naturaleza y siempre ser feliz, ser siempre niño en todo momento, a cada instante sonreír y divertirme con mi futuro que es el presente y aprovechar la tecnología que existe para cumplir con el colegio y ganarme una beca en la universidad. Y como el niño que soy, libre volaré siempre con la verdad para que aprendamos a conocer y enfrentar la realidad y no creer lo que nos cuentan… Voy a ser educador para ayudar a los estudiantes a conocer la verdad, el principal valor de una persona y que ellos también sean siempre niños, enseñarles a ser asertivos para que aprendan a equivocarse, corregir sus errores y felices puedan vivir. * Ahora son adultos, pero al verlos, por su comportamiento se cree que son niños. Saludan sonrientes, comparten y se ayudan; cuidan su naturaleza, comprendieron que son seres de luz y que deben brillar. La primavera les espera, vuelen libres, vuelen; millones de alas pintarán el cielo y estarán danzando, viviendo con su inocencia entre arco iris eternos…
Es la nueva energía, es la nueva pureza de la tierra, no teman. Respiren y cálmense… Es la esencia de tu ser, es transformación. Los bañaron con Amor, ¡Renacerán siempre niños!

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Recordando…

Enviado por scorpium  

Recordando…
Recordando aprendí lo que necesitaba para entender, ser muy paciente, controlar mis emociones, aceptar a las personas, no cambiarlas, criticarlas o juzgarlas, solo comprenderlas. Tratan de sobresalir, buscan notoriedad, sentirse vivos, importantes, despertando el maldito ego que todos tenemos. Un ego corrupto, morboso, autoritario y violento te reviste de poder, creyéndote todo poderoso e infalible, sin errores ni críticas. Actitud normal en autoridades con desequilibrios psicológicos.

Autor: Andrés Rivadeneira Toledo/Scorpium
Ecuador “En la mitad y para todo el mundo”
Copyright® Todos los derechos reservados.

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Atrapado…

Enviado por scorpium  

Atrapado…
...Un hombre, solo, atrapado entre el amor y el desamor, día a día vive un “maldito infierno”, buscando culpables, excusas para sus errores, porque su pareja decidió alejarse de él, poniendo fin a su relación. Ante esta situación se ve obligado a pensar y aceptar con mucho dolor que, necesita ternura y lo dice con valor. -Si ella estuviera todavía conmigo, lograría que me quisiera, aunque volvería a pedirle escuchar nuevamente sus palabras: “Amor, Amor”. Aceptarla nuevamente sería una tremenda locura, me causaría mucho daño, pero no me importaría. Es hora de aceptar la realidad, ya basta de mentiras, si no regresa, sería mejor que muriera... ...No pienso seguir su juego como muchas veces, por no estar solo. No voy a perseguirla escuchando a mi inseguridad que siempre la ve, traicionándome-. Ya nada será como antes, eso le confunde y le duele como si tuviera una espina clavada en su corazón. Esta experiencia es un camino doloroso que tiene que atravesar tras poner punto y final a lo que un día fue su único amor. Su relación se ha roto y el mundo se le viene encima y se rompe en mil pedazos... -Buscando culpables es una forma de evitar enfrentarme al problema y a los sentimientos que origina emprender el duro camino del desamor-. Para reconstruirse necesitará tiempo, pues sus heridas tienen que sanar la huella de un amor que no ha continuado como esperaba. Le resulta más difícil dejar una relación cuando aún están enamorados...
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Autor: Andrés Rivadeneira Toledo/Scorpium
Ecuador “En la mitad y para todo el mundo”
Copyright® Todos los derechos reservados.


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CIELO, ¡SONRÍE!

Enviado por scorpium  

Es cielo, cada vez que tú, sonríes y, lo haces de muchísimas maneras. Es tu sonrisa, un verdadero cielo. Espero, no me malcríes, más tarde sean bellas quimeras; tú, me sonrías, también me cubrieras. Quiero que, al verte me rocíes. Así estaremos siempre enamorados de tan bello, divino paraíso; soñando vivir…, ¡tan encadenados! Gracias a mi Dios; él, así lo quiso. Al fin, hoy duermo bien acariciado. Cielo, ¡sonríe! Es nuestro compromiso.
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Andrés Rivadeneira Toledo/Scorpium
Ecuador "En la mitad y para todo el mundo"
Copyright® Todos los derechos reservados

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EL NIÑO Y LOS DULCES

Un niño metió su mano en un recipiente lleno de dulces. Y tomó lo más que pudo, pero cuando trató de sacar la mano, el cuello del recipiente no le permitió hacerlo.
Como tampoco quería perder aquellos dulces, lloraba amargamente su desilusión.
Un amigo que estaba cerca le dijo: - Confórmate solamente con la mitad y podrás sacar la mano con los dulces-.

Moraleja: Nunca trates de abarcar más de lo debido, pues te frenarás.

Autor del

cuento

: Esopo

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MI HIJO ESTÁ CONMIGO

Era un hombre que tenía un hijo al que amaba profundamente. Por algún motivo se vio obligado a viajar y tuvo que dejar a su hijo en casa. El niño tenía ocho años y su padre sólo vivía para él. Habiéndose enterado de la partida del dueño de la casa, unos bandoleros aprovecharon su ausencia para entrar en ella y robar todo lo que contenía. Descubrieron al jovencito y se lo llevaron con ellos, no sin antes incendiar la casa.

Pasaron unos días. El hombre regresó a su hogar y se encontró con la casa derruida por el incendio.
Alarmado, buscó entre los restos calcinados y halló unos huesecillos, que dedujo eran los del cuerpo abrasado de su amado hijo. Con ternura infinita, los introdujo en un saquito que se colgó al cuello, junto al pecho, convencido de que aquéllos eran los restos de su hijo. Unos días más tarde, el niño logró escapar de los perversos bandoleros y, tras poder averiguar dónde estaba la nueva casa de su padre, corrió hasta ella e insistentemente llamó a la puerta.
-¿Quién es? -preguntó el padre.
-Soy tu hijo -contestó el niño.
-No, no puedes ser mi hijo -repuso el hombre, abrazándose al saquito que colgaba de su cuello-. Mi hijo ha muerto.
-No, padre, soy tu hijo. Conseguí escapar de los bandoleros.
-Vete, ¿me oyes? Vete y no me molestes -ordenó el hombre, sin abrir la puerta y aprisionando el saquito de huesos contra su pecho. Mi hijo está conmigo.
-Padre, escúchame; soy yo.
-¡He dicho que te vayas! -replicó el hombre-. Mi hijo murió y está conmigo. ¡Vete!

Y no dejaba de abrazar el saquito de huesos.

Reflexión: El apego, ¿te deja ver?, ¿te deja oír?, ¿te deja comprender? El apego te aferra a lo irreal e ilusorio y cierra tus oídos a lo Real y Trascendente.

Autor del

cuento

: Cuento tradicional de la India

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LA PALOMA SEDIENTA

Una paloma, incómoda por la molesta sed, vio una charca de agua pintada sobre un rótulo. Pero sin darse cuenta de que sólo era un dibujo, voló hacia ella a toda velocidad e inevitablemente chocó contra el rótulo, hiriéndose lastimosamente.
Habiéndose quebrado las alas por el golpe, cayó a tierra donde fue capturada por uno de los transeúntes.

Moraleja: No dejes que el fervor, entusiasmo o necesidad nublen tu discreción.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL HOMBRE ECUÁNIME

Era un hombre querido por todos.
Vivía en un pueblo en el interior de la India, había enviudado y tenía un hijo. Poseía un caballo, y un día, al despertarse por la mañana y acudir al establo para dar de comer al animal, comprobó que se había escapado. La noticia corrió por el pueblo y vinieron a verlo los vecinos para decirle:
-¡Qué mala suerte has tenido!
Para un caballo que poseías y se ha marchado.
-Sí, sí, así es; se ha marchado -dijo el hombre.

Transcurrieron unos días, y una soleada mañana, cuando el hombre salía de su casa, se encontró con que en la puerta no sólo estaba su caballo, sino que había traído otro con él. Vinieron a verlo los vecinos y le dijeron:
-¡Qué buena suerte la tuya! No sólo has recuperado tu caballo, sino que ahora tienes dos.
-Sí, sí, así es -dijo el hombre.

Al disponer de dos caballos, ahora podía salir a montar con su hijo. A menudo padre e hijo galopaban uno junto al otro. Pero he aquí que un día el hijo se cayó del caballo y se fracturó una pierna. Cuando los vecinos vinieron a ver al hombre, comentaron:
-¡Qué mala suerte, verdadera mala suerte! Si no hubiera venido ese segundo caballo, tu hijo estaría bien.
-Sí, sí, así es -dijo el hombre tranquilamente.

Pasaron un par de semanas. Estalló la guerra. Todos los jóvenes del pueblo fueron movilizados, menos el muchacho que tenía la pierna fracturada. Los vecinos vinieron a visitar al hombre, y exclamaron:
-¡Qué buena suerte la tuya! Tu hijo se ha librado de la guerra.
-Sí, sí, así es -repuso serenamente el hombre ecuánime.

Reflexión: Para el que sabe ver el curso de la existencia fenoménica, no hay mayor bien que la firmeza de la mente y de ánimo.

Autor del

cuento

: Cuento tradicional de la India

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Desde el 11 hasta el 20 de un total de 47 Cuentos para reflexionar

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