Vuestros cuentos 

El baile de las flores.

Enviado por poesia_impro  

Hoy es la noche de las bellas rosas,
Empieza la música y todas salen a bailar con sus parejas,
Pero siempre hay una que resalta entre ellas,
Es una rosa no tan hermosa,
tiene un pétalo caído ¡Que deshonra!
Todas las demás alegres bailan,
Pero ella ha sido hechas para un lado triste y desolado,
Pero esto aquí no ha quedado,
Se da cuenta de que un hermoso tulipán de ella se ha fijado,
El se le acerca mientras ella oculta su lado marchitado,
La levanta y sin darse cuenta, a la pista la ha sacado,
Ella baila con delicadeza siguiendo los suaves pasos de su pareja,
Se deja llevar tanto por el momento que se había olvidado de su lado marchitado,
En un juego inesperado, todas las mirada estaban sobre ellos, el tulipán más hermosa del jardín bailando de forma conmovedora con la rosa que se ha marchitado,
al volver en si, oculta su lado malo con otros pétalos en buen estado y se aleja rápidamente a otro lado.

El tulipán desconcertado va tras ella y la encuentra triste sobre una piedra,
ella voltea y al verlo queda totalmente paralizada,
el ce le va acercando lentamente y le da un beso,
sorprendida por lo que acaba de pasar le pregunta:

¡Entre todas las rosas blancas, rojas, bellas y hermosas. Simplemente te has fijado en la más fea y espantosa, una que carga a su con un pétalo mal oliente y marchitado! ¿Por qué?

El con voz suave, delicada y con una expresión de amor en su rostro le contesta:

Tendrás tu lado feo, tendrás una lado malo pero entre todas las rosas bellas de ti me he enamorado,
no me importan tus defectos,
más bien tus sentimientos,
no quiero que seas hermosa o fea,
solo quiero que tú corazón mío sea,
me enamore desde el primer momento en que te vi, ya sabía tus defectos, y no me importa,
ahora te hago una pregunta a tí
¿Quieres vivír una vida feliz junto a mí?

¡Si!



Atte: Poesía Improvisada

66.67%

votos positivos

Votos totales: 3

Comparte:

Tu universo en un cajón

Enviado por yedra  

RECUERDOS

TU UNIVERSO EN UN CAJÓN

Aquel año no tenia idea de lo que podía regalarle,son de estas veces de que nada de lo que piensas te parece lo suficientemente especial para que pudiera hacerle ilusión y te desesperas un poco porque se acercaba el día de su cumpleaños y aún sigues tu dándole vueltas a la cabeza y solo consiguiendo marearte además de pensar que no deja uno de ser un desastre a la hora de dar con la tecla de algo digno de aquella que te a dado el ser:tu madre.

En horas bajas su ánimo por tantos problemas de salud y múltiples pruebas medicas a sus espaldas, quería de alguna forma que ese regalo que quería comprarle fuera algo especial que consiguiera levantarle el animo de alguna manera,pero ¡maldita sea! no daba con algo que pudiera hacer ese efecto como yo pretendía,quizás mis pretensiones estaban fuera del alcance de mi pobre imaginación y escaso talento.

Como me suele suceder con alguna frecuencia cuando me atasco con algún dilema, suele venir en mi ayuda los hados,la divina providencia,una repentina inspiración o yo no se como llamarlo pero el caso es que se apiada de este pobre mortal y me da la solución de la manera más inesperada e inverosímil.
Y esa solución llevaba muchos años dando vueltas en el batiburrillo del fondo de un cajón de mi cuarto,olvidada por el tiempo,algo que había cogido de casa de mis padres un tiempo antes de casarme y tener mi propio hogar y que ahora buscando otras cosas volvía aparecer delante de mis ojos.
Algo se encendió en mi mente y con ello en mi mano pensé...¡esto puede ser el regalo! estuve contemplándolo un rato con algunas dudas, pero algo dentro de mi me dijo...¡no dudes más! ¡esto va a ser! tenía que prepararlo darle forma y envolverlo y que fuera lo que Dios quisiera.

Y llegó el día esperado...después de los besos y felicitaciones le entrego el regalo envuelto para la ocasión.
La reacción me pilló por sorpresa,lo agarró lo puso en su pecho y comenzó a llorar de emoción de forma casi desconsolada repitiendo una sola palabra...¡mis hijos! ¡mis hijos!

Y es que aquello que había encontrado en mi cajón era una pequeña foto en la que estábamos todos mis hermanos y yo de pequeños posando en el patio de la vieja casa de vecinos para que constara como una familia numerosa la que formábamos con nuestros padres.Esa foto la amplié,la enmarque y la envolví con su papel de regalo y fue la que entregué en sus manos y que la emocionó tanto.

Hoy después de tantos años me a vuelto ese recuerdo deslizándose por mi interior al contemplar de pequeños en una foto a mis propios hijos y un soplo de emoción y nostalgia te va envolviendo lentamente y añoras esos años en los que renuevas la ilusión por la vida reflejándote en sus ojos curiosos e inocentes.

Así que poco a poco vamos siguiendo los pasos en años y sentimientos de aquellos que amamos y por desgracia ya solo están en el recuerdo y en el paisaje afectivo.

Mi Madre recibió su Universo que estaba guardado en un cajón,una fotografía que quizás llevaba años sin ver,sus hijos,sus desvelos,su lucha incesante por sacarlos adelante dejando sus mejores años de juventud en ese afán ininterrumpido por dar y darse.
Ahora con mis 60 años a cuestas se y comprendo lo que representa tener de repente en tus manos todo lo que a constituido tu razón de ser con los sentimientos que acompañan cuando el tiempo a dejado atrás tus días de juventud y hay más recuerdos que días por delante.

Tuviste tu universo en tus manos y yo tuve el mio al verte feliz y emocionada.

Hace muchos años que te marchaste y que Dios te tenga feliz en ese otro universo en el que no pasa el tiempo y nunca pierdes ni la juventud ni las fuerzas.Los que seguimos aquí te seguimos echando de menos.

100.00%

votos positivos

Votos totales: 1

Comparte:

Citas

Enviado por 747nnn  

Hay citas que, quién sabe, quizá se conviertan en un estallido de fuegos artificiales y te hacen pasar una noche de mucho placer

40.00%

votos positivos

Votos totales: 15

Comparte:

DESCONOCIDOS MUY PRESENTES LO VEÍA DÍA...

Enviado por yedra  

DESCONOCIDOS MUY PRESENTES

Lo veía día tras día con su figura alta y erguida,su pelo blanco,parado al lado de su kiosco que estaba junto al semáforo dispuesto diligentemente a entregar el diario de la mañana al conductor que lo solicitara cuando apenas había clareado el día.
Durante muchos años desde el autobús que me llevaba o andando por esa calle lo observaba al pasar en su tarea diaria sin contar ni la hora ni el tiempo que hiciera.Nunca compré nada en ese kiosco ni jamás hablé nada con su afanoso propietario,solo me limitaba a pasar y verlo como parte del paisaje cotidiano.
El niño que fui que estudiaba,el joven que trabajaba y el licenciado de la Bripac que con sus veintipocos años seguía pasando a sus cosas por la misma calle y contemplando a ese mismo hombre como parte de esas cosas que sin ser consciente forman algo importante de tu mundo y estoy seguro que el de muchos otros viandantes
Un día...el kiosco ya no estaba ni ese hombre repartía los periódicos a los conductores que aprovechaba el semáforo en rojo para comprase los mismos
El tiempo se lo había llevado y en mi interior en aquella esquina se habia parado el tiempo con el retrato en mi memoria de aquél hombre...un desconocido que estaba muy presente en esa intimidad afectiva de lo cotidiano que te parece eterna y un día descubres que no lo es y te invade una suave tristeza de lo que se va y deja de estar.
¿Porqué saco a pasear este recuerdo lejano?
Por que algo ocurre a veces como casi siempre sin uno esperarlo que te provoca que los sentimientos y fotografías impresas en tu recuerdo intimo vallan cayendo como fichas de dominó por tu interior.
Cuando tomé contacto por primera vez con una pagina de veteranos paracaidistas,sin apenas saber manejar un ordenador allá por el 2005,mi entusiasmo se desbordó con la posibilidad de retomar y compartir las vivencias y recuerdos varios de aquellos años.
Y allí estaba en primera linea Jordi 195 y durante muchos años compartimos muchas cosas y momentos en esos foros.
Yo siempre digo que conocer verdaderamente a alguien solo se consigue con la cercanía y el cara a cara y aunque algo se capta a través de mensajes, pero seguro que todo es mucho más completo cuando se conoce de verdad, pero lo que es indudable a pesar de estas consideraciones es patente el gran cariño y el pesar que nos a sumido a todos con su marcha.
En todos estos años se han marchado muchos compañeros que han compartido foro conmigo y siempre se siente ese hueco que dejan,pero al impactarme por lo inesperada la marcha de este amigo de los primeros en que uno comparte unas ilusiones nuevas al descubrir un nuevo mundo ese lugar que deja se hace difícil de rellenar y la tristeza y el pesar apenas se pueden disimular
Al igual que en ese recuerdo que evoco al principio...se me queda la triste impresión de una esquina abandonada por el que constituia por su presencia un lugar y un paisaje cotidiano en el discurrir de la propia vida en el que nos asomábamos y allí estaba cotidiano y cercano compartiendo nuestras cosas,en unas estábamos de acuerdo y en otras no,pero es lo normal de las cosas y el respeto siempre por delante.
Un desconocido,que no lo era tanto y que siempre a estado muy presente y aún lo está más en estas difíciles circunstancias.
Ya formas parte de mi paisaje interior y tu recuerdo estará en esa esquinita del corazón en la que se guardan las cosas importantes que han formado parte de nuestra vida y solo somos capaces de verlo cuando queda el vacío en el lugar que ocupaban.
Amigo Jordi 195...¡descansa en paz! taconazo y primer tiempo de saludo! ¡la muerte no es el final!

100.00%

votos positivos

Votos totales: 1

Comparte:

FRENTES DE BATALLAS

Enviado por yedra  

Casi todos los días lo veía sentado cerca del locutorio del BIP donde se llamaba a los aspirantes porque tenían llamada de su familia.
Pasaba el tiempo y se marchaba sin tener el gusto de conocer el mismo por dentro intentando no pensar en el vacío que intentaba expandiese por su interior al sentir que día tras día permanecía sentado viendo pasar el tiempo con la triste impresión de no importarle a nadie.
Me contó que lo mismo sucedía en la bandera...todos acudían a sus llamadas menos él que seguía intentando no pensar en el porqué veía a su compañeros recibir paquetes de sus casas,recibir llamadas y solo la desolación era recibida en sus manos y en su corazón,sintiéndose huérfano sin serlo.

Se curtió durante todo el servicio,intentando aguantar todo lo que le echaran para ser el mejor soldado de la patria pero para sentirse a la vez el más olvidado y falto de afecto por parte de su familia.

Me contaba todo esto y ¿como podía decirle lo que era evidente y que él apenas se atrevía admitir para que el desconsuelo no fuera mayor? que a veces la falta de cariño y la frialdad te tocan como un pago inesperado y doloroso sin merecerlo ni esperarlo.

Nos licenciamos y seguimos en contacto.Se casó y tuvo hijos y me contaba que era feliz,que el cariño que le había faltado como hijo lo volcaba en los suyos para que jamás se sintieran como él se sintió durante tantos años y especialmente en aquellos días de La brigada en los que se marchó por primera vez de su casa y se sintió como si se hubiera marchado para siempre.

No puede evitar sorprenderme cuando me confesó que jamás le preguntaron como lo había pasado si bien o mal o que les contaran alguna anécdota de todo ese tiempo.
Todo esto que me contó me hizo reflexionar y comprender su aire ausente y melancólico cuando lo conocí,su parquedad en palabras en ocasiones,su charla sincera en otras,y su nobleza que estaba debajo de todo eso. También me hizo pensar que la falta de cariño familiar es una dura losa para cualquier ser humano pero que a pesar de todos los obstáculos hay que seguir adelante como guerreros que desfallecen pero que nunca se rinden como este muy amigo mio que tuvo que luchar en dos campos de batalla muy duros:La Brigada y la vida misma.
¿Cual de ellos es frente más duro?
Todos tenemos nuestra respuesta y que la vida discurra.
Para ese amigo que luchó con bravura...¡DESPERTA FERRO!
.

100.00%

votos positivos

Votos totales: 1

Comparte:

EL REFLEJO

Enviado por mag22  

Un día estaba el agua tranquila,
quieta,respirando en santa paz
dentro de un gran pozo. Cuando de repente llega un mono triste,acongojado,casi arrastrando las patas,viéndose en el agua clara se pregunta:

-¿Por qué soy tan feo?
-¿Por qué no puedo ser hermoso?

A pesar de ser muy joven,corpulento y bello se sentía fatal.

Las aves comenzaron a reír,se burlaban y decían:

-¡Si es cierto,es muy feo!

El mono molesto comenzó a llorar porque no las podía callar.

El agua seguía tranquila,quieta,respirando en santa paz dentro de un gran pozo. En eso llegó un león lanzando rugidos feroces estremeciendo a toda la selva. Mirando su estampa en el agua,a pesar de estar flaco,ojeroso y con escasa melena exclamó orgulloso:

-¡Vaya,soy muy hermoso; irradio mucha luz,mucha belleza!

Las aves estaban impactadas,exclamaron pasada su sorpresa:

-¡Si es cierto,el león es muy hermoso!

El agua tranquila,quieta,respirando en santa paz dentro de un gran pozo exclamó:

- La gente te tratará como tú te trates por eso debes quererte tal como eres,porque como tú te veas así te verán. Suspirando se quedó en la quietud de aquel gran pozo.

100.00%

votos positivos

Votos totales: 1

Comparte:

DE ASIGNATURAS PENDIENTES HAY COSAS QUE...

Enviado por yedra  

DE ASIGNATURAS PENDIENTES

Hay cosas que la razón no entiende y posiblemente sea inútil siquiera intentarlo porque ¿como poner palabras a ciertos sentimientos que son tan etéreos como los mismos sueños? pero que están ahí por esos recovecos que forma lo que somos para bien o para mal.
A veces te tropiezas sin pretenderlo-al hilo de lo que quiero decir-con una muestra de algo que te da un toque de atención que quizás envuelto en el largo camino recorrido de tu vida y que nunca antes le has dado la menor importancia ahora la miras como una asignatura pendiente que te determinas completar porque no quieres dejarla atrás como quizás otras cosas que ya no puedes rescatar.

Pongo por ejemplo ese par de libros que compré con 16 o 17 años que al ordenar y quitar el polvo de las estanterías me vuelvo a encontrar y jamás leí sin poderme explicar porqué.
Esos CDs de música que compré hace años y todavía están con su precinto con las melodías dormidas en su interior sin que haya llegado a mis oídos.
Y Alcalá de Henares...cuando me marché juré no volver y sin embargo incontables noches soñaba que recorría sus calles quizás buscando en sueños esa juventud que se va y no vuelve,esas emociones,esos amigos,esa energía para superar los retos que dieron un aroma especial y único a esos 20 años.

Quizás con la edad que va uno ya teniendo se vuelve uno aún más sentimental y ese sentimiento de poder rescatar algo de lo que se queda atrás se vuelve fuerte y deseas leer aquello que duerme olvidado en una estantería,escuchar la música que aún te sigue esperando y volver andar por aquellas calles que aún sigue en tus sueños.

Son pequeñas asignaturas pendientes que quieres completar antes de que algún día baje el telón y queden en el limbo del olvido.
Así que leeré esos libros,escucharé esa música y volveré a Alcalá de Henares porque no está bien dejar asignaturas pendientes y que la razón.el corazón y los sentimientos te lo agradecerán y quedarás tranquilo.
YA LO DICE EL DICHO...EL CORAZÓN TIENE RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE

100.00%

votos positivos

Votos totales: 1

Comparte:

El hombre ciego de codicia

Enviado por hernanmdq  

En el antiguo reino de Qi había una vez un hombre con una sed insaciable de oro. Desafortunadamente para él, era muy pobre y su trabajo no le permitía enriquecerse. Apenas podía ganarse la vida. Sin embargo, vivió obsesionado con la idea de ganar dinero.

El hombre sabía que los comerciantes locales llenaban los bancos del mercado con sus hermosas figuras de oro. Objetos que se colocaron sobre espléndidas sábanas de terciopelo para que los ricos de la ciudad los levanten y los observen. A veces compraban, a veces no lo hacían.

El hombre estudió un plan para apropiarse de una de esas hermosas figuras doradas que brillaban bajo la luz del sol. Así que un día se vistió con sus mejores ropas. Fue al mercado pretendiendo observar las piezas de oro y, sin pensarlo dos veces, tomó una y huyó. No pudo ir muy lejos antes de ser capturado.

Los guardias le preguntaron cómo se le había ocurrido robar oro de esa manera, a plena luz del día y con cientos de testigos. El hombre respondió que su sed de oro lo había cegado, impidiéndole pensar.

Moraleja: La codicia del hombre puede volver ciega a una persona.

69.23%

votos positivos

Votos totales: 13

Comparte:

La flor

Enviado por valen15  

En medio de un campo lleno de hermosas flores de distintos colores y altas había una que era todo lo contrario era la flor más pequeña a pesar de tener pétalos estos se notaban que iban a empezar a caer en cualquier momento y sus colores no eran tan brillantes y hermosas como las demás flores.

El tiempo fue pasando y la flor más fea se volvía ademas de más deprimente al escuchar las burlas de las demás flores. Poco a poco sus pétalos fueron callando hasta que no había ninguno y muerta la flor estuvo.

66.67%

votos positivos

Votos totales: 3

Comparte:

¿Quién lo mato?

Enviado por koviz  

Pueblo Nuevo de la Sierra, así se llamaba la zona. En el habían deslumbrantes lugares
que la naturaleza ofrecía a todos los visitantes. Las Cataratas de Hueque, era uno de ellos.
Las montañas frías hacían del ambiente como para sentirse en Mérida o Canadá. Los
habitantes eran de pueblos, como normalmente se les decía. Y refiriéndose a ello, había uno
que le rendía homenaje a un indio, por eso mismo, la población se llamaba Hueque. No había
turista que al visitar la zona no lograse notar, que el gobierno había dejado la mitad de la vía
en reparación. Como pasa en muchos casos, hablando del Estado Falcón.
“Las Jotas”, así se llamaba una de las tantas y variadas posadas que se encontraban en
Hueque. La dueña, muy popular por sus ricos mancarrones, recibía grandes clientes aun y
cuando no eran grandes temporadas.
Ana era hermana de Oliver, con ellos, iban en grupo, Jivianny, Alexis y Francelis.
Además del resto que iban en la encava a la excursión. 30 pasajeros a bordo. 6 habitaciones
para 5 personas. Pero ellos, debatieron y lucharon, e ingeniosamente, lograron quedar juntos
en la morada aunque las reglas fuesen mujer con mujeres, hombre con hombres.
Eran los típicos jóvenes. En sus mochilas no había más que bebidas, cigarrillos y
atuendos sexuales. Claro, obviamente mudas de ropa y productos de higiene personal.
La posada era cómoda. Ellos eran cinco, y solo tenían dos camas. También había una
pequeña nevera, suficiente para todos. Lo incomodo, solo poseía un baño, cosa que las chicas
odiaron, como siempre, los hombres son los cochinos en este aspecto. Un solo televisor.
Además, radio con entrada USB, de color rosa con una etiqueta de Bob Sponge. En la esquina
de la mano izquierda de la habitación había un espejo, a su lado, una pequeña mesa con dados
y dos cubos de rubik como decoración.
Como jóvenes, bromeaban al mismo tiempo que conocían el pueblo. Cerca de las 7:00
p.m. ya retornaban a la posada donde descansarían su primera de tres noches en la zona
turística.
Cuando llegaron a la aposento, decidieron charlar antes de ir a preparar algo de comer;
decían que si cenaban tan temprano a la hora tendrían hambre nuevamente. Acordaron
sentarse en pleno centro de la habitación, en forma de círculo, y propusieron miles de juegos.
Sin embargo, querían una noche distinta, y aunque fuesen amigos desde la niñez, había ciertas

cosas que jamás quisieron contar por mucha confianza y hermandad que existiese entre ellos.
Al final, iniciaron contando cosas inadvertidas y fuera de común, o viceversa, juego que lo
bautizaron como “¿más o menos?”. La idea principal era, ser mudos y sordos por 5 minutos
mientras se relataba una historia de ocurrencia. Al pasar el tiempo, si a alguno no le gustaba
lo que estaba siendo contado, sencillamente se decía ¿Mas o menos? Y debía entonces,
cambiar el ritmo, y comenzar un nuevo caso. O en su defecto, continuarla de manera inédita.
Oliver, era el más jodedor y chalequeador. Su alto nivel de perversidad, lo hizo
comenzar con un relato erótico: “En algunas noches estando en mi habitación frente al espejo
me miraba y acariciaba mi verga que se ponía tan dura como un hierro. Tocaba mi paquete
abultado pensando en una mujer que se venía a mi mente. Cuando me sentía caliente hacía
esto frente al espejo y la liberaba, palpitaba gruesa, gorda, cabezona y lleno de semen. Solo
en pocas ocasiones hacía esto. Una noche, estando yo caliente sobándome frente al espejo,
tuve la sensación de ser observado. Desde el exterior es posible ver hacia mi habitación un
poco, pero me parecía inimaginable que alguien estuviera observándome. Tenía esa
sensación y mientras me tocaba veo que en una ventana a lo lejos hay alguien que me observa.
Al darse cuenta de que la observé, esa persona se esfumó, pero mi morbo aumentó. La noche
siguiente decidí correr el visillo un poco más para que me vieran mejor. Cuando acariciaba
mi verga hinchada y durísima yo advertí luces en la ventana que me espiaba. Aumentó mi
excitación y me tocaba con más ganas. La persona que me espiaba apareció frente a ese
ventanal, pero con una máscara, no tenía idea de quién sería ella. Era mujer, llevaba un sostén
blanco y calzones rosados. Lentamente se quitaba el sostén y me mostraba unos senos
enormes. Poco a poco se quitó el calzón también y vi esa vagina caliente, goteando y
llenísima de placer. Yo me tocaba firmemente y ella al parecer gemía. Tras estar largo rato
masturbándonos sincronizadamente a distancia, no tardó en sobrevenirme una corrida frente
al espejo. Sentía el cuerpo sudado, el corazón acelerado, los testículos llenos de semen y
mirando esa vagina salto a chorros mi leche caliente al tiempo que notaba que esa mujer
misteriosa le sobrevenía ricos orgasmos. Mi única duda era saber quién era ella. Días después
tuve la sorpresa de saber quién era.”
Jivianny, naturaleza de una venezolana con rasgos chinos, hermosa en todos los
sentidos. Solía ser decente, al mismo tiempo enamorada. Soñaba en ocasiones tener sexo con

Oliver, le llamaba mucho la atención, por lo que apenas decidió interrumpirlo, claramente
luego de los 5 minutos, acatando las reglas del juego: “¿más o menos? Con ganas. Muchas
ganas de sexo del bueno, del salvaje. De ese que cura los males pulmonares y alivia espasmos
musculares. Del bueno, que rejuvenece. Con ganas de falo duro, firme y caliente. De embates
que me provoquen inundaciones mayúsculas. De dedos traviesos en mi vagina. De lengua
ávida de mi sexo. De manos que nalgueen mi grupa fabulosa. De besos franceses, besos de
Singapur, besos negros. De mordisquitos en las tetas, en los labios, en el cuello, la nuca, las
nalgas. Con unas incontenibles ganas de sentir unas manos poderosas que me posean y me
exploren, que busquen, revuelvan, rebusquen y produzcan magia. De esas que con firmeza
me abran las piernas y se agarren de ellas para ceder el paso al majestuoso atributo que anhela
clavarme con certeza y furioso deseo. Que den permiso a esa verga ansiosa para llevarme al
paraíso. Con ganas de desbordarme en los espasmos involuntarios de orgasmos imparables
que me lleven al llanto. Con ganas, muchas ganas de pedir "ya no más", queriendo que nunca
se termine la faena. Con muchas ganas de un hombre que sólo se dedique a mí hasta que, ya
agitada de tanto éxtasis, explote dentro de mí y me llene de sus esencias haciéndome temblar
de gozo y de ganas de repetir.”
Francelis, con su esencia una joven dulce. Conocía sexualmente muchos temas, pero
a sus 21 años seguía siendo virgen. Por lo que decidió romper la cadena que llevaba Jivianny:
“¿más o menos? Mi madre siempre me decía que de pequeña, era una niña caprichosa y que
todo lo quería comprar. Eso es una estupidez. Todos los niños lo quieren todo, yo no era
distinta a los demás. Cuando fui creciendo, ella siempre me recalcaba que siempre quería
todo y que no podía ser. Mi madre pecaba de ser muy pesada y cansina. Volvemos a repetir
lo de siempre. ¿Quién no quiere comprar cosas? Era una adolescente y para rematarlo muy
guapa. Necesitaba comprarme cosas, mi pelo tenía que lucir siempre impecable y mis uñas
perfectas. Parecía que mi madre no comprendía que la belleza hay que cuidarla y trabajarla,
nadie regala nada. Pero ella erre con erre que ¡no podía gastar tanto en mí! Vaya estupidez,
para eso está trabajando. Yo nunca pedí venir a este mundo, y si ella fue la responsable de
que yo esté aquí, ahora su responsabilidad es cuidarme y colmarme de caprichos. A veces, la
miro de reojo y la veo mirándome de una forma extraña, observándome...como si quisiera
leerme el pensamiento. ¡Imposible!. Mis pensamientos me pertenecen y no los pienso
compartir. Menos mal que mi padre es distinto. Él sabe de mi belleza y atractivo, sabe que

debo de cuidarme, la belleza te abre muchas puertas, y yo estaba dispuesta a que empezaran
a abrirse en menos de que canta un gallo. Me estaba hartando de aguantar a mi madre, y lo
que salvaba la situación era mi padre que era un santo. Nada que ver con mamá. Todo lo que
yo le pedía me lo traía inmediatamente. Él era bueno y amable, dispuesto a ayudarme en
todo, dispuesto a hacerme la vida agradable y feliz. ¡Lo adoraba!”
Ana era de pocas palabras. Sin embargo su mente decía que Francelis era muy niña,
muy tonta. Esto fue lo que la hizo decir ¿más o menos? Y continúo:
"Siempre fui una niña tímida y asustadiza. Mi historia parecería la de otra niña cualquiera
pero quizás más triste. Me robaron mi niñez, me despojaron de mi pudor, de mi virginidad.
Mi cuerpo se llenó de odio y ansiedad, de angustia y llantos. Y también de
moratones...tapados siempre debajo de las mangas de la camisa...ocultos de la vista de la
gente. No recuerdo ya muy bien cuándo comenzó esto, pero era muy pequeña. Comencé en
el colegio y al poco tiempo comenzó la peor pesadilla que cualquier niño pueda vivir. Mi
tutor de clase era un hombre muy religioso y bondadoso. Se preocupaba de que hiciéramos
nuestras tareas diarias y de enseñarnos educación y saber estar. Un día, que estaba en el
jardín, ya que era el recreo, y esperaba a que salieran todos mis amigos, él se acercó y me
dijo que me llevaba a la cocina a darme un vaso de leche. Yo me puse contenta, pues le había
dicho que mamá se había olvidado de meterme mi bocadillo para el recreo. Me dio la mano
y fuimos andando. Mientras andábamos él saludaba amablemente a los demás niños y
profesores. Yo me sentía grande a su lado, crecida, importante. Las niñas me miraban con
envidia, ya que me iba a dar ¡un vaso de leche con galletas un profesor! Pero por los caminos
de la escuela, nos desviamos de la cocina y entramos en su despacho. Yo me senté en una
silla, pensando que él iría a la cocina por la leche y yo esperaría allí. Y esa fue mi primera
vez. Mi primera bajada a los infiernos. Cuándo todo terminó, me amenazó con que si lo
contaba algo muy malo les ocurriría a mis padres y a mi hermanita. Yo estaba muy asustada
y ese día me puse muy mal. Era la temida ansiedad que me estaba devorando. No comprendía
como mi profesor podía hacer esas cosas, que a mí no me gustaban. Esa noche y muchas
más...lloré mucho a escondidas de mis padres. Pasaron los días y las semanas y eso se hacía
ya asiduamente. El me miraba y yo sabía que tenía que acudir a su despacho. Y volvíamos a
bajar a los infiernos. Días y meses...años. Años muy duros, en los que mi familia decía que
era retraída, una niña apagada, triste, sin vida. Y es que ellos no lo sabían, pero yo estaba

muerta. Mi vida era ansiedad más pánico....no querer encontrar esa mirada que me decía
"vamos". Mi vida se reducía a esperar...esperar a que esos ojos que yo creía bondadosos...me
dijeran "vamos pequeña" y con ese vamos...yo iría al infierno...estaría con el mismísimo
demonio en la misma habitación, sus manos velludas y asquerosas me acariciarían el cabello
y comenzaría así otro día de infierno inolvidable. Me iba haciendo mayor y los abusos no
paraban. Ya era como una rutina asquerosa, una bajada a los infiernos sin luchar, un vivir en
este mundo sin estar presente. Pero también fui comprendiendo que eso no era lo normal, que
él no tenía derecho a hacerme esas cosas ni a amenazas continuas. Me tenía atemorizada.
Cuándo mi hermanita comenzó el cole, él se acercaba a ella y sonreía mirándome. Y con eso
ya bastaba para saber lo que tenía que hacer. ¡¡ Basta ya!! No iba a consentir que me tocara
una sola vez más. No iba a consentir que le hiciera lo mismo a mi hermana. Incluso... ¡a saber
si se lo hacía a otras niñas! Todo fue muy rápido a partir de esa decisión. Esa misma noche
hablé con mis padres y les expliqué lo que llevaba años pasando. Fue un drama. Mamá y
papá lloraban sin cesar. Papá solo daba vueltas diciendo cosas terribles. Llamaron a mis tíos
que enseguida tomaron la iniciativa en todo. Primero a la policía. Y ya fue todo encadena.
De allí al hospital donde se confirmó que yo no mentía. Y ese fue casi mi final de estos abusos
que rompieron mi vida en ese momento. El profesor fue juzgado y declarado culpable de los
abusos. No era yo sola, había más alumnas, y cuándo yo lo denuncié, las demás niñas hicieron
lo mismo. Fue un auténtico bombazo en la ciudad y en el colegio, fue un auténtico drama
para todas. Pero hicimos lo que teníamos que hacer pararlo.”
Y fue así, con lágrimas en sus ojos, cuando todos quedaron impactados con la historia
tan real que se inspiró contando Ana. Tanto, que olvidaron por un momento que faltaba
Alexis. Sin embargo, aquí venia Oliver a recordarlo. Por lo que él comenzó para finalizar el
juego: “¿más o menos? Chamo. Coño, estoy cansado. De mí y de ustedes. Ya la escucharon,
Ana, siempre haciéndose la víctima, podrás ser mi amiga y todo, pero ayer dudaste de nuestra
fe católica y fuiste a disque creer en el evangelio; no sabes lo mal que es andar por el edificio
y que te señalen como el amigo condicional de la loca, haciendo énfasis en que no paras de
andar probando las religiones como los penes de los hombres; yo no creo nada de eso, porque
simplemente jamás te he visto en ello, y me duele, en el alma y en el corazón escuchar como
los vecinos tienen lengua para criticarte y tu dándole que hablar. Oliver, siempre busca
pleitos, en ocasiones he querido asesinarte, aun no sabes lo incomodo que es sentirse

avergonzado por provocaciones inútiles de tu parte; eres ya un hombre, y tu cerebro está lleno
aun de cosas infantiles y un vocabulario que no te ayuda a avanzar en nada. (Todos estaban
entre confusión, furia y desespero por querer hablar) – Jivianny siempre creyéndose la última
Coca-Cola del desierto, solo por ser hermosa no sé lo que piensas a veces, a parte de las
burradas que normalmente dices; en ocasiones siento celos por ti, porque aunque no lo creas
me enamore de ti y me da lástima verte besar con los bagres que como novios has tenido.
Ojala esta noche no quedes embarazada de Oliver. Y Francelis, de ti ni decir, no eres más
que una niña de papi y mami, haciéndole creer al mundo que eres Virgen cuando eso no es
cierto. Y me consta porque tu primera vez fue conmigo, si es que es cierto lo que me dijiste
esa madrugada en tu fiesta de 15 años. Claro y yo como un tonto siguiendo tu cuento. Después
dicen que los hombres somos los mujeriegos... luego dijo que eso era todo, que tenía mejores
amigos.” - Finalizo levantándose, llorando, con vergüenza al mismo tiempo.
Las chicas tuvieron que agarrar con la mayor fuerza que no tenían a Oliver, que en ese
justo momento sentía impotencia y odio por Alexis. Lo llamaron falso y de otras y miles de
maneras de desprecio. Justo, cuando el ambiente estaba un poco más calmado, hubo una falla
electromagnética que dejo a toda la comunidad sin luz. La impotencia bajó por completo.
Ahora en vez de odio había solo miedo. Olvidando todo lo que recién había sucedido, todos
se dieron cuenta que estaban sin pilas en sus teléfonos móviles. Solo tenían una linterna, y le
pertenecía a Alexis.
Se negaban a recibir su ayuda, aun cuando él se les ofrecía. No aceptaban. Fue un
simple juego que se tornó a la realidad. Entre tanta tensión, Alexis daba las órdenes. La
posada donde ellos se encontraban era la más cercana a las Cataratas de Hueque, y la más
alejada del resto de los turistas. En pocas palabras, estaban solos en medio de un bosque, sin
luz. Comenzaron con la tonta idea de salir a buscar leñas para hacer una fogata. –Desearía
verlo morir, con el perdón de Dios. Pero por su culpa, por llamar las malas vibras estamos
acá en medio de la nada, donde ni pegando nuestro mejor grito nos escucharán. Afirmaba
Ana.
Por la poca luz que emitía la media luna ese día, se guiaban a las afuera de la extraña
posada, porque así se podía notar. –Con esta rama solo quisiera darle en la cabeza a Alexis.

Aun me duele lo que dijo, no debió hacernos sentir de esta manera. Ahora por su culpa
estamos corriendo riesgo a las afueras de esta posada. Lo odio. Expresaba Francelis.
Por extraños sonidos emitidos por animales que ellos no conocían, sintieron unos pasos
extraños. Francelis sintió miedo, y corrió adentro de la posada. Llego y abrazo a Alexis. –
babosa, miedosa, toda una niña de casa le falta rudeza. Estoy llena de rabia, provoca tomar
estas piedras y lanzarlas hasta verlo sangrar y sufrir. Exclamaba Jivianny.
La rabia y el odio fueron desapareciendo. Extrañas voces del más allá, y ruidos
paranormales asustaron por completo a las chicas. –acá está el problema, la guaya de alta
tensión se cayó. Con esta misma deberíamos ahorcar al imbécil de Alexis. Hombre falso y
loco. Una vez que Oliver se expresaba con aquel toque de impotencia, el sistema completo
hizo corto circuito. Las chicas del impacto regresaron a casa, nerviosas sin saber que ocurría.
Oliver y su miopía no pudieron conseguir los materiales para la fogata, y estando solo
no le quedo de otra que regresar a casa. Para su sorpresa al entrar a la habitación, estaban
todos en círculo. Quiso interrumpir. Las chicas le pidieron hacer silencio. Se unió
nuevamente a ellos. Solo se escuchaba la voz de Alexis. –fui honesto. Note que le temen a la
transparencia, a la verdad. No fue mi culpa. Sabía que volverían a mí. Les ofrecí mi ayuda y
no la aceptaron. Han sido como hermanos para mí, pero crecen cada dia y no sé, los veo
monótonos. En fin, nunca quise morir sin antes habérselos dicho. Si quieren pueden
perdonarme, así no sea digno. Solo quiero que amanezca y que ninguna de las cosas que se
cuentan aquí en este pueblo se haga realidad. No quiero que mi mente entre en pánico por
pensar que mitos y leyendas se puedan hacer sentir en hechos reales, en este momento.
Vamos a mantener la calma.
No había terminado de decirlo, y tres fuertes sonidos se escucharon en la puerta. –
¡Dios vamos a morir! exclamaba Francelis al escuchar las patadas que tumbarían la puerta
en segundos. –tengo un bombillo rosado en mi bolso, no me pregunten porque de ese color.
Oliver corrió a buscarlo antes de que la pila de la linterna dejara de funcionar. Cuando todos
salieron para conseguir con que hacer la fogata, incluyendo a Alexis que se regresó al ser
ignorado por sus amigos, notaron que si había electricidad, pero habían desaparecido todos
los focos.

Navajas, cuchillos y Ana con un tenedor, esperaban para defenderse de quien intentaba
tumbar la puerta. Oliver regresaba con el bombillo. Alexis con la mesa, que tenía pegado los
dados y los cubos. Lo tomó, se subió arriba de la mesa para colocarlo. Para sorpresa de todos,
extrañamente la luz regresó. Sucedió tan rápido un nuevo corto circuito. Por segundos, todo
quedó a oscuras nuevamente.
Silencio total. Respiraciones rápidas, profundas. Nervios y sudor. Desespero e intriga.
Así estaban cada uno en una esquina de la habitación. Segundos más tarde, el único bombillo
color rosa, encendió. Extraña y repentinamente. Y allí estaba Alexis, tirado en el piso. Estaba
muerto. Sin camisa, que hacían notorias marcas de ramas que provocaron rasguños y
derrames de sangre. Su rostro estaba deteriorado, alguien había lanzado sobre sus ojos y
dentadura piedras que le ocasionaron moretones. Su cuello estaba marcado, como si lo
intentaron ahorcar con alguna guaya de alta tensión, cosa que después fue vista que tenía en
sus manos.
Su cuerpo estaba desmoralizado y apuñalado. Fácilmente se podía decir que lo mataron
a través de una pelea. Le dieron con lo primero que tenían a la vista. Y luego lo ahorcaron.
Su lengua colgaba. El rostro sin forma, entre colores rojos y morados. Su pecho, lleno de
aberturas que expulsaban sangre en mediana proporción.
La habitación estaba semioscura. Solo un bombillo rosa en el centro. Y los cuatro
chicos, Ana, Francelis, Jivianny y Oliver, uno en cada esquina.
Ellos, los cuatro, llenos de pánico, sin entender nada, solo se preguntaban: ¿Quién lo
mató?
Continuara...

100.00%

votos positivos

Votos totales: 1

Comparte:

Desde el 91 hasta el 100 de un total de 428 Cuentos

Añade tus comentarios