45 Cuentos de animales 

el pajarito lihue

Enviado por dach2901  

Ahí donde empieza a salir el sol estaba el pajarito llamado Lihue. Él era muy especial… de una especie de solo un color, el de la madera de las montañas de la tierra, Lihue era de color café.

El pajarito Lihue solía detener su vuelo para posarse a mirar a sus amigos pajaritos de diferentes razas… distintos colores, brillos en sus alas, también con un diferente y bello cantar cada uno de ellos. Él pensaba y se imaginaba como uno de ellos, no le gustaba ver todo su plumaje color café sin ningún detalle hermoso como el de ellos, los otros pajaritos.

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El lobo y la cigüeña

Enviado por luzia  

El lobo y la cigüeña
Un lobo devoró su caza tan rápido, con tanto apetito, que terminó con un
hueso atorado en la garganta.
Lleno de dolor, el lobo comenzó a correr de un lado a otro, aullando, y le ofreció
Una buena recompensa para cualquiera que se haya sacado el hueso de la garganta. Con piedad del lobo y con
dispuesta a ganar el dinero, una cigüeña decidió enfrentar el peligro.
Después de quitar el hueso, quería saber dónde estaba la recompensa que el lobo había prometido.
- ¿Recompensa? Gritó el lobo. - ¡Qué cigüeña! Que recompensa, que
¡cualquier cosa! Metiste tu cabeza en mi boca y en lugar de arrancarte la cabeza con un
Te dejo sacarlo sin un rasguño. No piensas
eres muy afortunado, animal insolente! Sal y ten cuidado de nunca acercarte a
mis garras!
Moraleja: no esperes gratitud cuando muestres caridad a un enemigo.El lobo y la cigüeña
Un lobo devoró su caza tan rápido, con tanto apetito, que terminó con un
hueso atorado en la garganta.
Lleno de dolor, el lobo comenzó a correr de un lado a otro, aullando, y le ofreció
Una buena recompensa para cualquiera que se haya sacado el hueso de la garganta. Con piedad del lobo y con
dispuesta a ganar el dinero, una cigüeña decidió enfrentar el peligro.
Después de quitar el hueso, quería saber dónde estaba la recompensa que el lobo había prometido.
- ¿Recompensa? Gritó el lobo. - ¡Qué cigüeña! Que recompensa, que
¡cualquier cosa! Metiste tu cabeza en mi boca y en lugar de arrancarte la cabeza con un
Te dejo sacarlo sin un rasguño. No piensas
eres muy afortunado, animal insolente! Sal y ten cuidado de nunca acercarte a
mis garras!
Moraleja: no esperes gratitud cuando muestres caridad a un enemigo.

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EL GALLO Y LA PERLA

Un día cierto Gallo, escarbando el suelo, encontró una perla, y se la dio al primer lapidario que halló a mano. “Fina me parece, le dijo, al dársela; pero para mí vale más cualquier grano de mijo o avena.”
Un ignorantón heredó un manuscrito, y lo llevó en el acto a la librería vecina. “Paréceme cosa de mérito, le dijo al librero; pero, para mí, vale más
cualquier florín o ducado.”

Autor del

cuento

: Jean de la Fontaine

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EL PERRO Y LA LIEBRE

Un perro de caza atrapó un día a una liebre, y a ratos la mordía y a ratos le lamía el hocico. Cansada la liebre de esa cambiante actitud le dijo:
- ¡Deja ya de morderme o de besarme, para saber yo si eres mi amigo o si eres mi enemigo!

Moraleja: Sé siempre consistente en tus principios.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL PERRO Y LA CORNEJA

Una corneja que ofrecía en sacrificio una víctima a Atenea invitó a un perro al banquete.
Le dijo el perro:
- ¿Por qué dilapidas tus bienes en inútiles sacrificios? Pues deberías de saber que la diosa te desprecia hasta el punto de quitar todo crédito a tus presagios.
Entonces replicó la corneja:
- Es por eso que le hago estos sacrificios, porque sé muy bien su indisposición conmigo y deseo su reconciliación.

Autor del

cuento

: Esopo

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LAS ZORRAS, LAS ÁGUILAS Y LAS LIEBRES

Cierto día las águilas se declararon en guerra contra las liebres. Fueron entonces éstas a pedirle ayuda a las zorras.
Pero ellas les contestaron:
- Las hubiéramos ayudado si no supiéramos quienes son ustedes y si tampoco supiéramos contra quienes luchan.

Moraleja: Antes de decidir unirte a una campaña, mide primero la capacidad de los posibles adversarios.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL LEÓN, LA ZORRA Y EL LOBO

Cansado y viejo el rey león, se quedó enfermo en su cueva, y los demás animales, excepto la zorra, lo fueron a visitar.
Aprovechando la ocasión de la visita, acusó el lobo a la zorra expresando lo siguiente:
- Ella no tiene por nuestra alteza ningún respeto, y por eso ni siquiera se ha acercado a saludar o preguntar por su salud.
En ese preciso instante llegó la zorra, justo a tiempo para oír lo dicho por el lobo. Entonces el león, furioso al verla, lanzó un feroz grito contra la zorra; pero ella, pidió la palabra para justificarse, y dijo:
- Dime, de entre todas las visitas que aquí tenéis, ¿quién te ha dado tan especial servicio como el que he hecho yo, que busqué por todas partes médicos que con su sabiduría te recetaran un remedio ideal para curarte, encontrándolo por fin?
- ¿Y cuál es ese remedio?, dímelo inmediatamente. - Ordenó el león.
- Debes sacrificar a un lobo y ponerte su piel como abrigo - respondió la zorra -.
Inmediatamente el lobo fue condenado a muerte, y la zorra, riéndose exclamó:
- Al patrón no hay que llevarlo hacia el rencor, sino hacia la benevolencia.

Moraleja: Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL RATÓN CAMPESINO Y EL RATÓN CORTESANO

Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la campiña. Mas como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo, que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres, higos y queso, frutas y miel. Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte. Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta.
Espantados por el ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros. Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla,
los dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para esconderse. Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón cortesano:
- Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es al precio de mil peligros y constantes temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando la cebada y el trigo, mas sin congojas ni temores hacia nadie.

Moraleja: Es tu decisión escoger el disponer de ciertos lujos y ventajas que siempre van unidos a congojas y zozobras, o vivir un poco más austeramente pero con más serenidad.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL ASNO JUGUETÓN

Un asno se subió al techo de una casa y brincando allá arriba, resquebrajó el techado. Corrió el dueño tras de él y lo bajó de
inmediato, castigándolo severamente con un leño. Dijo entonces el asno:
- ¿Por qué me castigan, si yo vi ayer al mono hacer exactamente lo mismo y todos reían felizmente, como si les estuviera dando un gran espectáculo?

Moraleja: Trabaja siempre para lo que te has preparado, no hagas lo que no es de tu campo.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL GRILLO MAESTRO

Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno, el Director de la Escuela entró sorpresivamente al aula en que el Grillo daba a los Grillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el momento de la exposición en que les explicaba que la voz del Grillo era la mejor y la más bella entre todas las voces, pues se producía mediante el adecuado frotamiento de las alas contra los costados, en tanto que los pájaros cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta, evidentemente el órgano del cuerpo humano menos indicado para emitir sonidos dulces y armoniosos.

Al escuchar aquello, el Director, que era un Grillo muy viejo y muy sabio, asintió varias veces con la cabeza y se retiró, satisfecho de que en la Escuela todo siguiera como en sus tiempos.

Autor del

cuento

: Augusto Monterroso

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