Vocación. 

Enviado por aoac   Seguir

28 Enero 2022, 13:16


Durante una de mis visitas a rincones de este Mundo, (que generalmente hago dormido), un alguien se acomodó a mi lado y empezó a narrarme estos hechos. Hoy (textualmente) los comparto con mis lectores. La historia comenzó así…

--¡No me reproches nada! Tal vez este argumento te resulte familiar o quizás parecido a esas películas con guiones basados en hechos reales. Pero no importa. Las cosas pasan y eso es suficiente para que seas… en esta singular historia… uno de mis amables cómplices. Ven. Siéntate en este banco de parque y escúchame.
… ¡acércalos!... déjame acariciarlos…
Recuerdo que grité y todavía arrastro esa puñetera imagen borrosa, como si aquel día los viera debajo del agua…Yo ni soy cartomántica ni supersticiosa. Pero nací con el Dios de mis abuelos incrustado en mi espíritu. Sabes, cuando Cristo no reina, germina el abismo. Hoy estoy en la cima del crepúsculo. Un lugar donde alguien empuja del alma tempestades de sentimientos. ¿Por qué debo contarte mi puñetera vida? Larga condena es vivir sólo con olvidos.
Mis sueños se hicieron realidad en Malabo, una robusta ciudad de Guinea Ecuatorial. Créeme, debe ser atroz vivir sin deshojar recuerdos. Los buenos y los malos… En nuestras vidas… determinadas situaciones son agitadas golondrinas… sin tú esperarlo ¡coño!… siempre regresan. Una tarde coincidimos en la Biblioteca Nacional… ¡Ahí mismo! Donde está el antiguo edificio del escultor Leandro Mbomio Nsue. Y no me mires con esos ojos tan picaros… Te voy a decir la verdad. Sus vivos colores incendiaron mi cuerpo. ¿Cómo vi a Macario? No sé. Todavía revolotea el ébano de sus pupilas en ese atractivo espacio que desordena mi espacio… ¡Y no me preguntes! Tampoco puedo explicarte cuándo empezamos a conversar. Lo hicimos a la luz de una pueril hambre de palabras… Esa bella tarde, los dos fuimos… del río Mbini… su corriente y orillas… ¡Ahhh, los asombros de esta coña vida! Por esos días… ambos habíamos empezado a trabajar. Manuel… en el mercadeo de una revista dedicada a cosméticos y yo…para una casa editorial. Aunque mis manos, además de corregir erratas, sintaxis y semántica, también acarician lienzos, colores, acuarelas. Pintar es para mí una pasión en mayúscula. ¡Jamás lo pongas en duda! Nuestros anhelos adoran la convulsa estrategia de los sentimientos. ¿Por qué debo contarte estas cosas? ¡Esssspera! Por favor, dame un segundo. Antes de continuar necesito un poco de oxígeno… ¡Coooño la vida a retazos es un camino demasiado corto! Pero… como te decía… Macario y yo coincidimos en algún punto de nuestros destinos. La empatía fue suficiente para jugarnos el alma. Y empezar a comportarnos como el espiritual murmullo de las jirafas. De esquina a esquina los curiosos nos miraban. Nuestras vidas cambiaron. Las habituales caminatas empezaron a bautizar rincones con besos. No dejamos un segundo libre de esa pasión que satura detalles. Y los poquitos de la vida empezaron a ser diferentes. ¿O tal vez éramos nosotros? Ahora no sé. Y así, mientras las tardes se ponían de rodillas para halagar las noches, Macario y yo fuimos insaciables amantes.
Sin esperarlo, una cálida tarde me sugirió que fuera vivir con él… ¡Qué feliz es la sonrisa de la suerte! Entonces, entusiasmada con tan prometedora oferta, recogí mis cosas y carialegre me mudé para su apartamento en la ciudad de Oyalá. Los amables recuerdos siempre cortejan adorables posibilidades. Les resulta imposible renunciar al sensato germinar del alma… A partir de ese minuto, Macario y yo nos refugiamos en esperanzas. Sin embargo…por mucho que un ser humano corra no puede impedir que su destino… para bien o para mal… se fragmente como las oportunas piezas de un rompecabezas. Tú lo sabes, por eso me encanta halagar imágenes asediadas por luces y sombras. Las sombras de nuestras circunstancias. Y las luces de la vida con sus inesperados giros. Como este de ahora, cuando Macario y yo pasamos del noviazgo a la convivencia. ¿Me aceptas un humilde consejo? Vivir a plenitud es hacerle una advertencia a las fatalidades. Si logras explicarte tus sentimientos entonces podrás entender los de quienes te rodean y la jodida frustración no será un propósito. Ese es el secreto. Y no temas. Quienes se dedican a prohibir terminan prohibidos. ¿Entiendes? ¡Bahhh! No te preocupes. Te lo diré a mi manera. Soy dueña de mis sueños y aplaudo follones de frenesí… ¡Puñeta! El optimismo y las ilusiones son insumergibles. Créeme, es un privilegio mimar lienzos de buenos credos, colores que sean raíces y engarcen atractivas costumbres, nuestras humanas vivencias. Sabes, por estos tiempos infinitos demonios nos dividen. Pero no importa. Los ángeles sin alas son fáciles de identificar. Sus pisadas dejan amargas huellas.
Además, el amor por Macario protegió ese necesario minuto donde ninguno de los dos imperó. ¿Cómo se logra? La igualdad de oportunidades fue nuestra zona de confort. Compartimos labores domésticas, decoramos emociones y nos demostramos que ambos éramos importantes. No se trata de acostarse al lado de un hombre y despertar juntos. Te voy a confesar otro detalle. A Macario le encantaba el café del Lucy's Ethiopian Restaurant ¿sabes dónde está? En calle Ebebiyin, casi al llegar a la esquina de calle Acalde Abilio Balboa… Sin embargo, mi café preferido lleva un chorrito de leche de coco, tal y como lo hacen en Nigeria. Esas humanas delicadezas son importantes. Nunca las pierdas de vista. Cuando los gustos y preferencias son respetados… ¡unen!... Y bajo ese principio… Macario y yo tratamos de concebir nuestro primer bebé. Durante semanas dejé de cuidarme. Aprovechábamos mi período de ovulación. Pero… con el pasar de los meses… no quedaba embarazada. Entonces recurrimos a un sencillo tratamiento de reproducción asistida. Todo fue muy simple. Días más tarde, en una consulta médica, Manuel entregó una muestra de su semen. Especialistas en fertilidad seleccionaron sus mejores espermatozoides y… sin necesidad de anestesia… los introdujeron en mi útero. Sin embargo, al cumplir las treinta y cuatro semanas me comunicaron que era una gestante con embarazo de alto riesgo. Una inesperada circunstancia ponía en peligro mi salud. Desde ese instante tuve bastante quehacer. Créeme, yo soy suficiente valiente para hacerle una advertencia a los jirones de mis desgracias. ¿Por qué el parto no podía salir bien? En el acojonante ir y venir de nuestras vidas los hijos son protagonismo, átomo de nervio, ingenio, tierna lágrima… ¡Y te juro por la Virgen Bisila que jamás pensé perder mi embarazo! En la coqueta aventura de vivir basta encontrar una rendija de optimismo para amasar rayitos de esperanza… ¿Me equivoco? La inconformidad pervierte ilusiones. Soñar con los pies lejos de la tierra nos hace diferente. Aunque no todo es coser y entonar canciones. Cuando piensas en lo peor una oscura nube te persigue. Implacable. Precisa. Esencial… ¿Te das cuenta? Ahora… hazme un favor. Inclina tu cabecita sobre mi hombro. Esto debe quedar entre tú y yo. Te lo voy a susurrar bien bajito-bajito… (mira, nadie quiere bendecir lo malo). A verrrr, respóndeme… ¿Conoces alguien que adore pesares? ¿Quién se entrena para soportar tristezas? Es mejor soñar con adversidades que enfrentarlas. La estrategia para ahuyentar lo peor consiste en disfrutar cómo será el mañana. Y lo imaginamos así, un torrente de esperanzas corriente abajo. Los sueños y el mañana están amarrados a las ilusiones. Gracias a Dios lo malo tiene ánimo pero no fe. Por eso, cuando pronuncio el nombre de mis seres queridos, la fatalidad deja de ser una razón. Es innegable. Un ser humano sin memoria derriba comienzos. Es un puñetero asombro vacío… ¿Lo pones en duda?... Un buen recuerdo, además de resucitar el pasado… ¡lo endulza! ¿Ves? Tú noble mirada me anima a seguir sentada en esta banqueta del crepúsculo, muy próximo al final de mi camino. Es una realidad… A lo irrenunciable… ¡nadie renuncia! ¿Quién deja de ponerle cascabeles a la vida? Todos lo intentamos... Hoy nadie define que mi éxito sea yo… ¡Y tú eres testigo! Esta mañana acaricio sentimientos… Con noventa años apenas dispongo de tiempo…
… ¡acércalos!... déjame acariciarlos…
Grité con voz temblorosa a la obstetra encargada de mi parto.
Ese día fue la primera vez que los vi… ¡La primera vez que te vi!… Y no muy lejos, a través de un cristal, tu padre observaba la escena… De estos hechos ha transcurrido más de medio siglo… Y poco importa que ni Macario ni tu hermano gemelo José Manuel ya no estén por este Mundo… El Tiempo y La Muerte son senderos largos. Infinitos. Erráticos. Pero ciertos. La Vida es un camino estrecho. Diminuto. Imprevisible. Pero imaginable…

Un epílogo para mis lectores: Dichas estas últimas palabras ese misterioso alguien recogió su falda y se levanto del banco en el parque donde estábamos sentados. Sin mirar atrás se marchó y me desperté muy preocupado. ¿Qué hacia yo por Guinea Ecuatorial? ¿Un hermano gemelo? ¡Nonono! Que yo sepa… por allí ni tengo familia ni conocidos. Entonces me senté delante del ordenador, entré a Google Maps y comprobé que todas las direcciones y referencias sobre Guinea Ecuatorial coincidían perfectamente con las escuchadas en mi sueño. ¡Dios mío! Ahora me pregunto: el relato narrado por ese alguien es… ¿una fe de errata del destino? …o… tal vez… en esta vida, ¿el destino de mis fe de erratas?

(Esta inédita historia pertenece al cuaderno Mis Cómplices, donde agrupo breves relatos que Leopolda… desde hace meses… espera ansiosa.)




100.00%

votos positivos

Votos totales: 2

Comparte:
Añade tus comentarios