Subliminal.
24 Junio 2022, 14:03
Te juro que fue un sólo golpe, pero ya no lloro. Desde ese entonces vivo sin lágrimas y en todo Puerto Rico soy la gitana más dichosa del mundo. Y es verdad, en esta puñeta de vida, aunque tú no lo quieras, los golpes vienen y van. Cuenta mi madre que, cumplido los nueve meses, lloraba y lloraba sin cesar. Y que una noche, para tratar de calmarme, empezó a balancearme entre sus brazos y lo hizo, dentro del pequeño piso, caminando de una pared a otra. Mi pobre madre trataba de acallar mis gritos pues, sentado en la mesa del comedor, mi padre perdía la paciencia, hasta que me cargó y empezó a caminar igual que mi madre, de una pared a la otra, balanceándome entre sus musculosos brazos. Pero mi llanto era desesperante, tan desesperante como el insulto de mi padre. Sin embargo, de pronto y de sus potentes brazos, me resbalé. Por fortuna caí sobre la cama, donde rodé y rodé hasta que mi cabeza encontró el duro mosaico y fue en ese momento que recibí mi primer convincente golpe. Entonces y sin nadie esperarlo, ¡dejé de llorar! Misteriosamente hice silencio y cuenta mi madre que muy serio, desde el frío suelo, miré a mi padre ¡y hasta le sonreí! ¿Te das cuenta? Hoy y gracias a ese día vivo sin lágrimas y en esta bella isla de Puerto Rico soy el gitano más dichoso del mundo. Hoy me acuerdo del pasado y así consuelo mi vida. Relata mi madre que, esa noche del golpe en mi cabeza, mi padre, por cierto, muy contento, le dijo, ¡pordioz!, ¿hazvisto mujé? Parece que la cría ya entiende, ¡ella solita solita se aconsejó!
Este relato puede ser escuchado (entre otros) escribiendo en la barra de you tuve Sentido Inverso de Ángel Acosta.