LA RANA QUE QUISO HINCHARSE COMO UN BUEY
Vio cierta Rana a un Buey, y le pareció bien su corpulencia. La pobre no era mayor que un huevo de gallina, y quiso, envidiosa, hincharse hasta igualar en tamaño al fornido animal.
“Mirad, hermanas, decía a sus compañeras; ¿es bastante? ¿No soy aún tan grande como él? –No. ¿Y ahora? –Tampoco. –¡Ya lo logré! –¡Aún estás muy lejos!”
Y el infeliz animal se hinchó tanto, que reventó.
Lleno está el mundo de gentes que no son más avisadas. Cualquier ciudadano de la medianía se da ínfulas de gran señor. No hay principillo que no tenga embajadores. Ni encontraréis marqués alguno que no lleve en pos tropa de pajes.
Autor del cuento: Jean de la Fontaine
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