LA GALLINA Y EL CERDO 

Bebiendo una gallina
de un arroyuelo,
a cada trago alzaba
la vista al cielo,
y con el pico
gracias daba a quien hizo
licor tan rico.

- ¿Qué es eso? gruñó un puerco,
¿qué significa
tan ridícula mueca?
Y ella replica:
- Nada, vecino.
la gratitud es griego
para un cochino.

Pero no hay alma noble
que no agradezca
hasta una gota de agua
que se le ofrezca;
y aún la gallina
siente la inagotable
bondad divina.

Autor del cuento: Rafael Pombo

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