LA ABEJA Y LA FLOR 

Una abeja estaba posada en una flor bebiéndose el néctar de esta, cuando la flor se dirigió a la abeja:
- Te gusta, ¿eh?. Oye abeja, ya que te he dado alimento, ¿verdad que me harás un favor?. A ver si puedes esparcir mi polen alrededor de mí para que pueda reproducirme al entrar en contacto con otras plantas.
- ¿Y por qué iba a hacerlo? - respondió la abeja -. Ya he conseguido mi comida. Y se fue.
La abeja, que tenía todas las patas llenas de polen por haber estado posada comiendo, lo esparció sin saberlo al irse volando hacia su casa, cumpliendo así con el deseo de la flor.

Moraleja: No cuesta nada hacer el bien, así que si lo practicas, además de ser buena persona evitarás quedar como un estúpido.

Autor del cuento: Dani Alcalà

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