LA GOLONDRINA Y EL HIJO PRÓDIGO
Un hijo pródigo, habiendo derrochado su patrimonio, sólo le quedaba un manto. De repente vio a una golondrina que se había adelantado a la estación. Creyendo que ya llegaba la primavera, y que por lo tanto no necesitaría más del manto, fue a venderlo.
Pero regresó el mal tiempo y el aire se puso más frío. Entonces, mientras se paseaba, halló a la golondrina muerta de frío.
- ¡Desgraciada! - le dijo - nos has dañado a los dos al mismo tiempo.
Moraleja: Toma nota de si es la hora correcta antes de ejecutar una decisión. Una acción a destiempo puede ser desastrosa.
Autor del cuento: Esopo
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