EL PATITO EMBUSTERO 

Un patito mentiroso se cayó en lo que parecía un lodazal y, en vez de perder energías pidiendo auxilio, nadó rápidamente lo poco que lo separaba de la orilla y fue junto a papá pato a contarle su aventura. Como era un patito bastante evolucionado, le dijo:
- Papá, allá se está formando un gran charco de petróleo.
- ¡Qué va a ser petróleo! -le respondió la voz de la experiencia -. Será un charco como otro cualquiera.
- Es petróleo -insistió el patito- y uno puede ahogarse si se cae dentro.
- ¡Bah! Es inconcebible que creas en patrañas. Vamos, te demostraré que no lo es y para sacarte el complejo me tiraré a él.

Papá pato buscó unas matas ni muy bajas ni muy altas para lanzarse desde allí y planeó tan estupendamente que cayó justo en el centro del charco. Entonces, nadó y nadó, pero no pudo recuperar la orilla porque era nomás un viscoso pesado petróleo.

Moraleja: En boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso.

Autor de la fábula: Teresa Méndez-Faith

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