EL LEÓN Y EL CIERVO
Un ciervo observaba a cierta distancia a un león que de repente había empezado a rugir alterado sin motivo aparente.
- Madre mía - exclamó el ciervo -. ¡Si ya era peligroso el león estando de buenas, no quiero ni pensar la que nos espera ahora que se ha enfadado!
Moraleja: Cuídate de darle poder sobre ti al irascible, pues lo ejercerá virulentamente en cuanto tenga ocasión.
Autor de la fábula: Esopo
Añade tus comentarios