EL CLAVO Y EL MARTILLO
Mal hayan amén tus golpes;
-decía el clavo al martillo-
¿qué daño pude yo hacerte
que me aniquilas impío?
Y el martillo contestaba:
No te destruyo; te afirmo.
Quien mayor virtud pretende,
necesita ser sufrido.
Autor del cuento: Felipe Jacinto Sala
Añade tus comentarios