19 Cuentos para dormir 

LOS DOS ESCARABAJOS

Pacía un toro en una pequeña isla, y dos escarabajos se alimentaban de su boñiga. Llegado el invierno, uno de ellos dijo al otro que iba a cruzar el mar a fin de que su compañero tuviera suficiente alimento, mientras él pasaría el invierno en tierra firme. Agregó que si encontraba comida en abundancia le traería a él también.
Cuando el escarabajo llegó al continente, encontró en él muchas y frescas boñigas, por lo que se estableció allí y se alimentó abundantemente. Pasó el invierno y volvió a la isla. Al verle su compañero gordo y saludable, le reprochó que no le hubiera llevado nada de lo prometido.
- No me culpes a mí - repuso -, sino a la naturaleza del lugar, porque se puede encontrar con qué vivir en él, pero es imposible alzar vuelo con tanta carga.

Moraleja: Siempre encontrarás supuestos amigos muy buenos para adular y prometer, pero no pasan de ahí, negándose a la hora real, de hacer un favor.

Autor del

cuento

: Esopo

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ZEUS Y LA MONA MADRE

Hizo Zeus una proclama a todos los animales prometiendo una recompensa a quien su hijo sea juzgado como el más guapo.
Vino entonces la señora mona junto con los demás animales y presentó, con toda la ternura de madre, un monito con nariz chata, sin pelo, y enfermizo, como su candidato para ganar el premio.
Una gran risa fue el saludo general en su presentación.
Y ella orgullosamente dijo:
- Yo no sé si Zeus pondrá su premio sobre mi hijo, pero sí sé muy bien, de que al menos en mis ojos, los de su madre, él es el más querido, el más guapo y bello de todos.

Moraleja: Debemos estar siempre orgullosos de lo que amamos, y no tener pena en publicarlo.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL VIEJO PERRO CAZADOR

Un viejo perro cazador, que en sus días de juventud y fortaleza jamás se rindió ante ninguna bestia de la foresta, encontró en sus ancianos días a un jabalí en una cacería. Y lo agarró por la oreja, pero no pudo retenerlo por la debilidad de sus dientes, de modo que el jabalí escapó.
Su amo, llegando rápidamente, se mostró muy disgustado, y groseramente reprendió al perro.
El perro lo miró lastimosamente y le dijo:
- Mi amo, mi espíritu está tan bueno como siempre, pero no puedo sobreponerme a mis flaquezas del cuerpo. Yo prefiero que me alabes por lo que he sido, y no que me maltrates por lo que ahora soy.

Moraleja: Respeta siempre a tus ancianos, que aunque ya no puedan hacer de todo, dieron lo mejor de su vida para tu beneficio.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL LOBO FLAUTISTA Y EL CABRITO

Un cabrito se rezagó en el rebaño y fue alcanzado por un lobo que lo perseguía. Se volvió hacia éste y le dijo:
- Ya sé, señor lobo, que estoy condenado a ser tu almuerzo. Pero para no morir sin honor, toca la flauta y yo bailaré por última vez.
Y así lo hicieron, pero los perros, que no estaban lejos, oyeron el ruido y salieron a perseguir al lobo. Viendo la mala pasada, se dijo el lobo:
- Con sobrada razón me ha sucedido esto, porque siendo yo cazador, no debí meterme a flautista.

Moraleja: Cuando vayas a efectuar una nueva actividad, antes ten en cuenta tus capacidades y las circunstancias, para valorar si puedes salir adelante.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL MURCIÉLAGO Y LAS COMADREJAS

Cayó un murciélago a tierra y fue apresado por una comadreja. Viéndose próximo a morir, imploró el murciélago por su vida. Le dijo la comadreja que no podía soltarle porque de nacimiento era enemiga de los pájaros. El murciélago replicó que no era un pájaro sino un ratón, librándose con esta astucia.
Algún tiempo después volvió a caer de nuevo en las garras de otra comadreja, y le suplicó que no lo devorara. Contesto esta comadreja que odiaba a todos los ratones. El murciélago le afirmó que no era ratón sino pájaro. Y se libró así por segunda vez.

Moraleja: Sepamos siempre adaptarnos a las circunstancias del momento si deseamos sobrevivir, en cualquier rama de la vida que actuemos.

Autor del

cuento

: Esopo

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EL CASTOR

El castor es un animal que vive en los pantanos. Ciertas de sus partes sirven, según dicen, para curar algunas enfermedades.
Por eso cuando se ve descubierto y perseguido para cortarle las partes, sabiendo por qué le persiguen, huye hasta alguna
distancia, sirviéndose de la rapidez de sus pies para conservarse intacto; pero cuando se ve perdido, él mismo corta sus partes, las arroja y salva de este modo su vida.

Moraleja: A veces deshacerse de algunas fortunas puede significar evitarse una tragedia.

Autor del

cuento

: Esopo

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ANDROCLES Y EL LEÓN

Un esclavo llamado Androcles tuvo la oportunidad de escapar un día y corrió hacia la foresta.
Y mientras caminaba sin rumbo llegó a donde yacía un león, que gimiendo le suplicó:
- Por favor te ruego que me ayudes, pues tropecé con un espino y una púa se me enterró en la garra y me tiene sangrando y adolorido.
Androcles lo examinó y gentilmente extrajo la espina, lavó y curó la herida. El león lo invitó a su cueva donde compartía con él el alimento.
Pero días después, Androcles y el león fueron encontrados por sus buscadores. Llevado Androcles al emperador fue condenado al redondel a luchar contra los leones.
Una vez en la arena, fue suelto un león, y éste empezó a rugir y buscar el asalto a su víctima.
Pero a medida que se le acercó reconoció a su benefactor y se lanzó sobre él pero para lamerlo cariñosamente y posarse en su regazo como una fiel mascota. Sorprendido el emperador por lo sucedido, supo al final la historia y perdonó al esclavo y liberó en la foresta al león.

Moraleja: Los buenos actos siempre son recompensados.

Autor del

cuento

: Esopo

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LA NENA QUE ILUMINÓ LA NOCHE

Había una vez un nene que no le gustaba la noche. Le gustaban los faroles, las lámparas y los farolitos, las velas y los velones, los fuegos artificiales, los fuegos de leña y su las linterna. Pero no le gustaba la noche. No le gustaba el interruptor de la luz porque apagaban las lámparas amarillas, las lámparas verdes, las lámparas blancas, las luces de la entrada, las luces de las habitaciones. Y el nene prefería dejar todas las luces encendidas.
No le gustaba salir a jugar cuando ya estaba oscuro y se sentía triste de no poder jugar con los otros chicos que corrían por el campo en las noches de verano. Por la noche se escondía en su habitación con sus lámparas, velas, faroles y con su linterna. Como estaba solo, no le gustaba la oscuridad de la noche.
Cuando a la noche su papá y su mamá recorrían la casa apagando todas las luces una a una…, la de la entrada, la de la escalera, la del pasillo, la de las habitaciones, la de la cocina, la del baño; el nene se escondía en su cama y dejaba la luz de su velador prendida.
Una noche en que su padre estaba de viaje y su madre dormía, el nene recorrió la casa y prendió una a una todas las lámparas. La lámpara de la entrada. La de la escalera. La del los pasillo. La de las habitaciones. La de la cocina. La del baño. ¡Parecía que la casa se quemaba de tanta luz!… Pero el nene todavía se sentía solo.
Y allá lejos, en el campo otros chicos corrían, jugaban y reían en el pasto en la noche de verano. ¡De pronto, oyó golpear en la ventana! Había una sombra detrás. Oyó llamar a la puerta. Había una sombra detrás.
-Buen día…-oyó que una nena le decía en medio de las luces brillantes, de las luces rojas, de las luces rosadas, de las luces multicolores.- Me llamo Oscura –dijo la nena toda vestida de negro pero con la cara muy blanca- ¿Por qué estás tan solo?
Me gustaría ir a correr afuera con los otros chicos –dijo el nene – pero no me gusta la noche.

- Yo te presentaré a la noche para que sea tu amiga –dijo la nena y apagó la luz agregando.- Ves, cuando apago la luz, se enciende la noche.
- Nunca lo había pensado –dijo el nene.- Y cuando uno enciende la noche, nazco yo, Oscura y yo alumbro a las chicharras, a los grillos, a las estrellas, a las ranas. El cielo es como una casa con sus luces blancas, con sus luces rojas, amarillas, verdes, azules y fuegos artificiales .Y con la luz apagada y la noche encendida podemos oír los grillos, las chicharras y las ranas.

Y entre los dos fueron apagando una a una todas las luces para darle vida a la noche dentro de la casa. Llenarla de los sonidos de las ranas, las chicharras, los grillos. Dejar que titilen dentro la luz de las estrellas y la luna.
¡Cómo me gusta esto! –dijo el nene- sintiéndose muy feliz.
Y desde ese día no le tuvo más miedo a la penumbra de la noche.
Pudo disfrutar de la luna, las estrellas, las ranas, los grillos. Pudo abrir la puerta y salir corriendo por el campo a buscar a los chicos que cantaban y jugaban iluminados suavemente por la luz de la luna y las estrellas.

Autor del

cuento

: Ray Bradbury

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EL ÁGUILA Y LOS GALLOS

Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro. Resignadamente se retiró el vencido a un matorral,
ocultándose allí. En cambio el vencedor orgulloso se subió a una tapia
alta dándose a cantar con gran estruendo.
Mas no tardó un águila en caerle y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la riña se quedó con todo el gallinero.

Moraleja: A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate.

Autor del

cuento

: Esopo

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