24 Cuentos bonitos 

Meditación.

Enviado por gabl  

Hay lugares donde reina el silencio y se convierten en un don divino que te permite escuchar el paso de la brisa, el trinar de los pájaros, el vuelo de las mariposas. Percibir los latidos del corazón, tu respiración, y puedes ver a lo lejos la ciudad sin que el ruido que ella genera te perturbe. Así las horas irán cayendo a medida que el ocaso va cubriendo el horizonte dando paso a la noche. Será la luz de la luna que ilumine las cimas de las montañas y parecerá que encendieran tenues luces dándole un aire de soledad donde tu compañía serán tus emociones y el pensamiento de lo que dejaste en el pasado.

gbl
07/12/2017
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La niña de la trenzas mágicas

Enviado por mayte78  

Había una niña, que vivía,…. en un lugar lejos de la ciudad…. Donde las estrellas por la noche, se podían contar…. La niña tenía unos hermosos ojos, que le brillaban como la luz, de color del arco iris… y tenía el pelo muy largo,… de color negro, como el azabache.
Su abuela se lo peinaba todas las mañanas, al levantarse, para ir al colegio,… le hacía unas hermosas trenzas que adornaba con unos grandes lazos de colores.
…. Y ponía tanto Amor cuando peinaba a su nieta… que las Hadas de aquel lugar, hicieron que las trenzas, se le volvieran mágicas…. Con el deseo… que ayudara a todo el mundo. Pero este secreto solo, lo sabían las hadas, y la abuela de la niña.
La niña tenía un gran corazón, y ayudaba a todo el mundo que lo necesitaba….
Un día cuando iba al colegio, vio en el cielo una gran águila, que parecía jugar con ella…
cuando la niña se dio cuenta de ello, empezó a jugar con el águila… y siempre, la encontraba rápidamente….hasta que un día, se acercó y le dijo, que se subiera en sus alas, para darle una vuelta, por el aire…
La niña disfrutó mucho, al ver el mundo desde el cielo lo bonito que era.
Pero también … Vio y sintió, ... la necesidad de poder ayudar a los demás, … quitando la pobreza en el mundo, que no hubiera personas en soledad, que no existiera la tristeza, ni tampoco existieran las guerras, ni existiera el hambre, ni tampoco el dolor…. Y la niña, tan solo con pedir el deseo ,... las hadas… y su abuela, se lo hacían realidad…, por ello buscaron a esta niña,… de gran corazón,…

La niña de las trenzas mágicas, de color del arco iris… Y cada vez, que se hacía un deseo realidad…. el águila desde el cielo, se lo hacía de ver, … a la niña, con una señal…. enviándole una lluvia de estrellas doradas… a su alrededor....Y en sus trenzas aparecía, un arco iris.


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La cigarra y la hormiga

Enviado por dach2901  

“Había una vez, un caluroso verano, una cigarra que a la sombre de un árbol no dejaba de cantar, disfrutando del sol y sin querer trabajar. Pasó por allí su vecina, una hormiga la cual se encontraba trabajando y llevando a cuestas alimentos para su hogar. La cigarra le ofreció descansar junto a ella mientras le cantaba. La hormiga le respondió que en vez de divertirse debería empezar a reunir alimentos para el invierno, a lo que la cigarra no hizo caso y continuó divirtiéndose.

Pero pasó el tiempo y llegó el frío del invierno. La cigarra se encontró de pronto con frío, sin sitio a donde ir y sin nada que comer. Hambrienta, se acercó a casa la hormiga para pedirle ayuda, dado que ella tenía comida abundante. La hormiga le respondió que qué había estado haciendo la cigarra mientras ella pasaba largas horas trabajando. La cigarra respondió que cantaba y bailaba bajo el Sol. La hormiga le dijo que dado que eso hizo, eso hiciera ahora durante el invierno, cerrando la puerta”.

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Luna Llanera

Enviado por gabl  


La luna enciende su luz refulgente en el cielo, con timidez de nueva estrella va asomando su blanca cara, como copos de nieve, por entre oscuras nubes, como cortinas nocturnas queriéndola opacar.
Selene se posesiona del cielo acompañada de la Osa mayor y otras estrellas y constelaciones. En instantes las montañas, las copas de los grandes árboles y los campos se iluminan por el blanco fulgor como halo misterioso que pareciera flotar entre la espesura del paraje poblado de pequeños árboles y matorrales.
Desde mi cabalgadura oteo el horizonte que se aproxima hacia mí debido al raudo galope del noble animal.
La noche que apenas comienza se muestra fría. Lo que hace brotar de la vegetación vapores que forman figuras que solo la imaginación le da formas caprichosas, que a algunos lugareños y visitantes les eriza la piel.
En estas tierras, los llaneros son expertos en inventar leyendas y muchas de ellas pasan de generación en generación y forman parte del folclore rural. En algunas ocasiones tratan de infundir miedo al cauto oyente.
Crecí entre historias o relatos que con el tiempo entre el paso de la pubertad a la madurez fui perdiendo el miedo a ellas. Pero confieso, que evito cabalgar cuando cae la noche y aún me encuentro en el solitario camino que dista desde la ciudad hasta mi pequeña hato ubicado en medio de tierras bajas que se unen con la elevación natural del terreno que forman el collado.
Siento un poco de temor cuando el viento se cuela en medio de la maleza y los pequeños árboles y emite un clásico sonido que me recuerda la leyenda del Silbón.
gbl
26/10/2017
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