Vuestros cuentos 

¿Quién lo mato?

Enviado por koviz  

Pueblo Nuevo de la Sierra, así se llamaba la zona. En el habían deslumbrantes lugares
que la naturaleza ofrecía a todos los visitantes. Las Cataratas de Hueque, era uno de ellos.
Las montañas frías hacían del ambiente como para sentirse en Mérida o Canadá. Los
habitantes eran de pueblos, como normalmente se les decía. Y refiriéndose a ello, había uno
que le rendía homenaje a un indio, por eso mismo, la población se llamaba Hueque. No había
turista que al visitar la zona no lograse notar, que el gobierno había dejado la mitad de la vía
en reparación. Como pasa en muchos casos, hablando del Estado Falcón.
“Las Jotas”, así se llamaba una de las tantas y variadas posadas que se encontraban en
Hueque. La dueña, muy popular por sus ricos mancarrones, recibía grandes clientes aun y
cuando no eran grandes temporadas.
Ana era hermana de Oliver, con ellos, iban en grupo, Jivianny, Alexis y Francelis.
Además del resto que iban en la encava a la excursión. 30 pasajeros a bordo. 6 habitaciones
para 5 personas. Pero ellos, debatieron y lucharon, e ingeniosamente, lograron quedar juntos
en la morada aunque las reglas fuesen mujer con mujeres, hombre con hombres.
Eran los típicos jóvenes. En sus mochilas no había más que bebidas, cigarrillos y
atuendos sexuales. Claro, obviamente mudas de ropa y productos de higiene personal.
La posada era cómoda. Ellos eran cinco, y solo tenían dos camas. También había una
pequeña nevera, suficiente para todos. Lo incomodo, solo poseía un baño, cosa que las chicas
odiaron, como siempre, los hombres son los cochinos en este aspecto. Un solo televisor.
Además, radio con entrada USB, de color rosa con una etiqueta de Bob Sponge. En la esquina
de la mano izquierda de la habitación había un espejo, a su lado, una pequeña mesa con dados
y dos cubos de rubik como decoración.
Como jóvenes, bromeaban al mismo tiempo que conocían el pueblo. Cerca de las 7:00
p.m. ya retornaban a la posada donde descansarían su primera de tres noches en la zona
turística.
Cuando llegaron a la aposento, decidieron charlar antes de ir a preparar algo de comer;
decían que si cenaban tan temprano a la hora tendrían hambre nuevamente. Acordaron
sentarse en pleno centro de la habitación, en forma de círculo, y propusieron miles de juegos.
Sin embargo, querían una noche distinta, y aunque fuesen amigos desde la niñez, había ciertas

cosas que jamás quisieron contar por mucha confianza y hermandad que existiese entre ellos.
Al final, iniciaron contando cosas inadvertidas y fuera de común, o viceversa, juego que lo
bautizaron como “¿más o menos?”. La idea principal era, ser mudos y sordos por 5 minutos
mientras se relataba una historia de ocurrencia. Al pasar el tiempo, si a alguno no le gustaba
lo que estaba siendo contado, sencillamente se decía ¿Mas o menos? Y debía entonces,
cambiar el ritmo, y comenzar un nuevo caso. O en su defecto, continuarla de manera inédita.
Oliver, era el más jodedor y chalequeador. Su alto nivel de perversidad, lo hizo
comenzar con un relato erótico: “En algunas noches estando en mi habitación frente al espejo
me miraba y acariciaba mi verga que se ponía tan dura como un hierro. Tocaba mi paquete
abultado pensando en una mujer que se venía a mi mente. Cuando me sentía caliente hacía
esto frente al espejo y la liberaba, palpitaba gruesa, gorda, cabezona y lleno de semen. Solo
en pocas ocasiones hacía esto. Una noche, estando yo caliente sobándome frente al espejo,
tuve la sensación de ser observado. Desde el exterior es posible ver hacia mi habitación un
poco, pero me parecía inimaginable que alguien estuviera observándome. Tenía esa
sensación y mientras me tocaba veo que en una ventana a lo lejos hay alguien que me observa.
Al darse cuenta de que la observé, esa persona se esfumó, pero mi morbo aumentó. La noche
siguiente decidí correr el visillo un poco más para que me vieran mejor. Cuando acariciaba
mi verga hinchada y durísima yo advertí luces en la ventana que me espiaba. Aumentó mi
excitación y me tocaba con más ganas. La persona que me espiaba apareció frente a ese
ventanal, pero con una máscara, no tenía idea de quién sería ella. Era mujer, llevaba un sostén
blanco y calzones rosados. Lentamente se quitaba el sostén y me mostraba unos senos
enormes. Poco a poco se quitó el calzón también y vi esa vagina caliente, goteando y
llenísima de placer. Yo me tocaba firmemente y ella al parecer gemía. Tras estar largo rato
masturbándonos sincronizadamente a distancia, no tardó en sobrevenirme una corrida frente
al espejo. Sentía el cuerpo sudado, el corazón acelerado, los testículos llenos de semen y
mirando esa vagina salto a chorros mi leche caliente al tiempo que notaba que esa mujer
misteriosa le sobrevenía ricos orgasmos. Mi única duda era saber quién era ella. Días después
tuve la sorpresa de saber quién era.”
Jivianny, naturaleza de una venezolana con rasgos chinos, hermosa en todos los
sentidos. Solía ser decente, al mismo tiempo enamorada. Soñaba en ocasiones tener sexo con

Oliver, le llamaba mucho la atención, por lo que apenas decidió interrumpirlo, claramente
luego de los 5 minutos, acatando las reglas del juego: “¿más o menos? Con ganas. Muchas
ganas de sexo del bueno, del salvaje. De ese que cura los males pulmonares y alivia espasmos
musculares. Del bueno, que rejuvenece. Con ganas de falo duro, firme y caliente. De embates
que me provoquen inundaciones mayúsculas. De dedos traviesos en mi vagina. De lengua
ávida de mi sexo. De manos que nalgueen mi grupa fabulosa. De besos franceses, besos de
Singapur, besos negros. De mordisquitos en las tetas, en los labios, en el cuello, la nuca, las
nalgas. Con unas incontenibles ganas de sentir unas manos poderosas que me posean y me
exploren, que busquen, revuelvan, rebusquen y produzcan magia. De esas que con firmeza
me abran las piernas y se agarren de ellas para ceder el paso al majestuoso atributo que anhela
clavarme con certeza y furioso deseo. Que den permiso a esa verga ansiosa para llevarme al
paraíso. Con ganas de desbordarme en los espasmos involuntarios de orgasmos imparables
que me lleven al llanto. Con ganas, muchas ganas de pedir "ya no más", queriendo que nunca
se termine la faena. Con muchas ganas de un hombre que sólo se dedique a mí hasta que, ya
agitada de tanto éxtasis, explote dentro de mí y me llene de sus esencias haciéndome temblar
de gozo y de ganas de repetir.”
Francelis, con su esencia una joven dulce. Conocía sexualmente muchos temas, pero
a sus 21 años seguía siendo virgen. Por lo que decidió romper la cadena que llevaba Jivianny:
“¿más o menos? Mi madre siempre me decía que de pequeña, era una niña caprichosa y que
todo lo quería comprar. Eso es una estupidez. Todos los niños lo quieren todo, yo no era
distinta a los demás. Cuando fui creciendo, ella siempre me recalcaba que siempre quería
todo y que no podía ser. Mi madre pecaba de ser muy pesada y cansina. Volvemos a repetir
lo de siempre. ¿Quién no quiere comprar cosas? Era una adolescente y para rematarlo muy
guapa. Necesitaba comprarme cosas, mi pelo tenía que lucir siempre impecable y mis uñas
perfectas. Parecía que mi madre no comprendía que la belleza hay que cuidarla y trabajarla,
nadie regala nada. Pero ella erre con erre que ¡no podía gastar tanto en mí! Vaya estupidez,
para eso está trabajando. Yo nunca pedí venir a este mundo, y si ella fue la responsable de
que yo esté aquí, ahora su responsabilidad es cuidarme y colmarme de caprichos. A veces, la
miro de reojo y la veo mirándome de una forma extraña, observándome...como si quisiera
leerme el pensamiento. ¡Imposible!. Mis pensamientos me pertenecen y no los pienso
compartir. Menos mal que mi padre es distinto. Él sabe de mi belleza y atractivo, sabe que

debo de cuidarme, la belleza te abre muchas puertas, y yo estaba dispuesta a que empezaran
a abrirse en menos de que canta un gallo. Me estaba hartando de aguantar a mi madre, y lo
que salvaba la situación era mi padre que era un santo. Nada que ver con mamá. Todo lo que
yo le pedía me lo traía inmediatamente. Él era bueno y amable, dispuesto a ayudarme en
todo, dispuesto a hacerme la vida agradable y feliz. ¡Lo adoraba!”
Ana era de pocas palabras. Sin embargo su mente decía que Francelis era muy niña,
muy tonta. Esto fue lo que la hizo decir ¿más o menos? Y continúo:
"Siempre fui una niña tímida y asustadiza. Mi historia parecería la de otra niña cualquiera
pero quizás más triste. Me robaron mi niñez, me despojaron de mi pudor, de mi virginidad.
Mi cuerpo se llenó de odio y ansiedad, de angustia y llantos. Y también de
moratones...tapados siempre debajo de las mangas de la camisa...ocultos de la vista de la
gente. No recuerdo ya muy bien cuándo comenzó esto, pero era muy pequeña. Comencé en
el colegio y al poco tiempo comenzó la peor pesadilla que cualquier niño pueda vivir. Mi
tutor de clase era un hombre muy religioso y bondadoso. Se preocupaba de que hiciéramos
nuestras tareas diarias y de enseñarnos educación y saber estar. Un día, que estaba en el
jardín, ya que era el recreo, y esperaba a que salieran todos mis amigos, él se acercó y me
dijo que me llevaba a la cocina a darme un vaso de leche. Yo me puse contenta, pues le había
dicho que mamá se había olvidado de meterme mi bocadillo para el recreo. Me dio la mano
y fuimos andando. Mientras andábamos él saludaba amablemente a los demás niños y
profesores. Yo me sentía grande a su lado, crecida, importante. Las niñas me miraban con
envidia, ya que me iba a dar ¡un vaso de leche con galletas un profesor! Pero por los caminos
de la escuela, nos desviamos de la cocina y entramos en su despacho. Yo me senté en una
silla, pensando que él iría a la cocina por la leche y yo esperaría allí. Y esa fue mi primera
vez. Mi primera bajada a los infiernos. Cuándo todo terminó, me amenazó con que si lo
contaba algo muy malo les ocurriría a mis padres y a mi hermanita. Yo estaba muy asustada
y ese día me puse muy mal. Era la temida ansiedad que me estaba devorando. No comprendía
como mi profesor podía hacer esas cosas, que a mí no me gustaban. Esa noche y muchas
más...lloré mucho a escondidas de mis padres. Pasaron los días y las semanas y eso se hacía
ya asiduamente. El me miraba y yo sabía que tenía que acudir a su despacho. Y volvíamos a
bajar a los infiernos. Días y meses...años. Años muy duros, en los que mi familia decía que
era retraída, una niña apagada, triste, sin vida. Y es que ellos no lo sabían, pero yo estaba

muerta. Mi vida era ansiedad más pánico....no querer encontrar esa mirada que me decía
"vamos". Mi vida se reducía a esperar...esperar a que esos ojos que yo creía bondadosos...me
dijeran "vamos pequeña" y con ese vamos...yo iría al infierno...estaría con el mismísimo
demonio en la misma habitación, sus manos velludas y asquerosas me acariciarían el cabello
y comenzaría así otro día de infierno inolvidable. Me iba haciendo mayor y los abusos no
paraban. Ya era como una rutina asquerosa, una bajada a los infiernos sin luchar, un vivir en
este mundo sin estar presente. Pero también fui comprendiendo que eso no era lo normal, que
él no tenía derecho a hacerme esas cosas ni a amenazas continuas. Me tenía atemorizada.
Cuándo mi hermanita comenzó el cole, él se acercaba a ella y sonreía mirándome. Y con eso
ya bastaba para saber lo que tenía que hacer. ¡¡ Basta ya!! No iba a consentir que me tocara
una sola vez más. No iba a consentir que le hiciera lo mismo a mi hermana. Incluso... ¡a saber
si se lo hacía a otras niñas! Todo fue muy rápido a partir de esa decisión. Esa misma noche
hablé con mis padres y les expliqué lo que llevaba años pasando. Fue un drama. Mamá y
papá lloraban sin cesar. Papá solo daba vueltas diciendo cosas terribles. Llamaron a mis tíos
que enseguida tomaron la iniciativa en todo. Primero a la policía. Y ya fue todo encadena.
De allí al hospital donde se confirmó que yo no mentía. Y ese fue casi mi final de estos abusos
que rompieron mi vida en ese momento. El profesor fue juzgado y declarado culpable de los
abusos. No era yo sola, había más alumnas, y cuándo yo lo denuncié, las demás niñas hicieron
lo mismo. Fue un auténtico bombazo en la ciudad y en el colegio, fue un auténtico drama
para todas. Pero hicimos lo que teníamos que hacer pararlo.”
Y fue así, con lágrimas en sus ojos, cuando todos quedaron impactados con la historia
tan real que se inspiró contando Ana. Tanto, que olvidaron por un momento que faltaba
Alexis. Sin embargo, aquí venia Oliver a recordarlo. Por lo que él comenzó para finalizar el
juego: “¿más o menos? Chamo. Coño, estoy cansado. De mí y de ustedes. Ya la escucharon,
Ana, siempre haciéndose la víctima, podrás ser mi amiga y todo, pero ayer dudaste de nuestra
fe católica y fuiste a disque creer en el evangelio; no sabes lo mal que es andar por el edificio
y que te señalen como el amigo condicional de la loca, haciendo énfasis en que no paras de
andar probando las religiones como los penes de los hombres; yo no creo nada de eso, porque
simplemente jamás te he visto en ello, y me duele, en el alma y en el corazón escuchar como
los vecinos tienen lengua para criticarte y tu dándole que hablar. Oliver, siempre busca
pleitos, en ocasiones he querido asesinarte, aun no sabes lo incomodo que es sentirse

avergonzado por provocaciones inútiles de tu parte; eres ya un hombre, y tu cerebro está lleno
aun de cosas infantiles y un vocabulario que no te ayuda a avanzar en nada. (Todos estaban
entre confusión, furia y desespero por querer hablar) – Jivianny siempre creyéndose la última
Coca-Cola del desierto, solo por ser hermosa no sé lo que piensas a veces, a parte de las
burradas que normalmente dices; en ocasiones siento celos por ti, porque aunque no lo creas
me enamore de ti y me da lástima verte besar con los bagres que como novios has tenido.
Ojala esta noche no quedes embarazada de Oliver. Y Francelis, de ti ni decir, no eres más
que una niña de papi y mami, haciéndole creer al mundo que eres Virgen cuando eso no es
cierto. Y me consta porque tu primera vez fue conmigo, si es que es cierto lo que me dijiste
esa madrugada en tu fiesta de 15 años. Claro y yo como un tonto siguiendo tu cuento. Después
dicen que los hombres somos los mujeriegos... luego dijo que eso era todo, que tenía mejores
amigos.” - Finalizo levantándose, llorando, con vergüenza al mismo tiempo.
Las chicas tuvieron que agarrar con la mayor fuerza que no tenían a Oliver, que en ese
justo momento sentía impotencia y odio por Alexis. Lo llamaron falso y de otras y miles de
maneras de desprecio. Justo, cuando el ambiente estaba un poco más calmado, hubo una falla
electromagnética que dejo a toda la comunidad sin luz. La impotencia bajó por completo.
Ahora en vez de odio había solo miedo. Olvidando todo lo que recién había sucedido, todos
se dieron cuenta que estaban sin pilas en sus teléfonos móviles. Solo tenían una linterna, y le
pertenecía a Alexis.
Se negaban a recibir su ayuda, aun cuando él se les ofrecía. No aceptaban. Fue un
simple juego que se tornó a la realidad. Entre tanta tensión, Alexis daba las órdenes. La
posada donde ellos se encontraban era la más cercana a las Cataratas de Hueque, y la más
alejada del resto de los turistas. En pocas palabras, estaban solos en medio de un bosque, sin
luz. Comenzaron con la tonta idea de salir a buscar leñas para hacer una fogata. –Desearía
verlo morir, con el perdón de Dios. Pero por su culpa, por llamar las malas vibras estamos
acá en medio de la nada, donde ni pegando nuestro mejor grito nos escucharán. Afirmaba
Ana.
Por la poca luz que emitía la media luna ese día, se guiaban a las afuera de la extraña
posada, porque así se podía notar. –Con esta rama solo quisiera darle en la cabeza a Alexis.

Aun me duele lo que dijo, no debió hacernos sentir de esta manera. Ahora por su culpa
estamos corriendo riesgo a las afueras de esta posada. Lo odio. Expresaba Francelis.
Por extraños sonidos emitidos por animales que ellos no conocían, sintieron unos pasos
extraños. Francelis sintió miedo, y corrió adentro de la posada. Llego y abrazo a Alexis. –
babosa, miedosa, toda una niña de casa le falta rudeza. Estoy llena de rabia, provoca tomar
estas piedras y lanzarlas hasta verlo sangrar y sufrir. Exclamaba Jivianny.
La rabia y el odio fueron desapareciendo. Extrañas voces del más allá, y ruidos
paranormales asustaron por completo a las chicas. –acá está el problema, la guaya de alta
tensión se cayó. Con esta misma deberíamos ahorcar al imbécil de Alexis. Hombre falso y
loco. Una vez que Oliver se expresaba con aquel toque de impotencia, el sistema completo
hizo corto circuito. Las chicas del impacto regresaron a casa, nerviosas sin saber que ocurría.
Oliver y su miopía no pudieron conseguir los materiales para la fogata, y estando solo
no le quedo de otra que regresar a casa. Para su sorpresa al entrar a la habitación, estaban
todos en círculo. Quiso interrumpir. Las chicas le pidieron hacer silencio. Se unió
nuevamente a ellos. Solo se escuchaba la voz de Alexis. –fui honesto. Note que le temen a la
transparencia, a la verdad. No fue mi culpa. Sabía que volverían a mí. Les ofrecí mi ayuda y
no la aceptaron. Han sido como hermanos para mí, pero crecen cada dia y no sé, los veo
monótonos. En fin, nunca quise morir sin antes habérselos dicho. Si quieren pueden
perdonarme, así no sea digno. Solo quiero que amanezca y que ninguna de las cosas que se
cuentan aquí en este pueblo se haga realidad. No quiero que mi mente entre en pánico por
pensar que mitos y leyendas se puedan hacer sentir en hechos reales, en este momento.
Vamos a mantener la calma.
No había terminado de decirlo, y tres fuertes sonidos se escucharon en la puerta. –
¡Dios vamos a morir! exclamaba Francelis al escuchar las patadas que tumbarían la puerta
en segundos. –tengo un bombillo rosado en mi bolso, no me pregunten porque de ese color.
Oliver corrió a buscarlo antes de que la pila de la linterna dejara de funcionar. Cuando todos
salieron para conseguir con que hacer la fogata, incluyendo a Alexis que se regresó al ser
ignorado por sus amigos, notaron que si había electricidad, pero habían desaparecido todos
los focos.

Navajas, cuchillos y Ana con un tenedor, esperaban para defenderse de quien intentaba
tumbar la puerta. Oliver regresaba con el bombillo. Alexis con la mesa, que tenía pegado los
dados y los cubos. Lo tomó, se subió arriba de la mesa para colocarlo. Para sorpresa de todos,
extrañamente la luz regresó. Sucedió tan rápido un nuevo corto circuito. Por segundos, todo
quedó a oscuras nuevamente.
Silencio total. Respiraciones rápidas, profundas. Nervios y sudor. Desespero e intriga.
Así estaban cada uno en una esquina de la habitación. Segundos más tarde, el único bombillo
color rosa, encendió. Extraña y repentinamente. Y allí estaba Alexis, tirado en el piso. Estaba
muerto. Sin camisa, que hacían notorias marcas de ramas que provocaron rasguños y
derrames de sangre. Su rostro estaba deteriorado, alguien había lanzado sobre sus ojos y
dentadura piedras que le ocasionaron moretones. Su cuello estaba marcado, como si lo
intentaron ahorcar con alguna guaya de alta tensión, cosa que después fue vista que tenía en
sus manos.
Su cuerpo estaba desmoralizado y apuñalado. Fácilmente se podía decir que lo mataron
a través de una pelea. Le dieron con lo primero que tenían a la vista. Y luego lo ahorcaron.
Su lengua colgaba. El rostro sin forma, entre colores rojos y morados. Su pecho, lleno de
aberturas que expulsaban sangre en mediana proporción.
La habitación estaba semioscura. Solo un bombillo rosa en el centro. Y los cuatro
chicos, Ana, Francelis, Jivianny y Oliver, uno en cada esquina.
Ellos, los cuatro, llenos de pánico, sin entender nada, solo se preguntaban: ¿Quién lo
mató?
Continuara...

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EL ETERNO GIRO DE LA...

Enviado por yedra  


EL ETERNO GIRO DE LA RUEDA O ROMPER LAS CADENAS

La vida siempre me ha parecido una gran rueda que gira sin parar.

Cuando creemos que avanzamos, tarde o temprano nos damos cuenta que hemos vuelto al mismo punto de salida: La repetición constante de viejos y eternos errores humanos.

Cuando somos jóvenes creemos que las palabras de nuestros padres están desfasadas y no somos capaces de entenderles; y observamos lo que creemos defectos que nosotros no seremos capaces de repetir.

Cuando crecemos y nos convertimos en adultos, no sólo comprendemos perfectamente a nuestros padres, sino que aquellos "defectos “los volvemos nosotros a repetir...a veces multiplicados por varias veces.

Los niños maltratados con demasiada frecuencia al convertirse en hombres...se trasforman a su vez en maltratadores; el dolor sufrido en sus carnes no les impide causar a su vez el mismo dolor que ellos sufrieron.

Con demasiada frecuencia la víctima se convierte en verdugo de otros.
Y LA RUEDA NO PARA DE GIRAR...

Nos hacen un daño y la prontitud del deseo es devolver ese daño a ser posible multiplicado por el tanto por ciento de nuestro resentimiento.

La violencia se dice que engendra violencia en un torbellino sin fin.
Los pueblos oprimidos se vuelven pueblos opresores.

Las injusticias sufridas en nuestras carnes no sirven de aliciente para no repetirlas nosotros mismos en otras gentes.

Una misma causa le vemos efectos distintos dependiendo si nos afecta personalmente o no...Y dependiendo de eso variaremos nuestra opinión; sin ser capaces de ver las cosas con la debida "justicia"

Y SEGUIMOS SIENDO PARTE DEL GIRO DE LA RUEDA Y NO SOMOS CAPACES DE...ROMPER LAS CADENAS QUE NOS ESCLAVIZAN A ESE ETERNO VOLVER AL PUNTO DE PARTIDA.

Aquellos que han intentado concienciar al hombre y hacerles ver de LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER, como el titulo de ese libro; la mayoría de las veces el mundo los ha despreciado y asesinado: JESÚS, GHANDI, M.LUTHER KING...
Y el hombre seguirá lamentándose del mundo y sus errores, sin ser capaces de observar "el eterno giro de la rueda" y mucho menos de comprender que en nuestras manos está "el romper las cadenas” que nos esclavizan a ese giro eterno de la rueda y sus errores.

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AQUELLAS CARTAS LA MAYORÍA DE LAS...

Enviado por yedra  

AQUELLAS CARTAS.

La mayoría de las veces veo con estupor y ciertas dosis de cabreo como mucha gente va tan pendiente del móvil que van sin mirar por donde andan y en alguna ocasión he tenido que dar una voz porque andaban derechos a chocar conmigo.

En otros momentos he asistido al esperpéntico espectáculo de una reunión de diez o doce muchachas en las que más de la mitad a pesar de estar en múltiple compañía estaban pendientes del dichoso aparatito, o sea desconectados de los que tiene a su lado y presuntamente conectados con amigo virtuales.

Antes en las salas de espera del medico con frecuencia se charlaba con el que estaba al lado y ahora la atención va en mayor frecuencia al teléfono olvidando las relaciones cotidianas y cercanas.

Me surge la pregunta...¿están de verdad disfrutando de la amistad? ¿es otra clase de soledad instalada en un espejismo de cercanía y conectividad?
Confieso que posiblemente ya esté muy mayor para comprender ciertas cosas.Al echar la vista atrás recuerdo con nostalgia esas cartas que esperábamos con ansia varios días para saber de la novia,la familia,o del amigo que dejamos al entrar en la Bripac.

Después de una dura jornada de instrucción,de unas maniobras esperábamos con expectación el reparto del correo,el día que no recibíamos algunas no se podía ocultar una pequeña decepción.
Cuando la recibíamos nos alegraba en día y en cuanto teníamos un rato de tranquilidad nos poníamos en la tarea de contestar esas misivas y de nuevo a esperar con ganas esos días que nos separaban de una nueva carta de la gente que en verdad nos importaba.

Nostalgia de un tiempo en el que todo era más natural y lo que se hacía esperar lo valorabas doblemente porque te implicabas en pensar,escribir,dedicar un poco de tiempo en momentos tranquilos para "conectar" con los tuyos,sin más ansiedades que esperar unos días a la respuesta.
Aquellas cartas significaban un oasis en nuestras fatigas diarias y un momento para "desconectar" de nuestro entorno y navegar por otras aguas,dejando parte de nuestra tensión diaria.
Hoy ya no se escriben cartas,ni se esperan varios días las respuestas...tenemos esa falsa inmediatez de los wuassa,esa irreal cifra de amigos de las redes sociales,todo el mundo se habla y nadie se conoce,se aspira a tener 5000 amigos virtuales y nos olvidamos de los que tenemos al lado,aspiramos al mayor números de me gusta cuando lo primero que nos tiene que gustar es lo autentico y la cercanía de las relaciones personales.

A pesar de todo esto debo confesar que estos lugares de facebook nos a dado la oportunidad de compartir aquellos tiempos en que con 20 años elegimos ser el mejor soldado de la patria de lo que nos sentimos tan orgullosos,lo cual no deja de ser un punto a favor entre tanta inconsistencia.
Aun conservo, o más bien conservó mi novia de entonces-mi mujer ahora-aquellas cartas que le mandaba y gracias a ellas al releerlas he podido revivir hechos de la Bripac que tenía totalmente olvidados por el tiempo,y me alegro infinito que no existiera en aquella época los wuasap porque aquello que me hizo revivir la letra escrita en papel,no hubiera resistido el paso del tiempo en un teléfono.
¡En fin! aquellas cartas ya me parecen una reliquia de un mundo casi desaparecido en el que tuvimos la suerte de vivir con nuestros 20 años.

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RECUERDO AQUÉL CHAVAL DE 20 AÑOS...

Enviado por yedra  

Reservado,soñador,amante de la tranquilidad y de emborronar cuadernos en horas tranquilas de la madrugada cuando todo era silencio y solo sonaba el eco interior de un joven sentimental.
Un día decidió dar un giro a su vida y vivir nuevas emociones y se alistó en las filas de aquellos que estaban un poco más cerca del cielo y de las emociones de surcar el aire de alguna manera.

Costó adaptarse pero lo hizo sin perder su esencia.No era amigo del jaleo o la algarabía,pero si muy amigo de sus amigos.Gustaba de los sitios tranquilos,de las garitas más oscuras y apartadas sin tener ningún miedo sino todo lo contrario,porque en el silencio y la tranquilidad fluían sus pensamientos y sueños.

Jamás dio un paso atrás ni se escondió en sus responsabilidades.Pecó de ingenuo en muchas ocasiones pero todo ello lo hicieron más fuerte sin dejar de ser el mismo.
Se acostumbró a una vida de disciplina y dureza que le hicieron estar orgulloso al paso de los años y recordarla con ciertas dosis de melancolía como una experiencia de las que dejan huella para toda una vida.

Supo al terminar esa experiencia que la verdadera dureza y el desierto árido vendría después,porque al contrario de la vida en el cuartel que sabes a que atenerte y sabes de quien y como guardarte,la vida civil te da puñaladas que no sabes la mayoría de la veces de donde te vienen o porque te vienen.Y entonces ves que la vida en si es más dura si cabe que en un sitio como la BRIPAC en el que por lo menos te guías por un código de honor y una disciplina casi inexistente fuera de esos muros.
¿Porque todo esto?
Porque hoy recuerdo aquel chaval de 20 años,hoy con 59,que reflexiona en todas esas pruebas de resistencia que no solo yo,sino que todos hemos pasado a lo largo de nuestra vida,forjando un poco o mucho de lo que hoy somos.
Nada es fácil ni ayer ni hoy pero aquí estamos con un par orgullosos de lo que fuimos y somos a lo largo de todo este circuito de duros obstáculos que es la vida y todavía somos capaces de sonreír y brindar por un año más en el que podemos tener el privilegio de recordar cada uno de nosotros a nuestro chaval de 20 años.

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NAVIDADES EN EL RECUERDO "...

Enviado por yedra  


NAVIDADES EN EL RECUERDO

"El árbol con sus bolas de colorines, lucía modesto en un rincón junto a la puerta.Lo adornábamos mis hermanos y yo con sumo cuidado,pues las bolas se partían con facilidad al caerse al suelo.
En el patio los vecinos han encendido una fogata con palos cruzados que encienden con
un poco de gasolina,y presta las llamas alzándose al aire da ocasión para sentarse vecinos a su alrededor pasándose esas botellas de anís o coñac que comparten en el mismo vaso sin preocuparse de contagiarse de ningún mal.

Se canta villancicos,se charla,se ríe,se comparte.
La noche de reyes un vecino se viste de rey y nos reparte caramelos a los niños de la vecindad.Y esperamos con ilusión la llegada de la mañana para ver que nos ha traído los reyes.
Sólo un regalo para cada uno -somos siete hermanos-pero la felicidad no es menor y la ilusión nos rebosa como cada noche de reyes.

Aquellos villancicos que se cantan...
Canto con ganas todos junto a mis hermanos,pero hay una estrofa de uno de ellos que no acaba de gustarme;hay un instinto que me dice que eso es muy triste y no me gusta...
"la nochebuena se viene,la noche buena se va,y nosotros nos iremos...¡y no volveremos más! "es una estrofa triste en una noche alegre.
Tendrían que pasar muchos años para darme cuenta de la triste realidad de esa parte del villancico que no acababa de gustarme.
Se fueron muchos seres queridos que formaban mi mundo en esas navidades del recuerdo,haciéndose realidad la estrofa del villancico.

Sueños...sueño con una tarde en un parque lleno de hojas muertas por el otoño.Mis hermanos están a mi alrededor jugando ilusionados con los juguetes que han traído los reyes;todo es felicidad en la tarde tranquila.
Despierto a duras penas de mi letargo.Veo el juguete largamente solicitado por mí a lo largo del año...Una ametralladora de los intocables,entonces no era un juguete políticamente incorrecto,salto de la cama con mis ojos cargados de sueño,mientras exclamo con felicidad...¡esto era lo que yo quería! mientras mis padres me miran con júbilo,agarro la caja del juguete,y me la llevo a la cama,entre mis piernas la pongo y me hecho de nuevo a dormir con la ilusión por bandera.

Entra mi padre con una pata de jamón en sus manos.
La ha comprado a dita,no había otra forma.
Todos sus hijos alborozados nos reunimos alrededor del jamón como si estuviéramos adorando al niño Jesús.
Acostumbrados todo el año a pan tostado con aceite...¡aquello era un sueño hecho realidad.El jamón duró lo que dura un suspiro entre siete bocas ansiosas.El tener poco todo el año,hace milagros para que todo nos ilusione de manera acojonante.
La botella de cinco litros de 501 preside la estantería y la caja de mantecados el mesías de cinco kl resiste a duras penas nuestros embates glotones.

De fin de año se resisten las neuronas a dejar traspasar algún recuerdo apenas de mis pocos años.
Se ha organizado un baile en el patio de la casa de vecinos;los chavales más talluditos bailan con esas admiradas y espiadas vecinitas que no pasan desapercibidas.
Mi hermanita y yo nos animamos a bailar agarrados como los mayores,ante la mirada de regocijo de mi abuela que nos señala con el dedo para que mi madre nos viera.
El patio amanece lleno de serpentinas y papelillos,y un silencio llamativo se esparce por todos los rincones de la vecindad que apenas se puede esperezar de una noche de irse tarde a la cama.
Estoy solo en el patio dando patadas a las serpentinas y siento un escalofrío y cierto malestar,supongo que no tardaría demasiado en caer enfermo,pero mientras tanto disfruto del juego de esparcir aún más las serpentinas.
Fragmentos,recuerdos apenas esbozados de aquellas navidades que todos hemos pasado siendo niños;Navidades humildes pero felices,como sólo se puede ser feliz con la mente de un niño.
Recuerdo a mis padres,con lo justo para apenas tirar para adelante.Mi madre se enfrenta todos los días al problema de calzarnos,vestirnos y darnos lo necesario en la vida diaria haciendo uso de aquellos diteros,y aún se apañaba para que a sus siete hijos no les faltara el regalo de reyes,a costa seguro de endeudarse aún más todo el año.

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sueña en grande

Enviado por denis  

-una vez un niño que soñaba ser el presidente de nustro pais, pero sus amigos se burlaban pensando que nunca lo lograria.
-pasaron los años, y el niño estaba luyando por su trono tuvo que pasar muchos obstaculos pero al final el niño se convirtio en un rey.
-opinion de la escritora

-sueña en grande y lo lograras, bueno eso es lo que creo.Te digo un secreto: cree en ti y lo lograras.

FIN

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RELATO DE UN BESO DE VERANO

Enviado por piojodelrojo  

El mar me anticipa, y en unos metros ya había besado sus pies, sus muslos, tambien habia rodeado sus caderas con fuerza, y con algo de debilidad seguía besando el resto de su bronceado cuerpo semidesnudo…
Entre toda esa corriente natural, que seguía conquistando el terreno de su cuerpo en forma ascendente, poco a poco y con la ayuda del descuido de las olas, logré anclarme a centímetros de su mirada, aguachenta, nublada…
fueron 5 segundos los que necesité para recobrar el aire que la corriente me había quitado, 5 segundos para que mis manos reaccionaran y rozaran sus brazos, ya cenizas, pero todavía abrasadores, fueron otros tantos segundos más para que pudiera sentir sus manos sobre mis hombros. El peso de nuestra respiración pareciera haber alisado el mar… y el tiempo, la temperatura y el aire se detuvieron. Los segundos ya no contaban, toda el agua en su cuerpo olvidó su curso y quedó imantada a su piel, adoptándola como su nuevo mar. Mis manos ya estaban sumergidas en su cintura, sus pechos marcaban como un hierro candente mi piel… ya nada podía detenernos, me incliné suavemente con los ojos abiertos y apunté mis labios al centro de los suyos, no hubo acierto, el beso comenzó casi al limite con su mejilla izquierda, pero rápidamente corregí o corregimos al unísono la dirección de nuestras bocas. Sentí una suave presión de la totalidad de sus labios sobre los míos, ella con los ojos cerrados se dejó llevar, brevemente intento dibujar, rozando con más destreza que ligereza, las fronteras de sus besos, jugando con las gotas de agua que todavía quedaban estancadas en su pronunciado labio superior... pero no aguanto... no soporto más el frío lejos de la profundidad de su boca y me vuelco con tal fuerza que las gotas de agua que aún quedaban en nuestros rostros se esparcen a varios metros, fue una explosión de ansiedad, y no tardo mucho en darme cuenta que me está devolviendo el beso con las mismas ansias. La falta de aire hace que nos separemos, ella se siente tan débil después, que se apoya en mi pecho para no hundirse en el océano.

- Todavía seguís con esa loca idea de irte? - Le susurro, mientras dejo caer su cabeza en mi hombro -. No es justo.
- La vida no es justa... - sentenció -

Victor Peralta

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..No sé

Enviado por alheli  

La niña tomo su diadema y desde los reflejos del sol en su cabellos, se irguieron orejitas blancas con rosa, peluditas se doblaban alegres o tristes sin depender del corazón.
Sus zapatos rojos con la sangre de la caoba, con la sombra enmarcando el vuelo amplio de su vestido, se cerro el armario.
Afuera el tocador empalidecia lleno de una humareda de polvoretes. Mañana nacería un crisantemo rojo en la catedral de España,
Y el rosal lloraba ya sin espinas
La niña ya no estaba, y afuera la fiesta de té.

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Hilo Rojo

Enviado por arrigo  

Hilo Rojo, decían que la persona correcta me uniría, a pesar de la distancia, el tiempo, aunque nuestros caminos fueran distintos, ese hilo volvería unirnos.

Nos dejamos de ver, fueron muchas lunas sin ti, te extraño, le hacías falta a mi vida, que puedo decir, no estaba el amor de mi vida, pero pasó el tiempo, transcurrió, siempre volvimos.

Solamente queda decir, que el amor verdadero existe, llega. Solamente debes esperar a la persona correcta.

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Regalo en G bemol

Enviado por alheli  

La sombra de sus jóvenes manos sobre las hojas de papel, y arrancó una de todo un legajo. Color lavanda tonos en menta. Sobre ambas dormirán los grumos de tinta negra. Tejido rosa paseándose por el vórtice del escritorio, su mejilla adormecida entre sus dedos y los codos pinchándose en la madera barnizada. Entonces recordaba...y retomaba a aquel bolígrafo que se le resbalaba, y se revolvía entre aquel vacío de corteza machacada, lisa y grumosa. Y entonces escribía, de su sentimiento saltaba un signo de exclamación con un corazón en lugar de un punto. Y seguía, trabándose a veces, y temblando sus labios dudaba en escribir después. Y volvíase ante la pila de papeles, suspirando volvía a detenerse.

Al final poco antes de que pasase ese atardecer, la carta sería envuelta. Un sello barato ordenado por línea express, apresaría por unos días las líneas y su emoción. La cera una vez goteante vuelta a secarse, terminaría rompiéndose. Y un joven hallaría junto a la letra. El clarinete que había deseado.

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