49 Cuentos de amor 

CONJURO

De una inscripción trazada en la arena y abandonada al viento: “…te convoco y te condeno a que no puedas cerrar los ojos sin verme, ni abrir los labios sin llamarme, ni saciar la sed sin sentir en tu boca la mía, ni tocar tu cuerpo sin creer que me acaricies, ni doblar una esquina sin la esperanza de hallarme, ni alzar el teléfono sin oír en mi voz tu nombre, ni abrir un libro sin leer estas palabras, porque el único amor que me hace falta es el tuyo, y lo necesito de esta manera desmesurada en que yo te…”

Autor del

cuento

: Felipe Garrido

78.38%

votos positivos

Votos totales: 37

Comparte:

TRANVÍA

Por fin. La desconocida subía siempre en aquella parada. "Amplia sonrisa, caderas anchas... una madre excelente para mis hijos", pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta, moderna.
Él se puso de mal humor: era muy conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.

Dudó. Ella bajó.

Se sintió divorciado: "¿Y los niños, con quién van a quedarse?"

Autor del

cuento

: Andrea Bocconi

75.00%

votos positivos

Votos totales: 16

Comparte:

Romance después de los 40.

Enviado por gabl  

– Conversación telefónica entre mujeres de 40 y tantos:

– Hola, cuéntame ¿Cómo te fue con tu cita de la otra noche?

– ¡¡Horrible, no sé qué pasó!!

– ¿Por qué? ¿No te dio ni un beso?

– ¡¡Si!! Me besó tan fuerte y me mordió los labios tanto que pensé que me iba a explotar el implante de colágeno, entonces me acarició el pelo y se me salieron unas cuantas extensiones.

– ¿No me digas que terminó todo ahí?

– ¡¡Nooo!!

Después tomó mi cara entre sus manos, hasta que le tuve que pedir que no lo hiciera más, porque me estaba aplastando el bótox.

Además, mis pestañas postizas se le quedaban pegadas en la nariz.

– ¿Y no intentó nada más?

– Sí se puso a acariciarme las piernas y lo frené porque me acordé que no me había depilado. Al tratar de detenerlo, se me salieron dos uñas postizas.

– Después le entró un arrebato de lujuria impresionante y me abrazó tan fuerte que casi se le quedan mis prótesis de las nalgas en las manos y casi me revienta los implantes de silicona de los pechos.

– ¿Y después qué pasó?

– ¡Se puso a tomar champagne de mi zapato!

– Ay, que romántico

– ¿Romántico? ¡¡Por poco se muere!!

– ¿Por qué?

– Porque se tragó el corrector del juanete que estaba adentro y casi se ahoga.

– ¿Y después qué pasó?

– ¿ puedes creer que se fue? Para mí que era put%….
gbl
24/04/2018
Tomado de; Chistes bromas y mas

75.00%

votos positivos

Votos totales: 4

Comparte:

la boda

Enviado por yedra  

LA BODA


Me despertaste suavemente acariciando mi frente a través de la ventana abierta a la primavera como soplo convertido en dulce caricia.

Después de una dura semana de trabajo mi cuerpo aún se resiste a dejar la suave calidez de mis sabanas en este domingo que empieza a despuntar a través de esta brisa que mece suavemente las cortinas de mi habitación y ese nimbo de claridad que se dibuja con formas inconexas en las paredes.

Una algarabía de risas y gritos me sacude para acabar de ahuyentar el dulce sopor que amenaza con envolverme de nuevo en los caminos del sueño.Me levanto con pesadez y me acerco a la ventana para ver a los causantes de ese estruendo avasallador:son mis hijos,con mi niña a la cabeza empeñada con su risa,sus juegos en recordarme que la vida rebosa en cada sonido de su voz.


Tan pequeña,tan bonita,tan vital...¡un tesoro en mi corazón! Recuerdo sus primeros pasos,sus primeras palabras,su primer día de colegio,sus rabietas que las sigue teniendo para recordarme que ser padre es toda una colección de dulzuras pero también de dificultades y paciencia.Pero cuando la veo reír como ahora a través de la ventana solo puedo sentir orgullo y felicidad.


¡Torpe de mi! no recordaba que hoy domingo le prometí llevarla a dar un paseo por la playa y dejarla jugar un rato con la arena y ver las olas del mar, y así mi niña se me a adelantado al saltar de la cama y ya va a estar aporreando mi puerta y tirando de mi con urgencia para encaminarnos a nuestro paseo.


La veo afanada en un castillo de arena y las olas del mar envolviéndonos con su murmullo en la luminosa mañana.
No puedo dejar de mirarla y mi imaginación vuela...¡será una preciosa mujer mi niña! ¡será la envidia de sus amigas!
Y divagando estos y otros pensamientos su voz me saca de mi ensueños:¡Papá! ¡vayámonos ya que el tiempo pasa! ¡que ya es hora de comer! Y le agarro la manita y le digo:cuando estoy contigo pierdo la noción del tiempo ,mientras que con la otra mano le hago cosquillas y se pone a chillar de risa.
¿Que pasa? la mañana se empieza a difuminar y a perder color...


¡Suena el despertador! doy un respingo en la cama confuso y desorientado,hasta que la confusión da paso a la certeza y una fuerte emoción me embarga a la vez una lagrimita compite con la sensación de felicidad:hoy es Domingo y se casa mi niña.


El corazón me late con fuerza...¿como a pasado el tiempo tan deprisa? te he soñado de mi mano en la playa siendo niña y despierto sabiéndote mujer en el día de tu boda.
No se si reír,no se si llorar o ambas cosas a la vez.Pero lo que si se con seguridad es que también te llevaré de la mano en esta playa de la vida que hoy te toca pasear de la mano de tu marido y a construir castillos de ilusión en tu corazón, y tu alma mientras nosotros tu madre y yo seremos como esas olas del mar que se acercaran para acariciar tus pies y retirarse para volver cuando tu nos necesites.


El amor es inmenso como los granos de arena,como las gotas del mar...¡mi niña! ¡se feliz! porque tu felicidad será la nuestra,y mientras seguiré soñando con castillos de arena y una manita agarrada a la mía y el tiempo que pasa con su brisa que acaricia el corazón y se vuelve un día unos instantes grabado a fuego en el corazón mientras tus pasos inician un nuevo camino.


Camina segura,camina feliz porque siempre tendrás mi mano y de tu familia que tanto te quiere.

AUTOR YEDRA

75.00%

votos positivos

Votos totales: 4

Comparte:

Platicaban y sonreían

Enviado por alheli  

Platicaban y sonreían, y el joven se detenía a veces olvidando, como si hubiese estallado el latón de una campana aturdiendolo. Alzaba los ojos mirando el árbol y bajandolos se confundía no pudiendo ver de ella sus ojos por ser tan obscuros, ni debajo de ellos la rosa que se abría y temblaba al hablar, terminaba solo viendo su nariz. Aquella naricita pequeña con dos lunares tan pequeños que semejaban manchas de tinta. Más cuando la miraba detenidamente le recordaba extrañamente una letrita "b"...Platicaban y sonreía...E inclinandose vio como su vista se había vuelto cristal húmedo. Y callaba, no sabiendo si estaba triste o se había ofendido. Pero la deseaba tanto...con la envoltura abandonada por la acera, todavía la cámara en mano. Toco de ella su boca, hallando bajo los ojos, sus labios.

75.00%

votos positivos

Votos totales: 4

Comparte:

Cortahilos en venta

Enviado por alheli  

...Y no sabiendo como dárselo la hizo sentar sobre unos rollos descoloridos en franela, apoyados sobre una mesa. No sé decidía, miraba las letras del titulo grabadas doradas sobre la tapa, más aún dudaba. Y la beso, inclinando un poco su rostro, alzando un poco la mirada, le alcanzo el rostro y la beso. Acaso fue por el miedo de no saber que decir después que sus labios se detuvieron, metidos en un sentimiento confuso. Ella se aparto, cayendo sus cabellos hasta tocarlo, y de un salto descendió de esa montaña de telas. Con en libro en su mano y la otra sobre el yelmo de su alma, obscurecieron sus labios diciendo: No vengas.

Se quedo el atolondrado, mirando las sobras de su huida, Sin pensar hacerlo, habían sido sus ojos de un café muy dulce y sus pestañas rizadas alcanzaban casi aquellas mejillas apenas empolvadas. La había visto tan linda allí sentada y lo había confundido cuando con gracia monísima lo miro sin protesta, sin que la línea de sus cejas mostrase sorpresa. Y era tan profunda la llave hasta su sonrisa y tan obscura su mirada que todo sentimiento se ocultaba en ella.

Allá en una habitación de conchas rosas, el espejo danzaba por el aire para atrás y para adelante, asintiendo en constante inquietud a aquello que ella estaba pensando. Y ella viendolo se asusto, pues en ese momento pensaba en nada.

75.00%

votos positivos

Votos totales: 4

Comparte:

Helen

Enviado por gabl  

Este cuento cuyo comienzo publiqué tal cual como aparece lleva por nombre "Helen"

I.-Recuerdos.
Estoy sumido en los recuerdos de aquellos días que vivimos intensamente al calor de nuestros cuerpos, abrigados por el amor que nos mantenía unidos como un solo ser.. ...
Germán Barrios Leal

73.33%

votos positivos

Votos totales: 15

Comparte:

DAMA DE LUZ

Luego me dijo que se iba un rato a la playa. Me guiñó un ojo. Se calzó las sandalias. Se ajustó los tirantes. Abrió las cortinas y se volvió toda de oro y sombra, como si fuera de luz. Cerró los ojos deslumbrada. Tropezó con la mesa y tiró la botella de agua y lanzó un gritito ahogado y se rió cubriéndose la boca con las manos enjoyadas y trajo una toalla para secar aquello y me vio un momento como si fuera a decir algo, pero el canto de las cigarras la intimidó. Se miró en el espejo por delante y por detrás y después de lado mientras aspiraba hondo, parada de puntas, y se le dibujaron las costillas. Se puso una falda de manta y los lentes oscuros. Llegando a la puerta me tiró un beso. Nunca la volví a ver.

Autor del

cuento

: Felipe Garrido

72.41%

votos positivos

Votos totales: 29

Comparte:

MARITA

Marita se pone de pie frente a la ventana, con el cabello revuelto. Cruza los brazos por el frente, toma de abajo la blusa tejida y con un solo movimiento ascendente se la saca por la cabeza.
¡Ay, gloria de la tarde, toda sol y viento y buganvilias y los pechos de Marita puestos de golpe a la luz! Apresúrate a gozarlos. Nadie sabe cuántos serán sus días.

Autor del

cuento

: Felipe Garrido

72.22%

votos positivos

Votos totales: 18

Comparte:

UN HOMBRE DE CIERTA EDAD Y SUS DOS AMANTES

Un hombre de edad madura, más pronto viejo que joven, pensó que era tiempo de casarse. Tenía el riñón bien cubierto, y por tanto, donde elegir;
todas se desvivían por agradarle. Pero nuestro galán no se apresuraba. Piénsalo bien, y acertarás.
Dos viuditas fueron las preferidas. La una, verde todavía; la otra, más sazonada, pero que reparaba con auxilio del arte lo que había destruido la
naturaleza. Las dos viuditas, jugando y riendo, le peinaban y arreglaban la cabeza. La más vieja le quitaba los pocos pelos negros que le quedaban,
para que el galán se le pareciese más. La más joven a su vez, le arrancaba las canas; y con esta doble faena, nuestro buen hombre quedó bien pronto sin cabellos blancos ni negros.
“Os doy gracias, les dijo, oh señoras mías, que tan bien me habéis trasquilado. Más es lo ganado que lo perdido, porque ya no hay que hablar de bodas. Cualquiera de vosotras que escogiese, querría hacerme vivir a su gusto y no al mío.
Cabeza calva no es buena para esas mudanzas: muchas gracias, pues, por la lección.”

Autor del

cuento

: Jean de la Fontaine

66.67%

votos positivos

Votos totales: 9

Comparte:

Desde el 21 hasta el 30 de un total de 49 Cuentos de amor

Añade tus comentarios