16 Cuentos de terror 

EPITAFIO ZOMBI

Descansa en… vete tú a saber.

Autor del

cuento

: Roberto Malo

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El cortador de bambú y la princesa de la Luna

Enviado por jeamh2019  



Una de las figuras mitológicas más conocidas de japón es la Kaguya-hime, sobre la cual existen numerosas leyendas. Entre ellas podemos observar cómo algunas de sus leyendas hacen referencia a algunos de los elementos geográficos más relevantes de la isla, como el monte Fuji. Una de ellas es la siguiente, que además incorpora referencias al porqué de la neblina que recubre dicho monte en realidad un volcán que aún manifiesta cierta actividad.
Según la leyenda hubo una vez una humilde pareja de ancianos que nunca había podido tener hijos pese a desearlo profundamente. Para vivir, la pareja dependía de la recolección de bambú y de su uso para elaborar diferentes artículos. Una noche, el anciano se internó en el bosque para cortar y recoger bambú, pero de repente se dio cuenta de que una de las muestras que había cortado brillaba a la luz de la Luna. Tras examinar el tallo, encontró dentro de él a una pequeña niña, de pocos centímetros de tamaño.
Dado que su mujer y él nunca habían podido tener hijos, el hombre la llevó a su hogar, donde la pareja le daría el nombre de Kaguya y decidiría criarla como a su hija. Además de ello, la rama de la cual había salido la niña empezó con el tiempo a generar oro y piedras preciosas, haciendo rica a la familia.
La niña fue creciendo con el paso del tiempo, convirtiéndose en una hermosa mujer. Su belleza sería tal que empezaría a tener numerosos pretendientes, pero ella se negó a casarse con ninguno. Las noticias sobre su belleza llegaron a oídos del emperador, quien intrigado solicitó que acudiera a su presencia, a lo que Kaguya-hime se negó. Ante la negativa el emperador acudiría en persona a visitarla, cayendo rápidamente enamorado de ella y pretendiendo llevarla con él a su castillo, a lo que la joven también se negaría. A partir de entonces el emperador seguiría manteniendo la comunicación con Kaguya-hime a través de numerosas cartas.
Un día, la joven habló con su padre adoptivo sobre el porqué de sus negativas, así como el motivo por el que cada noche pasaba las horas mirando al cielo: ella provenía de la Luna, su hogar, de la cual era princesa y a la cual estaba destinada a volver en poco tiempo. Angustiados, los padres se lo comunicaron al emperador, el cual envió guardias para intentar evitar que la mujer fuera devuelta a la Luna.
Pese a las medidas de seguridad, una noche de luna llena una nube descendió desde la Luna con intención de llevársela. Antes de partir de nuevo a su hogar natal, sin embargo, Kaguya-hime se despidió de sus padres y dejó atrás una carta de amor para el emperador, junto con una botella en la que le dejaba al segundo el elixir de la vida eterna. La carta y la botella le fueron entregados al emperador, quien decidió llevarlos a la montaña más alta y crear una hoguera. Allí, una vez salió la Luna, el emperador arrojó la carta y el elixir al fuego, generando un humo que ascendería hacia el lugar donde había partido su amada. Ese monte es el monte Fuji-yama, y aún hoy en día podemos ver en su cima el humo procedente de la hoguera del emperador.

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El cortador de bambú y la princesa de la Luna

Enviado por jeamh2019  

Una de las figuras mitológicas más conocidas de japón es la Kaguya-hime, sobre la cual existen numerosas leyendas. Entre ellas podemos observar cómo algunas de sus leyendas hacen referencia a algunos de los elementos geográficos más relevantes de la isla, como el monte Fuji. Una de ellas es la siguiente, que además incorpora referencias al porqué de la neblina que recubre dicho monte en realidad un volcán que aún manifiesta cierta actividad.
Según la leyenda hubo una vez una humilde pareja de ancianos que nunca había podido tener hijos pese a desearlo profundamente. Para vivir, la pareja dependía de la recolección de bambú y de su uso para elaborar diferentes artículos. Una noche, el anciano se internó en el bosque para cortar y recoger bambú, pero de repente se dio cuenta de que una de las muestras que había cortado brillaba a la luz de la Luna. Tras examinar el tallo, encontró dentro de él a una pequeña niña, de pocos centímetros de tamaño.
Dado que su mujer y él nunca habían podido tener hijos, el hombre la llevó a su hogar, donde la pareja le daría el nombre de Kaguya y decidiría criarla como a su hija. Además de ello, la rama de la cual había salido la niña empezó con el tiempo a generar oro y piedras preciosas, haciendo rica a la familia.
La niña fue creciendo con el paso del tiempo, convirtiéndose en una hermosa mujer. Su belleza sería tal que empezaría a tener numerosos pretendientes, pero ella se negó a casarse con ninguno. Las noticias sobre su belleza llegaron a oídos del emperador, quien intrigado solicitó que acudiera a su presencia, a lo que Kaguya-hime se negó. Ante la negativa el emperador acudiría en persona a visitarla, cayendo rápidamente enamorado de ella y pretendiendo llevarla con él a su castillo, a lo que la joven también se negaría. A partir de entonces el emperador seguiría manteniendo la comunicación con Kaguya-hime a través de numerosas cartas.
Un día, la joven habló con su padre adoptivo sobre el porqué de sus negativas, así como el motivo por el que cada noche pasaba las horas mirando al cielo: ella provenía de la Luna, su hogar, de la cual era princesa y a la cual estaba destinada a volver en poco tiempo. Angustiados, los padres se lo comunicaron al emperador, el cual envió guardias para intentar evitar que la mujer fuera devuelta a la Luna.
Pese a las medidas de seguridad, una noche de luna llena una nube descendió desde la Luna con intención de llevársela. Antes de partir de nuevo a su hogar natal, sin embargo, Kaguya-hime se despidió de sus padres y dejó atrás una carta de amor para el emperador, junto con una botella en la que le dejaba al segundo el elixir de la vida eterna. La carta y la botella le fueron entregados al emperador, quien decidió llevarlos a la montaña más alta y crear una hoguera. Allí, una vez salió la Luna, el emperador arrojó la carta y el elixir al fuego, generando un humo que ascendería hacia el lugar donde había partido su amada. Ese monte es el monte Fuji-yama, y aún hoy en día podemos ver en su cima el humo procedente de la hoguera del emperador.

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EN LAS CIUDADES DE ESMERALDAS ECUADOR...

Enviado por a19a  

En las ciudades de Esmeraldas, Ecuador precisamente en la parroquia Salima se contaban y se murmuraba que en los campos de dicha parroquia se aparecía una especie de mujer vestida de negro y con el pelo suelto, dicen los moradores que esta mujer tenia una pierna en forma de molinillo (utensilio tradicional de la cocina mexicana), tenia el poder de convertirse en cualquier forma de la naturaleza y en cualquier persona y que se llevaba a los niño varones para ser especifica, a esta mujer se la apodaba la "TUNDA"
Un día mi abuela se fue a comprar para hacer la merienda dejando a mi tío de aproximadamente cuatro años de edad solo en la casa de madera del campo, y fue hay cuando esta mujer a podada la tunda se apareció convertida en mi abuela entonces engaño a mi tío y se lo llevo para la montaña.
Mi abuela ya estaba de regreso ya estaba cayendo el sol era eso de las 6 de la tarde y se encuentra con la sorpresa de que mi tío no estaba, ella se imagino que mi abuelo se lo había llevado rato después apareció mi abuelo y resultó que no estaba con mi tío entonces todos se comenzaron a preocupar y fue ay cuando una señora que era tipo curandera o algo así dijo que la tunda se lo pudo haber llevado, entonces llamaron al cura de la parroquia y el dijo: " Si la tunda se lo ha llevado tendremos que ir a buscarlo con perros, tambores y agua bendita así sera la única manera de ahuyentar a la tunda. tenemos que ir a buscarla a la montaña."
Fue así que todos se fueron a buscar tambores y perros después de conseguir todos eso fueron a la montaña haciendo bulla con los tambores y los perros, estaban cansados de buscar y justo cuando ya se iban a regresar se toparon con una cueva donde estaba metido mi tío, el estaba desorientado y perdido de la noción del tiempo y todos sorprendidos le preguntaron que como había llegado hasta ese lugar y el dijo: " Mi abuela me trajo hasta aquí y luego se fue"
Entonces todo presumieron que la tunda se lo quiso llevar pero no lo logró.
Y desde ese entonces todo murmuran sobre la tunda.

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LA CABEZA

No había dormido bien, sentía mi cuerpo cansado y mis ojos me ardían. Fue una mala noche, ya eran cuatro con la de ayer. Esperaba concentrarme en mi trabajo, sin embargo, cuando intentaba redactar alguna historia para el diario, una sensación de humedad cubría mi rostro.

No sabía lo que sucedía, me tranquilizaba el saber que contaba al menos con la compañía de Anubis, mi perro pit bull con quien me siento protegido en casa. Muchas veces por las noches he escuchado los ladridos de Anubis hacia el techo pero nunca logró ver lo que intenta atrapar.

En ocasiones me causa nervios cuando mi perro se altera tratando de escalar la pared del patio trasero, siento que algo intenta entrar pero el sueño me vence y me duermo.

Desde que vivo solo me las he arreglado con todo tipo de problemas pues mi casa yace a las afueras de la urbe, en una especie de terracería con un terreno baldío detrás. No tuve problemas con aceptar vivir aquí puesto que aprecio el silencio, o al menos de eso estaba seguro hasta que los ruidos espeluznantes se presentaron en la oscuridad.

Aún no puedo dejar de temblar por lo que sucedió apenas hace 2 noches, no he dormido, no dejo de llorar, aunque deje las luces prendidas no logro cerrar los ojos o más bien, no quiero. Ahora me encuentro en casa de mi tía quien me ha tratado de consolar por la pérdida de Anubis.

Hace dos noches justamente alrededor de la 1 am, estaba acostado navegando en Facebook cuando de pronto Anubis salió corriendo al patio trasero, ladrando con si se tratase de un demonio, ojalá hubiese sido eso, pero fue mucho peor.

Había dejado la puerta de atrás abierta por el calor intenso que había, entonces a lo lejos, en la oscuridad visualizaba la sombra de mi perro ladrando y tratando de atacar a una cosa que estaba en el suelo, parecía una masa deforme que se acercaba hacia la casa y que Anubis intentaba morder pero no lograba atraparlo.

Mis piernas comenzaron a temblar, intenté encender las luces pero por desgracia no funcionaban. Estaba paralizado, hipnotizado viendo cómo eso se dirigía hacia mí. Anubis enfurecido ladraba y con más fuerza se abalanzó sobre esa cosa que hacía un ruido extraño, como de alguien masticando con la boca abierta.

Entonces los ladridos se convirtieron en chillidos, aquella cosa que poco a poco iba visualizando mejor, estaba prendido de la trompa de mi perro que se revolcaba en el suelo, chillando y llorando. Tomé una pala que tenía a mi alcance y corrí hacia ellos, entonces toda mi piel se erizó y unas náuseas incontrolables se apoderaron de mí.

Dí el primer golpe, pero no podía dejar de sentir asco por aquella cosa gelatinosa de la que brotaba sangre de Anubis. Dí un golpe más fuerte y logré separarlos. Mandé de otro golpe a esa cosa lejos y me acerqué a mi pobre perro que yacía en el suelo quejándose.

Cuando lo alumbré con mi celular contemplé con sumo dolor que tu nariz había sido arrancada. Ahora con más rabia que miedo fui hacia esa masa que despedía un olor a podrido y con el flash de mi celular pude alumbrarlo...caí asqueado, era...una cabeza humana.

La luz de mi celular dejaba observar aquel rostro deforme con los ojos entreabiertos y unos dientes amarillentos que masticaban la nariz de Anubis. No me podía mover, solo alumbraba a aquel asqueroso ente.

Entonces comenzó a rodar, pasó cerca de mi pie, se detuvo a oler y yo con mi cuerpo, alma y mente en completo shock solo rezaba para que se alejara de mí. Seguí con la luz a esa cabeza que dejaba un camino de sangre que brotaba de su cuello amputado con pedazos de piel agitándose y rodó hasta mi perro que ya no se movía.

Comenzó a morderlo. Esas masticadas repugnantes y viscosas aún suenan en mis oídos. Por las noches siento que una cabeza humana rodará entre el monte del baldío, llegará detrás de mi almohada y comenzará a masticar mis ojos como lo hizo con Anubis.

Autor del

cuento

: Anónimo

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CUENTO DEL NIÑO-ZOMBI

El niño-zombi quiere hacer la primera comunión.
Está deseando probar el cuerpo de Cristo.

Autor del

cuento

: Pedro Escudero Zumel

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