Cuentos 

Así funciona Yavendrás: En el menú, tienes un montón de cuentos de escritores célebres clasificados por categorías (infantiles, fábulas cortas,...) y también la sección "Vuestros cuentos" con TODO el contenido que vais subiendo: visítala para estar al tanto de lo que publica la comunidad.

Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores cuentos de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!

Si quieres buscar el contenido clasificado por autor, visita nuestra sección de Autores
 TOP50 Usuarios TOP50 Yavendrás

LA OLLA DE BARRO

Era un lechero acaudalado y que contaba con varios trabajadores en su lechería. Llamó a uno de ellos, Ashok, y le entregó una olla llena de mantequilla para que la llevase a un cliente de un pueblo cercano. A cambio le prometió algunas rupias extras. Ashok, muy contento, colocó la olla sobre su cabeza y se puso en marcha, en tanto se decía para sí: “Voy a ganar dos rupias. ¡Qué bien! Con ellas compraré gallinas, éstas pronto se multiplicarán y llegaré a tener nada menos que diez mil. Luego las venderé y compraré cabras. Se reproducirán, venderé parte de ellas y compraré una granja. Como ganaré mucho dinero, también compraré telas y me haré comerciante. Será estupendo.

Me casaré, tendré una casa soberbia y, naturalmente, dispondré de excelente cocinero para que me prepare los platos más deliciosos, y si un día no me hace bien la comida, le daré una bofetada”. Al pensar en propinarle una bofetada al cocinero, Ashok, automáticamente, levantó la mano, provocando así la caída de la olla, que se hizo mil pedazos contra el suelo derramando su contenido. Desolado, volvió al pueblo y se enfrentó al patrón, que exclamó:
-¡Necio! ¡Me has hecho perder las ganancias de toda una semana!
Y Ashok replicó:
-¡Y yo he perdido mis ganancias de toda la vida!

Reflexión: El futuro es un espejismo. Éste es tu momento, tu instante. En lugar de fantasear con la mente, pon las condiciones para que la semilla pueda germinar.

Autor del

cuento

: Cuento tradicional de la India

71.43%

votos positivos

Votos totales: 7

Comparte:

EL GRANO DE MOSTAZA

Una mujer, deshecha en lágrimas, se acercó hasta el Buda y, con voz angustiada y entrecortada, le explicó:
-Señor, una serpiente venenosa ha picado a mi hijo y va a morir. Dicen los médicos que nada puede hacerse ya.
-Buena mujer, ve a ese pueblo cercano y toma un grano de mostaza negra de aquella casa en la que no haya habido ninguna muerte. Si me lo traes, curaré a tu hijo.

La mujer fue de casa en casa, inquiriendo si había habido alguna muerte, y comprobó que no había ni una sola casa donde no se hubiera producido alguna. Así que no pudo pedir el grano de mostaza y llevárselo al Buda.

Al regresar, dijo:
-Señor, no he encontrado ni una sola casa en la que no hubiera habido alguna muerte.
Y, con infinita ternura, el Buda dijo:
-¿Te das cuenta, buena mujer? Es inevitable. Anda, ve junto a tu hijo y, cuando muera, entierra su cadáver.

Reflexión: Todo lo compuesto, se descompone: todo lo que nace, muere. Acepta lo inevitable con ecuanimidad.

Autor del

cuento

: Cuento tradicional de la India

71.43%

votos positivos

Votos totales: 7

Comparte:

EL PATITO FEO

Como cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos.

Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se congregaron ante el nido para verles por primera vez.

Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alborozo de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande de los siete, aún no se había abierto.

Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto, incluso los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento.

Al poco, el huevo comenzó a romperse y de él salió un sonriente pato, más grande que sus hermanos, pero ¡oh, sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis...

La Señora Pata se moría de vergüenza por haber tenido un patito tan feísimo y le apartó con el ala mientras prestaba atención a los otros seis.

El patito se quedó tristísimo porque se empezó a dar cuenta de que allí no le querían...

Pasaron los días y su aspecto no mejoraba, al contrario, empeoraba, pues crecía muy rápido y era flacucho y desgarbado, además de bastante torpe el pobrecito.

Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe.

El patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto y una mañana muy temprano, antes de que se levantase el granjero, huyó por un agujero del cercado.

Así llegó a otra granja, donde una vieja le recogió y el patito feo creyó que había encontrado un sitio donde por fin le querrían y cuidarían, pero se equivocó también, porque la vieja era mala y sólo quería que el pobre patito le sirviera de primer plato. También se fue de aquí corriendo.

Llegó el invierno y el patito feo casi se muere de hambre pues tuvo que buscar comida entre el hielo y la nieve y tuvo que huir de cazadores que pretendían dispararle.

Al fin llegó la primavera y el patito pasó por un estanque donde encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta entonces. Eran elegantes, gráciles y se movían con tanta distinción que se sintió totalmente acomplejado porque él era muy torpe. De todas formas, como no tenía nada que perder se acercó a ellas y les preguntó si podía bañarse también.

Los cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito vio en el estanque, le respondieron:

- ¡Claro que sí, eres uno de los nuestros!

A lo que el patito respondió:

-¡No os burléis de mí!. Ya sé que soy feo y desgarbado, pero no deberíais reír por eso...

- Mira tu reflejo en el estanque -le dijeron ellos- y verás cómo no te mentimos.

El patito se introdujo incrédulo en el agua transparente y lo que vio le dejó maravillado. ¡Durante el largo invierno se había transformado en un precioso cisne!. Aquel patito feo y desgarbado era ahora el cisne más blanco y elegante de todos cuantos había en el estanque.

Así fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para siempre.

Autor del

cuento

: Hans Christian Andersen

71.43%

votos positivos

Votos totales: 7

Comparte:

LA ZORRA A LA QUE SE LE LLENÓ SU VIENTRE

Una zorra hambrienta encontró en el tronco de una encina unos pedazos de carne y de pan que unos pastores habían dejado escondidos en una cavidad. Y entrando en dicha cavidad, se los comió todos.
Pero tanto comió y se le agrandó tanto el vientre que no pudo salir.
Empezó a gemir y a lamentarse del problema en que había caído.

Por casualidad pasó por allí otra zorra, y oyendo sus quejidos se le acercó y le preguntó que le ocurría. Cuando se enteró de lo acaecido, le dijo:
-¡ Pues quédate tranquila hermana hasta que vuelvas a tener la forma en que estabas, entonces de seguro podrás salir fácilmente sin problema!

Moraleja: Con paciencia se resuelven muchas dificultades.

Autor del

cuento

: Esopo

71.43%

votos positivos

Votos totales: 7

Comparte:

LA VIEJA HECHICERA

Había una vez una viejecita que le hizo una buena jugada al diablo. Un buen día iba andando y se encontró con el diablo sentado bajo una talja en las afueras de la ciudad.
- ¿Qué haces aquí, tan pensativo? –le preguntó.
- Estoy furioso. Aquí en esta ciudad vive un hombre muy sabio, conoce muy bien el Corán y cuando lo recita no puedo entrar en ella –le respondió.
- Yo puedo matarlo. Si me pagas bien, yo lo mato.
- De acuerdo –asintió.
- ¿Qué vas a darme a cambio?
- Una babucha de oro.

Se volvió la vieja hacia la ciudad y, al llegar, fue en busca de la mujer del sabio. Cuando la encontró, le dijo:
- Tu marido va a abandonarte. Debes hacer todo lo posible para que no ocurra.
- ¿Y qué puedo hacer para impedirlo? –contestó preocupada.
- Es muy sencillo. Sólo tienes que cortarle unos pelos de la parte más baja de su barba y traérmelos. Con ellos te haré un amuleto que te protegerá y nunca podrá abandonarte.
Partió más tranquila la mujer del sabio y la vieja se fue en busca de éste. Al hallarlo le explicó:
- Debes tener cuidado. Corres un grave peligro. He sabido que tu mujer quiere matarte.
- ¿Cómo puede ser eso? No me vengas con patrañas –respondió enfadado.
- Es cierto. Planea matarte esta noche. Finge dormir, pero mantén un ojo abierto. Verás cómo intenta asesinarte –insistió en tono confidencial.
El hombre se acostó como cada noche. Se puso el turbante encima de los ojos y permaneció despierto. De madrugada vio que su mujer se acercaba sigilosamente con un cuchillo. Cuando la tuvo muy cerca, sacó un puñal que tenía escondido y se lo clavó.
Empezó a gritar y despertó a sus vecinos, que acudieron asustados.
Mientras la vieja hechicera salió corriendo en busca de los hermanos de la mujer y les dijo:
- ¿No sabéis lo que ha ocurrido? A vuestra hermana la ha matado su marido, el sabio que lee el Corán.
Los hermanos partieron rápidos hacia la casa de su hermana, a la que hallaron muerta, con cuchillo clavado y las vísceras fuera. Arrancaron el cuchillo de su cuerpo y mataron con él a su marido.
Una vez muerto, la vieja fue en busca del diablo para decirle que tenía el camino libre para entrar en la ciudad cuando quisiese, y para reclamarle su recompensa.
- Toma tu babucha de oro –le dijo el diablo-, pero has de saber que lo que tú has hecho ni el mismísimo diablo se atrevería a hacerlo.
Se levantó y siguió su camino, desistiendo de entrar en la ciudad.

Autor del

cuento

: Cuento tradicional saharahui

71.43%

votos positivos

Votos totales: 7

Comparte:

LA ZORRA Y LA PANTERA

Disputaban otro día la zorra y la pantera acerca de su belleza.
La pantera alababa muy especialmente los especiales pintados de su piel.
Replicó entonces la zorra diciendo:
- ¡Mucho más hermosa me considero yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino más bien por mi espíritu!

Moraleja: Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo.

Autor del

cuento

: Esopo

71.43%

votos positivos

Votos totales: 7

Comparte:

EL LOBO Y LA GRULLA

A un lobo que comía un hueso, se le atragantó el hueso en la garganta, y corría por todas partes en busca de auxilio. Encontró en su correr a una grulla y le pidió que le salvara de aquella situación, y que enseguida le pagaría por ello. Aceptó la grulla e introdujo su cabeza en la boca del lobo, sacando de la garganta el hueso atravesado. Pidió entonces la
cancelación de la paga convenida.
- Oye amiga - dijo el lobo - ¿No crees que es suficiente paga con haber sacado tu cabeza sana y salva de mi boca?

Moraleja: Nunca hagas favores a malvados, traficantes o corruptos, pues
mucha paga tendrías si te dejan sano y salvo.

Autor del

cuento

: Gayo Julio Fedro

71.43%

votos positivos

Votos totales: 14

Comparte:

LOS PERROS HAMBRIENTOS

Vieron unos perros hambrientos en el fondo de un arroyo unas pieles que estaban puestas para limpiarlas; pero como debido al agua que se interponía no podían alcanzarlas decidieron beberse primero el agua para así llegar fácilmente a las pieles.
Pero sucedió que de tanto beber y beber, reventaron antes de llegar a las pieles.

Moraleja: Ten siempre cuidado con los caminos rápidos, pues no siempre son los más seguros.

Autor del

cuento

: Gayo Julio Fedro

71.43%

votos positivos

Votos totales: 7

Comparte:

EL ALCIÓN

Este pájaro gusta de la soledad y vive siempre a orillas y sobre el mar. Se dice que para huir de los hombres que le dan caza, hace su nido en las rocas de la orilla.
Un día un alción que iba a poner, se encaramó a un montículo, y divisando un peñasco erecto dentro del mar, hizo en él su nido. Al otro día que salió en busca de comida, se levantó el mar por una borrasca, alcanzó al nido y ahogó a los pajarillos. Al regresar el alción y ver lo sucedido, exclamó:
- ¡Desdichado de mí, huyendo de los peligros conocidos de la tierra, me refugié dentro del mar y me fue peor!

Moraleja: Si tienes que adentrarte en lo desconocido, ten en cuenta la llegada de sorpresas agradables y desagradables. Nunca te confíes a ciegas de lo que no conoces. En terrenos nuevos anda con paso sereno y ojos bien abiertos.

Autor del

cuento

: Esopo

71.43%

votos positivos

Votos totales: 14

Comparte:

OJOS QUE NO VEN

Un insensato, viendo a un hombre santo caminar en la noche alumbrando con gran dificultad el camino para no matar a las hormigas que lo atravesaban, le dijo: “¡Oh virtuoso varón, yo puedo solucionar su problema: apaga tu vela, marcha en la oscuridad y ya no tendrás remordimientos!”.

Autor del

cuento

: Alejandro Jodorowsky

71.43%

votos positivos

Votos totales: 42

Comparte:

Desde el 311 hasta el 50 de un total de 50 Cuentos

Añade tus comentarios